miércoles, 20 de octubre de 2010

Adelanto del Capítulo 24 de THAT BOY IS A MONSTER.

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Capítulo XXIV.
— Bill más vale que no abras esa puerta y que regreses y me digas que lo que dijiste fue una estupidez—Me dijo mi gemelo.
— No puedo.
— Bill—Dijo amenazante.
Abrí la puerta di un paso hacia afuera y me gire para verlo, seguía parado en el mismo lugar, apretando los puños y mirándolo completamente enojado.
— Lo siento Tom pero el juego termino—Le dije con una sonrisa. —Termino tu juego conmigo.
— ¡BILL NO TE ATREVAS A SALIR POR ESA PUERTA! —Dijo enojado comenzando a caminar hacia donde yo estaba. —¡NO ME HAGAS HACER ALGO QUE NO QUIERO!
— ¡¿Cómo qué? ¿Pegarme de nuevo? —Dije alzando una ceja y adentrándome de nuevo en la casa. — ¿A eso te refieres?
Tom se quedo callado y se quedo parado frente a mí, cerré la puerta de entrada y lo enfrente con la mirada. Seguía con los puños cerrados, su mirada clavada en la mía.
— Tú de aquí no sales Bill, tú no te vas a ir de aquí—Dijo tomándome del brazo fuertemente. —No te voy a dejar salir de aquí.
— Y ¡¿POR QUÉ NO QUIERES DEJARME SALIR?! ¡¿POR QUÉ AFUERZAS QUIERES QUE ME QUEDE AQUÍ?
— ¡PORQUE TU NO PUEDES SALIR DE AQUÍ A MENOS QUE YO LO DIGA! —Me gritó. — ¡AQUÍ YO PONGO LAS REGLAS!
Tom termino por acercarse hasta mí de nuevo, tomándome de un brazo y comenzando a jalarme. Estaba más que furioso, estaba enojado y por más que tratara de negarlo u ocultarlo estaba desconcertado, en su rostro lo podía mirar y ¿A que se debía? A lo que yo le había dicho. Me deje arrastrar hasta su habitación donde me tiro bruscamente en la cama y luego cerró la puerta con seguro.
— Yo no estoy jugando Bill, te lo estoy advirtiendo, tu de aquí no sales y menos con Brian—Dijo en tono más calmado. — ¿Entendiste?
— Tu aquí Tommy ya no pones las reglas—Dije levantándome de la cama. — ¿Qué no entiendes que ya no estoy en tu juego? ¿Qué no escuchaste lo que te dije?
— ¡MALDICIÓN BILL NO ME HAGAS HACER ALGO QUE NO QUIERO! — Volvió a gritarme esta vez golpeando la puerta con el puño cerrado. —¡NO ME HAGAS ENOJAR MAS!
— ¡ATREVETE, PEGAME DE NUEVO SI TE ATREVES! —Le enfrente. Tenía que hacerlo, el juego había comenzado. —Yo ya no estoy más contigo.
— ¡CALLATE QUE SABES QUE ESTAS MINTIENDO, COMO SIEMPRE! —Grito acercándose completamente hasta donde estaba yo. —No me hagas enojar Bill, no sabes cómo me puedo poner.
— ¡Claro que lo sé! —Le grite yo. — Y créeme que lo sé perfectamente, y porque lo sé ya no quiero seguir mas, me aburrí de tu juego, me aburrí de tus reglas.
Mire el rostro de Tom el cual demostraba enojo y a la misma vez desconcierto por lo que estaba diciendo, sabía perfectamente que para nada se esperaba que yo le dijera todo lo que le estaba diciendo y yo estaba igual, no podía creer que lo estaba diciendo y a quien, estaba sorprendido de mi mismo. Tom dio unos cuantos pasos con la intención de acercarse a mí y luego los retrocedió.
— Lo siento Tom, tu juego ha terminado.
— ¿Quién lo dice? ¿Tú? —Pregunto con una sonrisa en su rostro. — Solo porque dices que ya no quieres jugar, que te aburriste, por dios Bill ni tú mismo te crees esa mentira.
— No estoy mintiendo Tommy, te estoy diciendo la verdad ya me harte—Dije mirándolo a los ojos. — Estoy harto y decepcionado.
Tom se me quedo mirando, por la mirada que me estaba dando hasta podía pensar que me estaba matando, dando una paliza pero eso no debía intimidarme, le iba a demostrar que yo podía jugar, ser igual que el. Se acerco a mí rompiendo toda distancia, juntando su pecho con el mío, su frente con la mía quedando nuestros labios a unos cuantos centímetros.
— Ni tú mismo hermanito te crees eso que estás diciendo—Dijo restregando su aliento contra mis labios.
— Tú eres Tommy el que no cree lo que yo estoy diciendo, tú..—Dije rozando sus labios con los míos. —Eres el que no quiere aceptarlo.
— ¿Aceptar qué? —Pregunto pasando una de sus manos por mi espalda despacio.
— Aceptar que…—No me dejo terminar de hablar ya que me interrumpió.
— ¿Qué es lo que quieres que acepte? ¿Qué crees que yo no quiero aceptar? —Preguntaba mientras pasaba su mano por toda mi espalda, acariciando lentamente.
— Tu Tommy te estás haciendo el tonto—Dije pasando mis brazos por su cuello juntando un poco mas nuestros rostros. —No quieres darte cuenta de lo que es evidente.
— Y ¿Qué es lo evidente para ti? —Me pregunto.
— Que me quieres—Dije con una sonrisa.

jueves, 7 de octubre de 2010

THAT BOY IS A MONSTER-.Capítulo XXIII.

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Capítulo XXIII.
— Si tu oferta sigue en pie—Respondí mirándolo a los ojos.
— Claro que sigue en pie—Dijo con una sonrisa. — ¿Qué dices, te vienes con nosotros?
Era una excelente idea, una excelente propuesta, una excelente opción, eso le haría ver a mi querido hermano que el juguete también puede ganar.
— Si.
Brian se movió de la puerta dando paso para entrar, la verdad aun no tenía muy seguro si en verdad era buena idea pero, ¿Qué mas podía hacer? Era lo que necesitaba, la mejor idea y la mejor opción para llevar a cabo lo que quiero. Me adentre en la casa con la pequeña en brazos, Brian cerró la puerta y yo me quede embobado mirando la casa, era enorme y estaba perfectamente decorada, de verdad que era una casa linda por fuera y más hermosa por dentro.
— Que bueno que estas aquí Bill lindo—Decía la pequeña mientras me abrazaba más fuerte. —Eso quiere decir que podremos ir a comer todos juntos Bill lindo.
— ¿Perdón? —Dije en cuanto escuche eso. — ¿Ir a dónde?
Fije mi vista en Brian quien me sonrió y luego se acerco a mí, me quito a la pequeña de los brazos con cuidado y la tomo él.
— Si princesa, iremos todos a comer—Dijo con una sonrisa mientras me miraba. — Pero ve y cámbiate, ponte más bonita y luego regresas.
— Esta bien hermanito.
Brian bajo a la pequeña y esta subió las escaleras lo más rápido que pudo tomada del barandal para no caerse. Yo me quede parado sin entender nada mirando a Brian, este solo sonreía y se llevo las manos a los bolsos.
— Me alegra que al final de todo si hayas venido—Dijo mientras se acercaba un poco. —Aunque supongo que no fue por gusto ¿verdad? —Pregunto.
— Yo.. —No sabía que decir, no me esperaba que el dijera eso. —La verdad es que lo pensé mejor.
— No es necesario que me mientas Billy.
Si el comentario que había hecho me había sorprendido la respuesta me sorprendió más, porque era verdad, le estaba mintiendo, no había venido a su casa porque lo había pensado mejor, la razón era que no tenía ganas de verle el maldito rostro a Tom después de cómo lo había encontrado y en donde. Note como Brian comenzaba a caminar de nuevo pasando por alado de mí. ¿Estaba enojado? Ojala que no, porque eso no me convenía para nada.
— Ven, vamos Billy te enseñare la casa rápido porque estoy seguro de que Lili se tardara.
Yo suspire y lo seguí, no me sentía cómodo pero tampoco me sentía mal, o más bien si pero era la única opción que tenia. Brian me enseño primero la cocina porque era lo más cerca, el comedor, las habitaciones, me había dicho en cual dormiría y el hermoso jardín, cuando terminamos seguí a Brian hasta el living el cual era gigantesco y estaba muy bien acogido, tenía varios sillones y muchos muebles donde en algunos podía mirar que había películas, en otros CD'S de música. Brian se sentó en un sillón y me sonrió señalándome en cual podía sentarme yo.
— Me alegra de verdad que estés aquí Billy pero por favor, dime el motivo—Pidió mirándome a los ojos.
— ¿De verdad quieres escucharlo? —Le pregunte. Si era verdad todo lo que me había dicho en el hospital estaba seguro de que no le iba a gustar él porque me había venido, aparte de que no podía decírselo claramente. —¿De verdad quieres saber?
— Mas bien quiero cerciorarme—Me respondió.
— ¿Cerciorarte? —Pregunte confundido.
— Es más que obvio que estas aquí porque en tu casa te peleaste con Tom, estoy seguro de eso, solo quiero saber que no me equivoco—Dijo agachando un poco la mirada. —Pero a pesar de que ese sea el motivo me alegra.
— ¿Te alegra?
— Si, me alegra que estés aquí en mi casa, conmigo y mi hermana que con él, me alegra porque no estarás cerca de él y no correrás ningún riesgo, no te pasara nada.
Ese comentario me había sorprendido y me había hecho enojar, de un momento a otro me sentí enojado, no me había gustado para nada lo que había dicho porque en pocas palabras y sin rodeos me había dicho que Tom era peligroso para mí, que con el corría demasiados riesgos.
— Con Tom yo no corro ningún riesgo—Respondí. —No sé porque dices eso, con el estoy más que seguro.
— Sabes que eso es mentira Billy, tú con Tom no estás para nada seguro.
— No, no es mentira. ¿De dónde sacas que con Tom estoy en peligro, que con el no estoy seguro?
— ¿De verdad quieres que yo te responda esa pregunta? —Dijo mirándome serio. Sabía perfectamente a lo que se refería. — Ya sabes lo que quiero decir Billy, no quiero que te enojes conmigo y que me vuelvas a decir todo lo que me dijiste en el hospital, solo quiero que sepas que me alegra que estés aquí.
— Pues ahora pienso que fue muy mala idea el haber venido—Dije levantándome del sillón, estaba enojado, había hecho que me enojara. —Creo que al final de todo si fue una muy mala idea.
— No, claro que no fue una mala idea—Dijo él levantándose del sillón también.
— Pues ahora pienso que si fue una mala idea, ¿Cómo puedes hablar mal del que se supone es ''tu mejor amigo''? —Le pregunte. Estaba enojado, me había enojado que hablara mal de Tom. —Se supone que entre amigos no se hace eso.
— También se supone que entre hermanos no se dan tremenda paliza.
Yo me quede callado, no supe que decir. Trague saliva y respire profundo no quería pelear, no quería gritarle porque no me convenía. Necesito soluciones, necesito jugadas que me hagan ganar, necesito iniciar mi propio juego y ganar el premio mayor y de esta manera no lo voy a conseguir. Me quede callado sin decir nada, mirando al suelo y sintiendo la mirada de Brian sobre mí, necesitaba que apreciara el Bill orgulloso, de carácter fuerte, al que la mayoría seguía, al seguro de sí mismo, a ese Bill necesitaba ahorita si quería ganar, si quería hacer lo que planeo. En pocas y cortas palabras, al Bill que mi hermano logro desaparecer.
— Gracias por recordármelo—Dije en voz baja y mirando al piso. —Gracias.
Todo tenía que volver a ser como antes, solo que esta vez yo sería el mismo que era antes de que mi querido hermano regresara, el mismo con la diferencia de que ahora seduciría no solo a un hombre, si no a dos. Mi juego iba a iniciar, o por lo menos era lo que planeaba.
— Yo.. Billy lo siento no quería—Escuche que dijo Brian mientras se acercaba. —Lo siento.
— No te preocupes, ya lo recordé ya no hay marcha atrás—Dije aun con la cabeza gacha y en voz baja, chantaje, seducción y mentiras iba a necesitar y lo iba a usar solo para conseguir lo que quiero. —¿Querías que lo recordara no?
— Yo Billy, de verdad lo siento—Término por acercarse y tomarme por los brazos. —Lo siento de verdad no era mi intención, yo solo quería que tu..
— Que yo recordara la paliza que Tom me dio, lo mal que me dejo, lo tanto que me odia, tu solo quería que yo recordara que no me quiere como yo a él, que es mi hermano—Dije mirándolo a los ojos y alejándome un paso de él. — Eso querías.
Mire como Brian agachaba la mirada unos segundos y luego la volvía a posar sobre mí, mentiras, chantajes era lo que más usaría, quiero ganar y voy a ganar en mi propio juego y en el de mi hermano.
— Lo siento Billy, no era mi intención.
— No te preocupes—Dije con una sonrisa. —Creo que era necesario que lo escuchara.
— Yo en verdad no quise decirlo así, no quise que sonara así solo.. —Hizo una pausa. —Quiero que te des cuenta de que si estas con Tom siempre saldrás lastimado, aunque sea tu hermano, aunque lo quieras.
— Cuando uno está enamorado siempre sale lastimado—Dije.
Brian y yo nos quedamos en silencio observándonos el uno al otro, sin decir nada. Note como Brian comenzaba a retroceder, yo solo lo mire. Cuando por fin se alejo lo suficiente hablo de nuevo.
— No trajiste nada de tu casa ¿verdad? — Pregunto. — ¿Te viniste sin nada?
— Yo..si.. —Respondí. Ahora que ponía atención era verdad, me había venido sin nada de la casa, no tenía nada más que la ropa que traía puesta. —Me vine sin nada.
— Billy por favor dime ¿Por qué cambiaste de opinión? ¿Por qué viniste aquí?
— Porque encontré a Tom con alguien, en mi habitación, porque me pelie con él y porque termine por enojarme y enfadarme de cómo me estaba haciendo sufrir—Respondí.
Brian se me quedo mirando serio y luego llevo su vista a la puerta del living. Nos volvimos a quedar en silencio un rato hasta que llego la péquela Lilieth toda cambiada, llevaba un vestido color blanco, una bandita en la cabeza color rosa y el pelo suelto.
— ¿Cómo me veo Bill lindo? —Me pregunto la pequeña con una sonrisa.
— Muy linda, parecer una princesa.
— ¿Y mi opinión no importa? —Pregunto Brian mientras cargaba a su hermanita. — ¿Qué a mí no me vas a preguntar como pienso que te ves?
— Sip hermanito—Dijo la pequeña dándole un beso en la mejilla. — ¿Cómo me miro?
— Hermosa como siempre princesa.
Me quede en silencio mirando como Brian y la pequeña hablaban demasiado despacio como para que yo pudiera oírlos, mirando a Brian así junto con su hermanita en brazos se me hacia tan tierno, tan cariñoso. Se notaba que ellos dos se querían, y por lo que sabía y estaba seguro Brian moriría por su pequeña hermana, no dejaría que le pasara nada. Ellos dos si se tenía cariño y amor pero no pasaba de lo fraternal.
Brian bajo a la pequeña de sus brazos y esta corrió hasta donde estaba yo, me tomo de la mano y comenzó a caminar jalándome a mí, yo solo la seguí sin comprender y mire como Brian caminaba detrás de nosotros.
— ¿A dónde vamos? —Pregunte al ver que nos dirigíamos a la puerta.
— Vamos a ir a comer Bill lindo—Dijo la pequeña con una gran sonrisa en su rostro. —Iremos todos a comer.
— ¿Qué? —Dije sorprendido soltándome bruscamente de la niña sin querer. — ¿A comer?
— Si, iremos a comer. Antes de que llegaras le dije a mi princesa que la llevaría a comer al Burger King.
— No, yo no puedo ir—Dije rápidamente. — No puedo acompañarlos.
— ¿Por qué no Bill lindo? —Pregunto la pequeña de inmediato.
Mire a la pequeña y luego a Brian quien también me miraba confundido por la respuesta que había dado. Yo no podía ir con ellos a comer ya que no me encontraba bien, no estaba de muy buen humor y no me sentía arreglado para la situación, acaba de salir del hospital y estaba vestido de una manera que no me gustaba mucho, no me sentía cómodo.
— ¿Por qué dices que no puedes venir con nosotros? —Me pregunto Brian.
— Porque no estoy bien arreglado me miro mal y no, es una salida de ustedes dos—Dije. —No creo que sea buena idea, mejor me quedo y los espero.
— No Bill lindo, yo quiero que nos acompañes—Dijo la niña abrazándome de las piernas. —Por favor.
— Pero es que yo…
— No hay excusa Billy, vas a ir con nosotros a comer. Después de una semana entera en el hospital y de estar tomando sueros creo que será bueno que vaya a comer una hamburguesa grande—Dijo Brian con una sonrisa.
— No de verdad yo no.. —Trataba de decir.
— Por favor Bill lindo, ven con nosotros—Me pido la pequeña. —Yo quiero que vayas con mi hermanito y conmigo.
Brian se me quedo mirando con una sonrisa y la pequeña me abrazaba de las piernas pidiéndome con una sonrisa que los acompañara. No podía hacerle el feo a la pequeña, ella quería que fuera y no me quedaba de otra más que hacerlo, aparte pues no estaba muy seguro de quedarme solo en la casa.
— Esta bien, iré con ustedes—Dije con una sonrisa.
— Siiiiiiii…—Grito la pequeña corriendo a la puerta para abrirla.
Lilieth abrió la puerta y salió corriendo hacia el carro de Brian el cual se encontraba estacionado enfrente, yo me quede parado no muy convencido de salir. Mire como Brian pasaba por alado de mi, cuando estuvo a mi altura se giro y me miro.
— No te preocupes por cómo te ves Billy, te miras muy bien—Dijo con una sonrisa antes de salir de la casa.
Yo suspire y sonreí, bueno eso era bueno ¿no? Quería decir que de verdad no me miraba tan mal. Termine por salir de la casa cerrando yo la puerta, llegue al carro y me senté en la parte delantera alado de Brian, mientras que la pequeña Lilieth se sentaba atrás con el cinturón bien puesto.
*******
Acabábamos de llegar a la casa, la cena a la que me había invitado había sido estupenda, me la había pasado muy bien con él y con la pequeña Lilieth. Al principio la verdad no me había parecido muy buena idea el aceptar e ir pero la verdad no me arrepentía de haberlo hecho. Nos adentramos en la casa y Brian encendió las luces, en la tarde me había mostrado cual sería mi habitación, donde estaba el baño, la cocina, me había dicho donde estaba el jardín en fin, todo lo que necesitaba saber. También me había convencido de que mañana iríamos a la casa por mi ropa y todas mis cosas, ya que no había aceptado que él me compara ropa, ¿Cómo aceptar? No se puede o más bien no se debe. Brian subió las escaleras con la pequeña en brazos y yo me quede en el living, todavía no tenia sueño y no tenía ganas de irme a encerrar en la habitación, me sentía mal, desconcertado y un completo estúpido.
— ¿De verdad lo vas hacer Bill? —Me preguntaba a mi mismo mirando al suelo. —¿De verdad piensas jugar así?
Desde la tarde me lo llevaba preguntando, desde la tarde me llevaba cuestionando si de verdad yo podría hacer algo como eso, enojado estoy, triste también, enamorado ni se diga, estúpido igual ¿ Y todo por quién? Por él, por mi gemelo, por mi sangre, por mi hermano, por Tom.  La gente hace lo que quiere cuando no le importa nada, la gente opina lo que quiere cuando quiere hacerse escuchar entonces, ¿Por qué yo no?, quiero que Tom me escuche, quiero que Tom acepte que me quiere, quiero que él sea solo mío como yo soy solo suyo, en pocas palabras quiero ganar el juego que él dice no puedo.
— Te amo, te amo y de eso no me queda la menor duda—Decía en voz baja mirando aun al piso. —Pero no solo yo quiero ser el que ame de los dos, quiero que tú me ames.
Siempre son dos las personas que se quieren, dos las personas que están juntas, dos las personas que se aman, siempre es así y yo así quiero que sea. No somos una relación Tom y yo, somos hermanos gemelos pero lo amo, lo quiero, a pesar de todo lo quiero y no puedo evitarlo, ¿Por qué? no lo sé, pero así es. Yo soy suyo y el es mío, así quiero que sea ¿Cómo lograrlo? De la única manera que creo podría hacerme ganar.
— Tú me quieres, tú me amas y de eso estoy seguro, solo hace falta que te des cuenta y te voy ayudar hacerlo, te darás cuenta de eso—Dije levantando la mirada. —Mi juego comienza y el tuyo va a terminar porque es la única manera de que yo pueda ganar.
Sin pensarlo más me recosté por completo en el sillón recargando mi espalda en el respaldo del sofá y llevando las manos a mi cara tapándola completamente, me sentía tranquilo pero a la vez no, me sentía preocupado y triste, pensé que cuando saliera del hospital regresaría a la casa donde estaba Tom, que todo estaría bien y olvidado pero al parece me había equivocado. Suspire profundo y baje las manos dejándolas caer a los costados de mi cuerpo.
— ¿Estás bien Billy? —Oí que me preguntaron.
Abrí los ojos rápido encontrándome con Brian parado frente a mí mirándome atentamente, sorprendido por el verlo frente a mí me levante del sillón quedando parado frente a él, pensé que se quedaría en su habitación y dormiría ya que cuando veníamos de regreso había dicho que estaba cansado.
— Sí, estoy bien—Respondí. —Solo, solo estaba pensando.
— ¿En qué pensabas? —Me pregunto pasando por alado de mi y sentándose en el sillón. — Claro si se puede saber.
— Bueno pues la verdad yo.. —Comencé a tartamudear. — Yo..
— No me digas que quieres irte—Dijo mirándome serio. — No te quieres ir con Tom ¿verdad?, ¿Qué no dijiste que..?
— ¿Cómo sabes qué me quieres Brian? —Le pregunte de golpe interrumpiéndolo.
— ¿Qué? —Pregunto sorprendido.
— ¿Cómo estás tan seguro de que me quieres? ¿Cómo sabes eso? ¿Cómo puedes decirlo si apenas me conoces? —Comencé a preguntarle mientras lo miraba a los ojos. —¿Cómo puedes decir eso si tu no..pues a ti no te van..los hombres?
Brian se levanto del sillón, claramente estaba sorprendido por todo lo que le había preguntado y dicho, me miraba atentamente mientras quedaba parado frente a mí, a cierta distancia, ni tan lejos ni tan cerca. Me miraba a los ojos y yo a él, este era el momento aquí empezaba todo.
— No lo sé—Fue su respuesta. — No lo sé.
— Entonces ¿Cómo dices que me quieres?
— Porque te quiero, me importas, eres muy importante para mí.
— Entonces solo me quieres, no te gusto, tienes un aprecio hacia a mí como un amigo—Dije yo. —No me quieres de otra manera.
— Estas equivocado.
— ¿Por qué? —Pregunte.
— Porque tú y yo estamos de la misma manera Billy—Dijo en tono serio. —Tú quieres a Tom nada más, no te gusta ningún otro, solo el ¿O me equivoco?
— No, no te equivocas, solo Tom me gusta, él es el único hombre que me ha llamado la atención—Le respondí.
— Pues a mí también, estoy en la misma situación que tu—Dijo acercándose un poco más. —Tú eres el único hombre que me ha llamado la atención, que sin conocerlo de tiempo, sin haberlo tratado demasiado me llamo la atención, hizo que le agarrara cariño rápido.
— ¿Entonces yo..? —No quise terminar la pregunta.
Si Billy tú me gustas mucho y te quiero.
Listo, todo estaba como tenía que ser o más bien como esperaba que fuera ¿Iba a jugar no? Pues entonces era mejor que empezara, dos personas se pueden amar, dos personas se pueden gustar, entonces dos personas pueden jugar para ganar. Mi juego va a comenzar, donde yo ganare y Tom perderá, pero no perderá mi amor, si no que perderá ante mi aceptando que me quiere, que me ama y que le importo, aceptando que el solo va a ser mío y yo suyo, va a perder demostrándome su amor.
— Ha iniciado—Dije en voz baja para mí.
Me le quede mirando a Brian quien estaba muy cerca de mí, el y yo estábamos más cerca de lo normal, me miraba a los ojos y yo lo miraba a él. Debe comenzar, debo comenzar a jugar y observar quienes serán los jugadores, los principales y secundarios. ¿A qué clase de jugador pertenecería Brian? A la categoría del principal y ¿Tom? al secundario, así tenía que ser aunque no me gustara, así tenia que comenzar.
— Yo Bri..tú sabes a quien quiero, a quien amo—Dije dando un paso hacia enfrente acercándome mas. —Tú sabes que yo quiero demasiado a Tom, que a pesar de lo que me hizo y lo que me sigue haciendo lo quiero.
— Si losé y no lo entiendo—Dijo en tono serio. —Son hermanos, gemelo y la verdad no puedo juzgarlos porque no soy nadie para hacerlo pero.. —Hizo una pausa y poso sus manos sobre mis brazos. —¿Por qué quieres tanto a Tom? ¿Qué no te das cuenta de cómo es en verdad?
— ¿Cómo es él? —Le pregunte. — Yo no puedo darme cuenta solo por una simple y sencilla razón Bri, lo amo y cuando amas a una persona es difícil darte cuenta de muchas cosas.
— Pero es que entiende que tú no puedes quererlo, es lo que no debes hacer por ningún motivo, eso es lo que él quiere, lo que él desea que tú hagas, que lo ames tanto que no puedas ni pensar por ti mismo.
— ¿Qué? —Dije confundido y sorprendido por lo que había dicho. —¿Por qué dices eso?
— Yo..Billy olvida lo que dije solo.. —Me soltó y se alejo de mí, mire como se llevaba una mano a la cabeza y comenzaba a caminar de un lado a otro. —Piensa en lo que te dije hace tiempo, en las pistas que ti por favor, con eso comprenderás todo.
— ¿Qué se supone que es lo que debo comprender Brian? —Le pregunte. Se había puesto nervioso de eso podía darme cuenta fácilmente. — ¿Por qué no me lo dices de una vez y no andas con acertijos?
— Es que solo presta atención, solo usa un poco de tu inteligencia Billy y te darás cuenta de todo.
—Mejor dímelo tu, estoy seguro de que tu sabes muchas cosas de Tom y no me las quieres decir—Dije acercándome a él. —¿Por qué no lo haces?
— Ya te lo dije una vez Bill, ya te dije porque no puedo—Dijo mirándome a los ojos. —Si lo hago perdería a mi pequeña princesa.
Después de que dijo esto suspire, era verdad el ya hace tiempo me había dicho que no podía decirme nada porque si lo hacía Tom lastimaría a Lilieth, la hermana de Brian pero ¿De verdad Tom era capaz de hacerle daño a una niña?, ¿De matarla? Eso era algo que me era muy difícil de creer. Una cosa era matar a gente mayor y otra a niños, aunque las dos eran cosas muy locas y espeluznantes.
— Es verdad ya me lo habías dicho pero Tom no tiene porque enterarse, Tom no tiene porque saber que tú me has dicho lo que quiere hacer—Dije poniendo una mano sobre su hombro. —Si tú me dices yo no le diré nada a Tom, quiero mucho a Lili.
— Lo siento Billy pero no puedo, no quiero arriesgarme—Fue su respuesta.
— ¿Entonces como quieres que me dé cuenta de lo que Tom planea hacer? —Pregunte en voz alta.
— Con las pistas que te di en un principio es más que suficiente.
— ¿Qué no es más fácil decírmelo directamente? —Pregunte poniendo mi otra mano sobre su hombro.
Brian agacho la cabeza y suspiro. Entendía perfectamente lo de que no quería decir nada por su hermana pero ¿Qué mejor que vencer a mi Tom en su propio juego sabiendo que es lo que quiere hacer?, necesitaba saberlo de una u otra forma.
— Lo siento Billy pero.. —Hizo una pausa. —Estas ya en el juego de Tom, es tu deber saber o más bien Billy descifrar que es lo que Tom quiere hacer.
— Dime lo tú.
— No puedo—Me respondió.
Yo suspire y quite mis manos de sus hombros, este me miro atentamente.
— Entonces solo dime una cosa Brian—Dije mirándolo a los ojos y acercándome lo más que pude a él, dejando nuestros rostros a unos solos cuantos centímetros. —¿Qué es lo que no debo hacer para perder ante él?
Los dos estábamos completamente juntos, había roto toda la distancia que había entre nosotros era lo único que había podido hacer, nuestros rostros a unos cuantos centímetros, nuestras respiraciones se mezclaban y nuestros labios separados solo un poco. Escuche como Brian tragaba saliva y sentí como llevaba una de sus manos a mi cintura y la otra a mi rostro, acariciando mi mejilla lentamente.
— ¿Quieres saber qué es lo que no debes hacer? —Me pregunto juntando su frente con la mía.
— Si.
— No te enamores de él Billy, tú no puedes estar enamorado de él—Dijo acariciando mi mejilla.
— Creo que ese es un problema—Dije con una pequeña sonrisa cerrando los ojos. — Yo ya estoy enamorado de Tom, de mi gemelo.
— No debes, no puedes porque eso es lo que quiere—Me respondió.
— Entonces, ¿Qué hago si ya estoy enamorado de el?
— Enamórate de otra persona, enamórate de…—Hizo una pausa y rozo sus labios con los míos. — Enamórate de mí.
Y después de eso sentí como unos labios se posaban sobre los míos, rosando levemente. Ahora sí, puedo dar por iniciado que mi juego ha comenzado. Los labios de Brian estaban sobre los míos, solo rozando y moviéndose lentamente, yo pose mis manos sobre sus hombros apretando levemente mientras el bajaba la mano que tenía en mi mejilla hasta mi cintura. El beso que nos estábamos dando solo era un roce, yo lleve una de mis manos a su cabeza para acercarlo un poco más a mí y profundizar más el beso pero este se alejo lentamente.
— ¿Qué..qué pasa? —Pregunte sin abrir los ojos y aun con la mano por detrás de su cabeza.
— ¿Qué significo ese beso? —Me pregunto sin rodeos, yo abrí los ojos y lo mire. — ¿Por qué el beso?
Yo suspire y me le quede mirando, no iba alejarme de él, no era conveniente. Me estaba haciendo una pregunta y yo tenía que responderle lo más confiado y seguro.
— El nuevo comienzo de algo importante—Dije mirándolo a los ojos y en tono serio.
— ¿El nuevo comienzo de qué?
— Quiero olvidar a Tom, quiero sacarlo de mi cabeza—Comencé a decir mientras retrocedía. —Ya no quiero estar bajo él, ya no quiero estar atado a él.
Note como Brian sonrió y comenzó acercarse a mí, llevo una de sus manos a mi brazo y de un leve jalón me acerco de nuevo a él. Otra vez estábamos juntos a solos centímetros, debía admitir que la mirada de Brian era penetrante y con esos ojos azules más penetrante se me hacía, llevo la mano que estaba en mi brazo hasta mi cintura y de un empujón me acerco a él juntando nuestros labios. El primer beso solo había sido un roce, en cambio este desde que Brian me acerco a él sus labios se apoderaron de los míos. Mis manos por acto de reflejo se situaron alrededor de su cuello mientras el llevo sus manos a mi cintura juntándome más con él, sorprendido y completamente nervioso así me sentía en ese momento. Estaba besando a Brian, el mejor amigo de mi hermano, a una persona que decía me quería de verdad, a mi nuevo jugador.
Brian me estaba besando lentamente, como si estuviera saboreando mis labios, mordiendo ligeramente de vez en cuando mi labio inferior, yo solamente le correspondía de la misma manera.
Sentía que el aire comenzaba a faltarme y cuando iba a separarme un pequeño grito se escucho.
— ¡Hermanito! —Se escucho desde arriba. Era la pequeña Llilieth. —¡Hermanitoooo!
— Yo..Billy.. —Dijo separándose lentamente.
— Tienes que ir..te está llamando—Le dije yo mientras me separaba por completo.
Brian me sonrió, acaricio levemente mi mejilla y luego se alejo saliendo del living, dejándome de nuevo solo. Yo camine hasta el sillón y me deje caer de golpe, eche mi cabeza hacia atrás y suspire fuertemente. Lo había hecho, había comenzado ya no había marcha atrás, ya no podía echarme para atrás.
— Mi juego comenzó Tommy—Dije en un suspiro recordando a mi gemelo.
Después de quedarme unos minutos en el living decidí subirme a la que sería mi habitación, quedaba alado de la pequeña y enfrente de la habitación de Brian. Pase por el pasillo con mucho cuidado de no hacer ruido ya que de seguro Brian estaba tratando de dormir a Lilieth. Abrí la puerta y me adentre cerrando la puerta, mañana por la tarde iría a la casa a recoger las cosas que no me había traído, mañana miraría a Tom y sería difícil. Me recosté en la cama y me tape con las sabanas, solo me había quitado las botas y la chaqueta que llevaba, estaba en una casa que no era la mía y no iba a dormir solo en bóxer. Al principio solo me quede mirando al techo, pensando y recordando, estuve así un tiempo hasta que el sueño me venció y me quede dormido.
Sentía demasiado peso sobre mi cuerpo, en especial en mi pecho. Mis parpados los sentía demasiado pesados y sentía como la luz de lo que seguro era el sol me daba completamente en la cara. Llevándome las manos directamente a la cara y abriendo los ojos despacio me levante, me talle los ojos levemente y luego deje caer las manos a los costados de mi cuerpo, mi vista rápidamente se dirigió al techo sin importarle el peso que sentía en mi pecho.
— Quiero verte, quiero verte—Decía en voz baja para mí mismo. — Lo necesito.
Me quede unos minutos así hasta que sentí un movimiento sobre mi cuerpo que me espanto, me incline un poco y fije la vista en mi pecho dándome cuenta de porque sentía tanto peso y debido a que era. Sobre mi pecho y parte de mi cintura se encontraba acurrucada la pequeña Lilieth, estaba dormida hecha bolita sobre mí, sonreí al mirarla así se miraba demasiado linda y tranquila. La pregunta era ¿Cuándo se había metido en mi habitación? Y ¿Cuánto llevaba aquí?, lo más probable era que en la noche se hubiera adentrado en la habitación y ciertamente no me molestaba eso, a esa pequeña niña le había agarrado demasiado cariño con tan solo llevar tres días de conocerla. Lleve mi mano derecha sobre su espalda acariciando despacio su espalda, trague saliva ya era de día y de seguro en cualquier momento vendría Brian a ver si estaba despierto, el pensar eso hacía que me pusiera nervioso ya que recordando lo de ayer no sabía que fregados iba a decir yo ahora.
— Tendrás que ingeniarte las Bill, tendrás que pensar muy bien tus movimientos—Dije acariciando la espalda de la pequeña y mirando hacia el techo.
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La noche era fría, llevaba horas lloviendo fuerte y había truenos que no me dejaban dormir y me daban demasiado miedo. Mi habitación estaba completamente oscura y yo estaba solo en ella ¿Por qué?, porque Tom estaba dormido en el living, se había ido a dormir ahí desde que le había pegado mi mamá por mi culpa.
— Tommy—Dije tapándome la cara con la sabana al escuchar un trueno. — Ven a la habitación.
No me gustaba para nada estar solo en el cuarto y menos con una tormenta, me daba demasiado miedo y no podía dormir. Tiempos atrás, cuando nada de la golpiza y lo de que siempre Tom tenía que cuidarme Tom y yo cuando había tormentas nos juntábamos en una cama y nos abrazábamos para quedar dormidos los dos al mismo tiempo. El siempre me abrazaba y me decía que me iba a cuidar, que siempre iba a estar conmigo pasara lo que pasara.
— Ven conmigo Tommy, ven—Pedía yo tapado completamente por las sabanas. — No quiero estar solo.
Mas truenos se escuchaban y mas recio sonaba el agua cayendo. Sin poder mas estar solo y sin querer estarlo me levante echo rollo con la sabana de la cama y me dirigí a la puerta abriéndola y saliendo de la habitación, si Tom no venia yo iría con él.
Camine por el pasillo con mucho cuidado de no hacer ruido y llegue hasta el living, parado en la puerta mire como Tom estaba acomodado en el sillón más grande, con demasiadas cobijas sobre él y su cabeza recostada en una almohada no muy grande. Comencé a caminar acercándome cada vez más, cuando estuve de frente a él me hinque y me le quede mirando, dormido se miraba tan tranquilo, tan pacifico, tan feliz.
— Tommy.. —Comencé a llamarlo. — Tommy despierta.
Tom no despertaba, ni siquiera se movía. Saque mis manos de la sabana que tenia encima de mi cuerpo y levemente comencé a mover a mi gemelo, al principio no mostraba ninguna seña de levantarse pero después comenzó abrir los ojos lentamente.
— Tommy—Dije con una sonrisa al ver que se había despertado.
— ¿Qué quieres? —Pregunto cortante. —¿Qué no viste que estaba dormido? ¿Por qué me levantas?
— Yo Tommy es que.. —Trate de decir.
— Déjame dormir Bill por favor, no estoy para tus juegos quiero descansar—Me respondió girándose para darme la espalda.
Yo ante esa contestación suspire profundo, ni siquiera me había dejado decirle lo que quería y porque lo había levantado. Me puse de pie y me volví a enredar en la sabana.
— Yo no quería levantarte Tommy, solo...quería saber si podía dormir contigo—Dije. — Pero ya mire que no, así que.. que tengas buenas noches Tommy.
Después de decir eso me gire y comencé a caminar, apenas iba a llegar a la puerta del living cuando escuche como me hablo.
— ¿Tienes miedo? —Escuche que me pregunto.
— Si—Respondí girándome.
— Yo también tengo miedo—Me respondió. —No me gusta dormir solo en una tormenta.
Otro trueno se escucho e hizo que diera un pequeño brinco, para nada me gustaban las tormentas y jamás me iban a gustar de eso estaba seguro.
— Vente conmigo—Oí que dijo mi gemelo. — Durmamos los dos juntos.
No espere a que lo dijera de nuevo, rápido camine hacia el sillón el me hizo un espacio y yo me acosté quedando de frente con él, me tapo con las cobijas con las cual él estaba tapado. A pesar de que estaba oscuro el living para mí era fácil observar la cara de mi gemelo.
— ¿Sigues enojado conmigo Tommy? —Me atreví a preguntarle. Tal vez ya no estaba enojado conmigo y por eso me había dejado acostarme alado de él.
— Solo duérmete.
— Tommy sigues.. —No me dejo terminar de hablar.
— Solo duérmete y no estropees el momento.
Después de que dijo eso no dije nada más, creo que tenía razón y era mejor no estropear el momento porque me gustaba estar así con él, junto a él sintiendo que me protegía y estaba conmigo.
Estaba tan sumido en mis pensamientos que no me había dado cuenta de que la pequeña se había levantado hasta que comenzó a hablarme sacándome de mis pensamientos. Fije mi vista en ella y esta sonrió, llevaba una pijama rosa con letras en mayúscula que decían: Hannah Montana, al parecer a la pequeña le gustaba esa serie.
— Buenos días Bill lindo—Dijo la pequeña con un sonrisa antes de darme un beso en la mejilla.
— Buenos días princesa—Le respondí yo.
— Tengo hambre—Dijo volviendo apoyar su cabeza en mi pecho.
Yo pase mi mano por su cabeza acariciando su cabello despacio. Me sentía raro, salido de lugar, seguía sin creerme del todo que estaba en la casa de Brian, con él y su pequeña hermana, seguía sin creerme que ayer en la noche me había atrevido a besarlo y dejarme besar por él. Ayer me dije a mi mismo que el Bill orgulloso, seguido por los demás y todo lo que era antes volvería pero, ¿El que me hubiera besado con Brian significaba que de verdad había vuelto?. Creo que tenía la respuesta y no me gustaba mucho que digamos, ¿Cuál era? Que no, o tal vez si, tal vez iba a regresar el Bill que era antes pero de una manera muy distinta, de forma muy distinta.
Me había metido de nuevo a mis pensamientos que no había escuchado nada de lo que la pequeña me había dicho.
— Bill lindo..¿Estás bien? —Me pregunto mirándome a los ojos. —Te miras raritop.
— Yo, si pequeña estoy bien.
La pequeña iba a decir algo cuando se escucharon pequeños golpes provenientes de la puerta, rápidamente supe que era y quien era. Lilieth se levanto rápidamente de la cama y con mucho cuidado bajo para después ir a la puerta y abrirla dejando ver a Brian quien la tomo en brazos y sonrió.
— Así que aquí estabas condenada—Le dijo con una sonrisa mientras que con la mano que tenia libre le comenzaba a hacer cosquillas.
— No..hermani..jajaja..hermanito..hahaha—Apenas podía decir la pequeña tratando de hacer que Brian ya no le hiciera cosquillas.
Estuvieron así solo unos cuantos minutos hasta que Brian la bajo al piso y la niña corrió hasta la cama subiéndose de nuevo para posarse alado de mí. Yo , en el momento que Brian dejo a la pequeña en el piso fije mi vista en el suelo, tenia pena de verlo a la cara, sabía que no podía sentir pena después del beso que ayer nos habíamos dado, sabía que eso no me convenía pero aun así lo sentía.
— Buenos días Billy—Dijo en un tono alegre. — ¿Cómo amaneciste?
— Muy bien gracias—Respondí sin mirarlo.
— Hermanito tengo hambre— Dijo la pequeña.
— Tú ¿Cuándo no tienes hambre princesa? —Pregunto en tono burlón.
Yo quien había mantenido la vista en el suelo decidí fijarla en Brian, por un momento pensé que se encontraría en la puerta recargado en el marco pero no, se encontraba sentado alado de mi con la pequeña en sus piernas mirándome atentamente.
— Billy, ¿Te sientes bien?
— Yo si..¿Por qué la..la pregunta? —Dije torpemente, nervioso así estaba.
— Yo también le pregunte a Bill lindo si se sentía bien hermanito—Dijo la pequeña mientras me señalaba y me miraba. —Porque lo mire raritop.
— Yo estoy bien, se los aseguro.
— Bueno yo vine porque venía a decirles que el desayuno ya está listo—Dijo levantándose de la cama. —El desayuno ya está servido en la mesa.
— ¿Cocinas? —Pregunte sorprendido.
— Si, cocino—Me respondió el con una sonrisa.
Se me había salido el hacerle esa pregunta, me había sorprendido que dijera que el desayuno estaba en la mesa ya que pensé que no cocinaba, ¿Por qué lo pensé? Ni yo mismo lo sé, o tal vez sí, porque Tom no cocina y pensé que Brian tampoco lo haría.
— Ándale princesa chaparra baja a desayunar—Le dijo a su hermana. — Tu también Billy, vamos.
— Si.
Me levante de la cama y camine detrás de Brian y la pequeña. Mientras caminábamos por el pasillo y bajábamos las escaleras iba pensando que ahora por la tarde iría a casa por mis cosas, que hoy miraría a Tom, que hoy de seguro hablaríamos, iba pensando en demasiadas cosas. Llegamos a la cocina y después al comedor donde efectivamente ya estaba servido el desayuno.
— Waffles—Grito la pequeña emocionada mientras se sentaba en la silla. — Waffles.
— Si princesa tu desayuno favorito—Le dijo Brian con una sonrisa.
Yo me quede parado en la puerta que daba al comedor definitivamente nada cómodo me sentía, para nada me sentía en mi lugar y es que no estaba en mi lugar, en mi casa, con mi hermano.
— Billy siéntate, estás en tu casa—Oí que dijo Brian.
— Si, gracias—Me limite a decir.
Me senté en la silla que estaba de lado de la pequeña y Brian se sentó después quedando frente a mí, fije mi vista en el plato y tome el tenedor sin tomar ninguna rebanada de Waffles. La pequeña comía y platicaba con Brian mientras este hacia lo mismo, yo me mantenía al margen sintiéndome un completo estúpido, a pesar de todo no me sentía cómodo, no me sentía bien. Cuando sentí la mirada de Brian sobre mi decidí tomar un bocado del desayuno, no quería que me volvieran a preguntar si me sentía bien.
El desayuno paso y yo solo comí unos cuantos Waffles mientras que la pequeña y Brian comían más que yo.
— Princesa ve a tu cuarto, busca ropa bonita y ahorita subo para que te metas a bañar—Le dijo Brian mientras se levantaba de la mesa.
— ¿Ropa bonita? ¿Saldremos? —Pregunto la pequeña emocionada.
— Si, saldremos.
— ¿A dónde? —Pregunte rápidamente yo.
Brian se giro y me miro, dejo los platos de él y de su hermana en el zinc y luego volvió a la mesa.
— ¿A dónde iremos hermanito? —Pregunto esta vez la pequeña.
— Tu iras con Marcela porque Billy y yo tenemos unos asuntos de los cuales ocupamos encargarnos—Dijo.
— Yo quiero ir con ustedes—Pidió la niña.
— Lo siento princesa pero no puedes ir con nosotros, lo que Billy y yo haremos son asuntos de adulto y tu no puedes ir.
— Pero..
— Pero nada princesa ya te dije que no puedes ir.
— Esta bien—Dijo resignada la pequeña. — Buscare mi ropa bonita.
La niña se bajo de la silla para luego salir de la cocina dejándonos solos a Brian y a mí cosa que la verdad me hizo sentir más incomodo, me quede sentado mirando el plato donde había unos cuantos waffles ¿Qué rayos me pasaba?  Me sentía demasiado incomodo y demasiado estúpido, no podía sentirme así si quería comenzar a jugar, si quería que todo me saliera bien para obtener el premio mayor. Definitivamente si seguía así todo iba hacer en vano, no iba a salirme nada bien.
— ¿Qué tienes Billy? —Me pregunto Brian desde dónde estabas parado. — ¿Por qué estas tan serio?
— No tengo nada—Respondí sin mirarlo. — Ya te dije a ti y a Lili que estoy bien.
— Billy no me trates de engañar, te conozco—Me dijo.
— ¿Me conoces? ¿Estás seguro? —Le pregunte fijando mi vista en el.
— Si, te conozco más de lo que tú piensas.
— ¿Cómo puedes decir que me conoces si apenas nos estamos hablando tanto, no estamos viendo?
— Porque yo.. —Lo interrumpí.
— ¿Cómo diablos puedes decir eso? —Pregunte levantándome de la silla. — Tu no me conoces, apenas nos estamos conociendo, solo sabes mi nombre, mi apellido, donde vivo, de quien soy hermano y de quien estoy enamorado.
— Se mas que eso—Dijo seguro.
— No lo creo, y ya te dije que me siento bien—Volví a decir.
— No me digas que te sientes bien cuando es tan notorio que no es verdad.
— Me siento bien, ya te lo dije.
— No es cierto Billy, ¿Qué tienes? ¿Por qué estas así? —Me pregunto acercándose a mí.
Trate de retroceder lo que había avanzado pero para mi suerte choque con la mesa. Me quede parado mirando como Brian se acercaba hasta donde yo estaba quedando a unos cuantos centímetros de mí. Sus ojos fijos en los míos y casi sintiendo su aliento sobre mis labios.
— ¿Qué sabes de mí? —Le pregunte sin dejar de mirarlo.
— Lo sé todo.
— ¿Qué sabes?
— Sé a qué edad te quedaste solo con tu abuela, se cuanto sufriste porque Tom se fue dejándote, es todo lo que paso entre Tom y tu cuando estuvieron peleados porque le pegaron a él, se cuantas promesas te hizo de pequeño, se que tan diferentes son, se que tan sensible eres, sé que cuando te enamoras lo haces de verdad, se que eres orgulloso, se que eres lindo, que eres confiado en ti mismo—Comenzó a decir dejándome con la boca abierta. — Se que eres la persona mas inocente.
— ¿Inocente? —Pregunte con una sonrisa ante eso. — ¿Inocente yo?
— A pesar de todo Billy, de todo lo que digas, hagas eres demasiado inocente eso es algo que no tiene discusión.
— ¿Por qué dices que yo..? —No me dejo terminar.
— No te has dado cuenta de lo más importante Billy, no te has dado cuenta de lo malo que es que Tom hubiera regresado—Dijo llevando una de sus manos a mí rostro.
— ¿Por qué sigues con eso? —Le pregunte.
— Porque quiero que te des cuenta.
— ¿Por qué te importo tanto? —Le pregunte serio. — ¿Por qué te preocupas tanto por mí? ¿Por qué dices que me quieres?
— Ya te lo dije ayer Billy, te quiero, me gustas—Dijo acercándose más a mí. — Eres muy importante para mí.
— ¿Cómo piensas que me conoces? Tú no sabes lo que yo soy capaz de hacer.
— Tal vez no sé lo que eres capaz de hacer Billy, pero se dé que no eres capaz.
— ¿Y de que no soy capaz según tu?
Brian termino por acercarse por completo a mí, paso una mano por mi cintura y la otra la dejo aun en mi rostro acariciando mi mejilla.
— Tú no eres capaz de lastimar a una persona, tú no eres capaz de engañar, de mentir para lastimar de jugar con las personas.
— ¿Cómo estás seguro de eso? —Le pregunte mirándolo a los ojos.
— Porque tu Billy no eres igual que Tom y que yo, tu eres diferente—Dijo juntando se frente con la mía y suspirando. — Tú no te pareces en nada a Tom y a mí.
Termino de decir esto y yo solo pude sentirme un maldito, un estúpido, un manipulador, un mentiroso. Había dicho que no era capaz de hacer muchas cosas que yo tenía planeado hacer, jugar con algunas personas, lastimar sin querer a otras, engañar en pocas palabras hacer todo lo que mi juego necesitaba.
— Tú no eres como el monstruo de Tom.
Y después de que dijo esto sentí como posaba sus labios sobre los míos, de nuevo me estaba besando, de nuevo estaba sintiendo sus labios sobre los míos. Sin pensarlo dos veces le correspondí, lleve mis manos por detrás de su cuello y lo acerque más a mí, estaba besando a otro hombre que no era Tom, estaba besando a otra persona que no era él cosa que me hacia preguntar, ¿Soy homosexual? Era una pregunta que ahora podía hacerme, ya no estaba seguro de nada. Correspondí al beso, sus manos se posaron en mi cintura juntándome más a él con cuidado, sin apretar demasiado, lo besaba y sentía sus labios, sentía su lengua jugar con la mía, sentía un beso demasiado distinto comparado con uno de mi gemelo. El beso que Brian me estaba dando era apasionado pero dulce a la vez, no como los de Tom que eran apasionados y salvajes. Brian se separo poco a poco de mi dejando solo nuestras frentes juntas.
— Bri..Brian tu.. —Dije recuperando el aliento. — Tú no eres como Tom.
— Si lo soy—Me dijo él.
— No, no lo eres de eso estoy completamente seguro.
Brian se me quedo mirando con una sonrisa aun abrazado a mí, nos quedamos así unos segundos hasta que se separo pero antes me dio un beso rápido. Mire cómo salía del comedor dejándome solo, me dirigí a la silla y me senté.
— ¿Aun lo hare? —Me pregunte a mí mismo. — ¿Jugare con él, con Tom?
Suspire y deje caer despacio mi cabeza a la mesa, quiero conseguir algo, quiero tener algo y solo hay una forma de conseguirlo.
— No hay marcha atrás—Dije levantándome de la mesa.
Había pasado ya una o dos horas desde que habíamos terminado de comer, Brian se había ido a la habitación de la pequeña para ver la ropa que esta había escogido y acomodarle el agua a buena temperatura para que pudiera meterse a bañar, yo sabía a dónde íbamos a ir, sabia cuales era esos ''asuntos de grandes'' que iríamos hacer Brian y yo. Iríamos a la casa donde estaba Tom por mis cosas.
********
Habíamos llegado a la casa, estacionados atrás del carro de mi gemelo nos encontrábamos Brian y yo. Habíamos dejado a la pequeña con Marcela la chica que había dicho Brian, ahora solo faltaba que entráramos a la casa por mis cosas. Mirando por la ventanilla me encontraba bastante nervioso por saber cómo encontraría a Tom ahora, si estaría con alguien, si estaría solo, dormido o despierto.
— Billy ¿Estás bien? —Me pregunto Brian.
— Sí, estoy bien.
— Recuerda que te dije que no es necesario que entremos por tus cosas yo puedo…—No lo deje terminar.
— Ya te dije que no Brian, no voy a dejar que tú me compres nada— Respondí mirándolo. —Yo tengo mis cosas y entrare por ellas.
— Entraremos—Rectifico.
— No es necesario que tú entres conmigo.
— Si, es muy necesario—Me respondió serio. — Entrare contigo porque no quiero que te vaya hacer algo.
— Es mi hermano Brian.
— Ya te dio una paliza una vez Billy, no quiero que vuelva hacerlo solo porque no estarás con él en la casa.
Ante esa respuesta no dije mas, abrí la puerta del carro y baje, segundos después Brian hizo lo mismo y se posiciono a mi lado. Debía admitir que me sentía nervioso y con miedo, no porque Tom pudiera llegar a hacerme algo si no por el cómo podría encontrarlo, no quería volver a verlo con alguien más. Comencé a caminar seguido de Brian, pensé en tocar la puerta pero ¿Para qué? había una llave en la ventana escondida era mejor entrar sin avisar. La tome y abrí la puerta con mucho cuidado de no hacer ruido, me adentre y Brian hizo lo mismo.
— Espera aquí por favor—Le pedí. — Iré a mi habitación por mi ropa y todas mis cosas, no es necesario que me acompañes.
 — Esta bien.
Suspire y comencé a caminar en dirección a mí habitación, al parecer Tom estaba dormido ya que no se oía ningún ruido cosa que por dentro me alegraba demasiado, iba caminando por el pasillo cuando me detuve en la puerta de su habitación la cual estaba entre abierta, sin poder contra mis deseos de querer verlo me adentre en la habitación con mucho cuidado.
Acostado en su cama, tapado de la cintura para abajo con el pecho desnudo y una cara tan tranquila se encontraba mi gemelo, sentí la necesidad de acercarme hasta donde estaba y acariciarle el rostro y darle un beso rápido per no podía hacerlo, no debía. Suspire y salí de la habitación dirigiéndome a la mía, abrí la puerta y me dirigí rápidamente al closet abriendo las puertas y sacando dos maletas grandes. Comencé a sacar mi ropa y meterla en la maleta, tenía bastante ropa la cual esperaba que me cupiera en las maletas, una vez que guarde toda mi ropa comencé a sacar mis pulseras, collares, maquillaje, anillos y todo. Termine antes de lo pensado, había sido rápido y no había hecho nada de ruido, mientras guardaba mi ropa desee que Tom se levantara y me mirara aquí, quería verlo despierto y hablándome pero al parecer no iba a ser posible eso.
— Listo—Dije al ver todo guardado en las maletas.
Las baje de la cama y salí con mucho cuidado de la habitación, me quede unos segundos parado afuera de la puerta de la habitación de Tom y después comencé a caminar de nuevo. Llegue al recibidor y ahí se encontraba Brian esperándome, en cuanto me vio se acerco a mí y tomo las dos maletas quitándomelas de la mano y tomándolas él, mire como abría la puerta y salía, yo suspire y comencé a caminar para salir de la casa cuando escuche algo que hizo que el corazón de me detuviera.
— ¿A dónde fregados crees que vas? —Oí que pregunto una voz ronca.
Yo rápidamente gire mi cabeza y me encontré con quien esperaba y deseaba, mi Tom, mi gemelo estaba parado a unos cuantos metros de mí con una camisa negra de tirante cubriendo su pecho y un pants del mismo color. No pude evitar que una sonrisa apareciera en mi rostro al verlo.
— Te hice una pregunta Bill, ¿A dónde crees que vas? —Volvió a preguntar.
Yo ahí caí en cuenta, se había dado cuenta de que había venido por mis cosas, estaba por responderle cuando Brian entro de nuevo a la casa con las maletas.
— Billy tenemos que ir.. —Dejo de hablar al ver a Tom. — Así que estabas despierto.
— Buenos días Brian—Dijo Tom con una sonrisa socarrona. — ¿Cómo estas?
— Muy bien gracias por preguntar—Respondió Brian sereno. — Billy tenemos que irnos porque recuerda que Lilieth está con Marcela.
— Si yo ya.. —No pude terminar de hablar pues Tom hablo.
— Tú no vas a ningún lado Bill.
— Si, si va algún lado y conmigo—Dijo Brian en tono serio.
— El no va a ningún lado porque lo digo yo—Dijo Tom comenzando a caminar hacia mí. —No sale de aquí.
— Tú no eres nadie para decidir sobre el—Dijo Brian poniéndose frente a mí. — El decide solo.
— Quítate Brian si no quieres que te vuelva a dar una paliza— Le advirtió mi hermano.
— No.
Mire como Tom ante esa respuesta cerró los puños y comenzó acercarse más, estaba seguro de que Tom no estaba bromeando así que me posicione enfrente de Brian logrando que se sorprendiera.
— Bill quítate de enfrente—Me dijo.
— Brian por favor lleva mis maletas al carro y déjame hablar a solas con Tom—Le pedí.
— Pero Billy..
— Por favor Brian.
— Esta bien—Respondió este. — Si comienza hacerte algo solo, solo grita.
Yo asentí con la cabeza y mire como Brian volvía a tomar las maletas y salía de la casa cerrando la puerta, otra vez estaba parado frente a Tom, mirándolo seriamente y seguro de lo que iba hacer.
— Sabes perfectamente que de esta casa no sales ¿verdad? —Me pregunto Tom.
— No, no lo sé.
— Pues ahora lo sabes Bill, tu de esta casa no sales porque yo lo digo.
— Yo te dije que no te salieras de esta casa cuando te fuiste, no solo te dije, te rogué—Le recordé. —¿Lo recuerdas?
— Bill por favor no vuelvas con la misma estupidez.
— No fue ninguna estupidez para mí—Le respondí acercándome a él. — Nada de lo que tenga que ver contigo es una estupidez.
— Mira Bill no me hagas que yo vaya por tus cosas y.. —No lo deje terminar.
Me acerque a él acortando toda la distancia que había entre nosotros, lleve mis manos a su cuellos y junte mis labios con los suyos, un roce que en segundos se volvió un beso donde nuestras lenguas ya estaban presentes, Tom sin pensarlo llevo sus manos a mi cintura juntándome fuertemente contra él, yo rodee su cuello por completo con mi brazos y le correspondí al beso tan apasionado que me estaba dando. Mis labios apretándose contra los suyos, mi lengua luchando con la suya para ver quien llevaría el control, sus manos comenzaron a bajar hasta mi trasero apretándolo, dentro del beso no pude evitar soltar un jadeo. Seguí besando esos labios que tanto me gustaban hasta que sentí como el aire comenzaba a faltarme. Me separe solo unos centímetros de él y lo mire a los ojos.
— Vaya.. —Dijo tratando de calamar su respiración. — Ese beso me gusto.
— A mi también—Le dije con una sonrisa.
— Creo que con eso queda perfectamente claro que no te irás ¿verdad?, creo que con eso queda muy claro que quieres quedarte aquí conmigo—Dijo con una sonrisa de medio lado.
— Te amo Tom—Le dije dándole un beso corto en los labios.
— Lo sé.
Como me lo esperaba respondió con su arrogancia y superioridad, él sabía perfectamente lo que sentía por él lo tenía más que claro y lo hacía sentir con demasiado poder.
— Se que me amas, sé que no puedes vivir sin mí, sé que si quiera volver a irme volverías a rogarme que me quedara, se que estas bajo mi merced—Dijo con una gran sonrisa. — Lo sé todo de ti.
— No, no sabes todo de mi—Dije con una sonrisa yo separándome poco a poco de él. — Yo sé algo que tú no sabes.
Tom me miro confundido ante esa respuesta, yo solo sonreí más.
— Se algo que tu no.
— ¿De qué hablas Bill? —Pregunto.
— ¿Quieres que te diga a que me refiero? ¿Quieres que te diga que es lo que no sabes? —Dije ensanchando más la sonrisa.
— No estés jugando conmigo Bill, dime de una vez a que fregados te refieres.
Me volví acercar a él, pasando mis manos de nuevo por su cuello y llevando mis labios hasta su oído.
— Eso es lo que pasa Tommy—Dije despacio y seguro.
— ¿Qué quieres decir Bill? No estés jugando, dime ¿A qué te refieres? —Pregunto alejándome y tomándome de los brazos mientras me zarandeaba.
Me refiero Tommy a que ya no juego contigo, ya no quiero estar en el puto juego del monstruo, ya no quiero ser tu juguete, ya no quiero ser tu nene, ya no quiero ser tu hermano, el estúpido que va detrás de ti, ya no quiero estar en tu juego—Dije con una sonrisa. — Me doy por vencido o más bien, me salgo.
Pude ver en la cara de mi gemelo el desconcierto que le causo todo lo que le dije. Estaba seguro de que estaba sorprendido y sin saber que decir, lo había hecho, lo había dicho.
— ¿Qué..?
— El beso que te di Tommy fue el de abandono, ya no quiero seguir jugando. Ya no quiero estar contigo.
— ¡¿Qué fregados estás diciendo Bill?! —Pregunto apretando su agarre en mis brazos.
Que abandono el juego del monstruo.
Y después de decir esto me solté de su agarre, le sonreí y me di la media vuelta comenzando a caminar hacia la puerta, apenas iba abrirla cuando me hablo.
— Bill más vale que no abras esa puerta y que regreses y me digas que lo que dijiste fue una estupidez—Me dijo mi gemelo.
— No puedo.
— Bill—Dijo amenazante.
Abrí la puerta di un paso hacia afuera y me gire para verlo, seguía parado en el mismo lugar, apretando los puños y mirándome completamente enojado.
— Lo siento Tom pero el juego termino—Le dije con una sonrisa. —Termino tu juego conmigo.
 
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