miércoles, 20 de octubre de 2010

Adelanto del Capítulo 24 de THAT BOY IS A MONSTER.

Capítulo XXIV.
— Bill más vale que no abras esa puerta y que regreses y me digas que lo que dijiste fue una estupidez—Me dijo mi gemelo.
— No puedo.
— Bill—Dijo amenazante.
Abrí la puerta di un paso hacia afuera y me gire para verlo, seguía parado en el mismo lugar, apretando los puños y mirándolo completamente enojado.
— Lo siento Tom pero el juego termino—Le dije con una sonrisa. —Termino tu juego conmigo.
— ¡BILL NO TE ATREVAS A SALIR POR ESA PUERTA! —Dijo enojado comenzando a caminar hacia donde yo estaba. —¡NO ME HAGAS HACER ALGO QUE NO QUIERO!
— ¡¿Cómo qué? ¿Pegarme de nuevo? —Dije alzando una ceja y adentrándome de nuevo en la casa. — ¿A eso te refieres?
Tom se quedo callado y se quedo parado frente a mí, cerré la puerta de entrada y lo enfrente con la mirada. Seguía con los puños cerrados, su mirada clavada en la mía.
— Tú de aquí no sales Bill, tú no te vas a ir de aquí—Dijo tomándome del brazo fuertemente. —No te voy a dejar salir de aquí.
— Y ¡¿POR QUÉ NO QUIERES DEJARME SALIR?! ¡¿POR QUÉ AFUERZAS QUIERES QUE ME QUEDE AQUÍ?
— ¡PORQUE TU NO PUEDES SALIR DE AQUÍ A MENOS QUE YO LO DIGA! —Me gritó. — ¡AQUÍ YO PONGO LAS REGLAS!
Tom termino por acercarse hasta mí de nuevo, tomándome de un brazo y comenzando a jalarme. Estaba más que furioso, estaba enojado y por más que tratara de negarlo u ocultarlo estaba desconcertado, en su rostro lo podía mirar y ¿A que se debía? A lo que yo le había dicho. Me deje arrastrar hasta su habitación donde me tiro bruscamente en la cama y luego cerró la puerta con seguro.
— Yo no estoy jugando Bill, te lo estoy advirtiendo, tu de aquí no sales y menos con Brian—Dijo en tono más calmado. — ¿Entendiste?
— Tu aquí Tommy ya no pones las reglas—Dije levantándome de la cama. — ¿Qué no entiendes que ya no estoy en tu juego? ¿Qué no escuchaste lo que te dije?
— ¡MALDICIÓN BILL NO ME HAGAS HACER ALGO QUE NO QUIERO! — Volvió a gritarme esta vez golpeando la puerta con el puño cerrado. —¡NO ME HAGAS ENOJAR MAS!
— ¡ATREVETE, PEGAME DE NUEVO SI TE ATREVES! —Le enfrente. Tenía que hacerlo, el juego había comenzado. —Yo ya no estoy más contigo.
— ¡CALLATE QUE SABES QUE ESTAS MINTIENDO, COMO SIEMPRE! —Grito acercándose completamente hasta donde estaba yo. —No me hagas enojar Bill, no sabes cómo me puedo poner.
— ¡Claro que lo sé! —Le grite yo. — Y créeme que lo sé perfectamente, y porque lo sé ya no quiero seguir mas, me aburrí de tu juego, me aburrí de tus reglas.
Mire el rostro de Tom el cual demostraba enojo y a la misma vez desconcierto por lo que estaba diciendo, sabía perfectamente que para nada se esperaba que yo le dijera todo lo que le estaba diciendo y yo estaba igual, no podía creer que lo estaba diciendo y a quien, estaba sorprendido de mi mismo. Tom dio unos cuantos pasos con la intención de acercarse a mí y luego los retrocedió.
— Lo siento Tom, tu juego ha terminado.
— ¿Quién lo dice? ¿Tú? —Pregunto con una sonrisa en su rostro. — Solo porque dices que ya no quieres jugar, que te aburriste, por dios Bill ni tú mismo te crees esa mentira.
— No estoy mintiendo Tommy, te estoy diciendo la verdad ya me harte—Dije mirándolo a los ojos. — Estoy harto y decepcionado.
Tom se me quedo mirando, por la mirada que me estaba dando hasta podía pensar que me estaba matando, dando una paliza pero eso no debía intimidarme, le iba a demostrar que yo podía jugar, ser igual que el. Se acerco a mí rompiendo toda distancia, juntando su pecho con el mío, su frente con la mía quedando nuestros labios a unos cuantos centímetros.
— Ni tú mismo hermanito te crees eso que estás diciendo—Dijo restregando su aliento contra mis labios.
— Tú eres Tommy el que no cree lo que yo estoy diciendo, tú..—Dije rozando sus labios con los míos. —Eres el que no quiere aceptarlo.
— ¿Aceptar qué? —Pregunto pasando una de sus manos por mi espalda despacio.
— Aceptar que…—No me dejo terminar de hablar ya que me interrumpió.
— ¿Qué es lo que quieres que acepte? ¿Qué crees que yo no quiero aceptar? —Preguntaba mientras pasaba su mano por toda mi espalda, acariciando lentamente.
— Tu Tommy te estás haciendo el tonto—Dije pasando mis brazos por su cuello juntando un poco mas nuestros rostros. —No quieres darte cuenta de lo que es evidente.
— Y ¿Qué es lo evidente para ti? —Me pregunto.
— Que me quieres—Dije con una sonrisa.

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