miércoles, 29 de septiembre de 2010

THAT BOY IS A MONSTER-.ADELANTO DEL CAPITULO XXIII.

1 comentarios
Adelanto del Capítulo XXIII.

Acabábamos de llegar a la casa, la cena a la que me había invitado había sido estupenda, me la había pasado muy bien con él y con la pequeña Lilieth. Al principio la verdad no me había parecido muy buena idea el aceptar e ir pero la verdad no me arrepentía de haberlo hecho. Nos adentramos en la casa y Brian encendió las luces, en la tarde me había mostrado cual sería mi habitación, donde estaba el baño, la cocina, me había dicho donde estaba el jardín en fin, todo lo que necesitaba saber. También me había convencido de que mañana iríamos a la casa por mi ropa y todas mis cosas, ya que no había aceptado que él me compara ropa, ¿Cómo aceptar? No se puede o más bien no se debe.
Brian subió las escaleras con la pequeña en brazos y yo me quede en el living, todavía no tenia sueño y no tenía ganas de irme a encerrar en la habitación, me sentía mal, desconcertado y un completo estúpido.
— ¿De verdad lo vas hacer Bill? —Me preguntaba a mi mismo mirando al suelo. —¿De verdad piensas jugar así?
Desde la tarde me lo llevaba preguntando, desde la tarde me llevaba cuestionando si de verdad yo podría hacer algo como eso, enojado estoy, triste también, enamorado ni se diga, estúpido igual ¿ Y todo por quién? Por él, por mi gemelo, por mi sangre, por mi hermano, por Tom.  La gente hace lo que quiere cuando no le importa nada, la gente opina lo que quiere cuando quiere hacerse escuchar entonces, ¿Por qué yo no?, quiero que Tom me escuche, quiero que Tom acepte que me quiere, quiero que él sea solo mío como yo soy solo suyo, en pocas palabras quiero ganar el juego que él dice no puedo.
— Te amo, te amo y de eso no me queda la menor duda—Decía en voz baja mirando aun al piso. —Pero no solo yo quiero ser el que ame de los dos, quiero que tú me ames.
Siempre son dos las personas que se quieren, dos las personas que están juntas, dos las personas que se aman, siempre es así y yo así quiero que sea. No somos una relación Tom y yo, somos hermanos gemelos pero lo amo, lo quiero, a pesar de todo lo quiero y no puedo evitarlo, ¿Por qué? no lo sé, pero así es. Yo soy suyo y el es mío, así quiero que sea ¿Cómo lograrlo? De la única manera que creo podría hacerme ganar.
— Tú me quieres, tú me amas y de eso estoy seguro, solo hace falta que te des cuenta y te voy ayudar hacerlo, te darás cuenta de eso—Dije levantando la mirada. —Mi juego comienza y el tuyo va a terminar porque es la única manera de que yo pueda ganar.
Sin pensarlo más me recosté por completo en el sillón recargando mi espalda en el respaldo del sofá y llevando las manos a mi cara tapándola completamente, me sentía tranquilo pero a la vez no, me sentía preocupado y triste, pensé que cuando saliera del hospital regresaría a la casa donde estaba Tom, que todo estaría bien y olvidado pero al parece me había equivocado. Suspire profundo y baje las manos dejándolas caer a los costados de mi cuerpo.
— ¿Estás bien Billy? —Oí que me preguntaron.
Abrí los ojos rápido encontrándome con Brian parado frente a mí mirándome atentamente, sorprendido por el verlo frente a mí me levante del sillón quedando parado frente a él, pensé que se quedaría en su habitación y dormiría ya que cuando veníamos de regreso había dicho que estaba cansado.
— Sí, estoy bien—Respondí. —Solo, solo estaba pensando.
— ¿En qué pensabas? —Me pregunto pasando por alado de mi y sentándose en el sillón. — Claro si se puede saber.
— Bueno pues la verdad yo.. —Comencé a tartamudear. — Yo..
— No me digas que quieres irte—Dijo mirándome serio. — No te quieres ir con Tom ¿verdad?, ¿Qué no dijiste que..?
— ¿Cómo sabes qué me quieres Brian? —Le pregunte de golpe interrumpiéndolo.
— ¿Qué? —Pregunto sorprendido.
— ¿Cómo estás tan seguro de que me quieres? ¿Cómo sabes eso? ¿Cómo puedes decirlo si apenas me conoces? —Comencé a preguntarle mientras lo miraba a los ojos. —¿Cómo puedes decir eso si tu no..pues a ti no te van..los hombres?
Brian se levanto del sillón, claramente estaba sorprendido por todo lo que le había preguntado y dicho, me miraba atentamente mientras quedaba parado frente a mí, a cierta distancia, ni tan lejos ni tan cerca. Me miraba a los ojos y yo a él, este era el momento aquí empezaba todo.
— No lo sé—Fue su respuesta. — No lo sé.
— Entonces ¿Cómo dices que me quieres?
— Porque te quiero, me importas, eres muy importante para mí.
— Entonces solo me quieres, no te gusto, tienes un aprecio hacia a mí como un amigo—Dije yo. —No me quieres de otra manera.
— Estas equivocado.
— ¿Por qué? —Pregunte.
— Porque tú y yo estamos de la misma manera Bill—Dijo en tono serio. —Tú quieres a Tom nada más, no te gusta ningún otro, solo el ¿O me equivoco?
— No, no te equivocas, solo Tom me gusta, él es el único hombre que me ha llamado la atención—Le respondí.
— Pues a mí también, estoy en la misma situación que tu—Dijo acercándose un poco más. —Tú eres el único hombre que me ha llamado la atención, que sin conocerlo de tiempo, sin haberlo tratado demasiado me llamo la atención, hizo que le agarrara cariño rápido.
— ¿Entonces yo..? —No quise terminar la pregunta.
— Si Billy tu me gustas mucho y te quiero.
Listo, todo estaba como tenía que ser o más bien como esperaba que fuera ¿Iba a jugar no? Pues entonces era mejor que empezara, dos personas se pueden amar, dos personas se pueden gustar, entonces dos personas pueden jugar para ganar. Mi juego va a comenzar, donde yo ganare y Tom perderá, pero no perderá mi amor, si no que perderá ante mi aceptando que me quiere, que me ama y que le importo, aceptando que el solo va a ser mío y yo suyo, va a perder demostrándome su amor.
— Ha iniciado—Dije en voz baja para mí.

domingo, 26 de septiembre de 2010

THAT BOY IS A MONSTER-.Capítulo XXII.

2 comentarios

Capítulo XXII.
— Porque las dos cosas importantes que tengo son tu y ella—Respondieron.
Tanto la niña, como Tom y yo dirigimos la vista a la puerta de la habitación donde recargado en el marco con las manos en los bolsillos se encontraba Brian.
— Baja a mi hermana por favor Tom—Le pidió Brian adentrándose en la habitación.
Tom sonrió cuando miro como Brian se acercaba hasta donde estaba el, extendió las manos dirigiéndolas a su pequeña hermana y esta hacia el pero Tom se movió alejándolos a los dos y poniéndose alado de mí.
— Tom por favor dame a mi hermana— Volvió a pedir Brian. — Suéltala.
— ¿Por qué debería soltarla Brian? Sabes que a esta pequeña la quiero mucho—Respondió mi gemelo con una sonrisa mientras apretaba mas a Lilieth a su cuerpo. —Anda pequeña, dile a tu hermano que tú también me quieres.
— Nop—Respondió la pequeña.
— ¿Por qué no? —Le pregunto Tom.
— Porque si digo eso, estariap mintiendo—Respondió la pequeña mirando a Tom.
A Tom la sonrisa que tenía en el rostro se le quito por completo, se quedo observando a la niña quien lo miraba con cara de miedo poniendo las manos en el pecho e intentando alejarlo. Brian que hasta el momento se había mantenido alejado de Tom y su pequeña hermana se acerco hasta arrebatársela de las manos.
— ¿Estás bien princesa? —Le pregunto Brian con una sonrisa. — ¿Te hizo algo Tom?
— Nop, no me hizo nada hermanito—Respondió la niña con una sonrisa mientras abrazaba a Brian. —Te extrañe.
— Princesa pero si solo me fui por unos minutos, te dije que regresaría pronto—Dijo este con una sonrisa.
Yo me quede mirando unos segundos a Brian y su pequeña hermana Lilieth, ahora que los miraba juntos me daba cuenta de que en verdad se parecían, los dos con unos ojos hermosos azules, una mirada dulce y de cariños, una sonrisa hermosa, definitivamente no sabía como antes no se me había pasado por la cabeza que esa pequeña podría ser la hermana de Brian. Entonces después de un pequeño trance de ver a los dos hermanos recordé que en la habitación también se encontraba mi gemelo, mi Tom. Gire la cabeza y me encontré con que estaba mirando detenidamente la escena que proporcionaban Brian y su hermana, apretaba los puños fuertemente y sus ojos dejaban ver que estaba enojado.
— ¿To..Tom? —Pregunte al verlo así.
— Y bien Brian, ya que tuviste tu estúpido momento familiar amoroso, ¿No tienes algo que decirme? —Le pregunto en tono serio.
— No, yo no tengo que decirte nada—Respondió este dejando a la niña en el piso. — O más bien sí, tengo que decirte que Bill ya puede irse a la casa, ya lo darán de alta.
— ¿Enserio? —Pregunte al escuchar eso. — ¿Podre irme ya si quiero?
— Ahora en este momento no, pero mañana si cuando este el doctor—Me respondió con una sonrisa.
Al escuchar esto se me formo una sonrisa en el rostro, a pesar de que no había sido consciente de que había pasado una semana entera en el hospital me alegraba el saber que ya podría salir, los hospitales nunca me han gustado, siempre se me han hecho deprimentes y fríos. El hecho de saber que ya podría salir me alegraba mucho y no solo eso era lo que me alegraba, sino que también que ya podría volver a la casa, estar de nuevo con Tom, volver a empezar sin mentiras, sin que yo volviera a ser un puto mentiroso.
— De verdad que has cambiado demasiado Brian—Dijo mi gemelo caminando hasta ponerse frente al mencionado. —¿Tanto te pego?
— No sé de qué estás hablando Tom—Respondió.
— ¿Sabes de qué me doy cuenta Brian? —Le pregunto mi gemelo con una sonrisa de medio lado. —Que el puto de mi hermano te ha pegado lo mentiroso.
¿Qué había dicho? Me había insultado, había hablado mal de mí frente a Brian, ¿De verdad lo había hecho?. Me quede con la boca abierta ante ese comentario, no podía creerlo.
— No le digas mentiroso y puto a Bill, Tom.
— ¿Por qué? ¿Lo estas defendiendo? —Le pregunto Tom acercándose más a Brian. —¿Ahora eres mejor amigo de el?
— Tom…—Trate de hablar yo pero no me dejo.
— Tu cállate estúpido a ti nadie te está hablando—Me dijo sin mirarme.
— ¡No le digas estúpido Tom! —Le dijo Brian mirándolo serio. — No eres el indicado para hablarle así.
Tom volvió a sonreír pero esta vez soltó una péquela carcajada sorprendiéndome, Tom me estaba dejando por lo suelos frente a Brian y este me estaba defendiendo, en vez de que fuera al revés.
— No puedo creer que lo estés defendiendo.
— Lo estoy defendiendo porque lo estas insultando, te estás pasando.
— ¿Tanto te pego? ¿Qué acaso ya te lo tiraste? —Le pregunto. Ahí sentí como mi boca se abría completamente por el comentario que había hecho. — ¿Qué no se supone que a ti no te iban los tíos?
— Mira Tom yo..
— No puedo creerlo Brian, ¿Cuándo te lo tiraste? ¿Cuándo te lo llevaste a la puta cama? —Le pregunto Tom agarrándolo por el cuello de la camisa. — ¿Te gusto? ¿Por eso lo defiendes ahora?
— ¡CALLATE! —Grite yo al escuchar las estupideces que estaba diciendo.
— ¡TU NO TE METAS ESTUPIDO, NO TIENES NADA QUE DECIR ASI QUE CALLATE! —Me respondió mi gemelo sin mirarme.
— Tom no sabes lo que estás diciendo—Respondió en tono tranquilo Brian. — Sera mejor que dejes de decir estupideces, recuerda que esta una niña pequeña aquí.
— ¿A mí que fregados me importa que tu hermana este aquí? Me vale madre si escucha o no.
— ¡CALLATE TOM! —Le grito Brian un poco mas enojado, ya no había tranquilidad en su rostro.
— Ahora te atreves a callarme, definitivamente me sorprendes ''mejor amigo'', creo que el pasar toda una puta semana aquí con mi hermano te ha cambiado—Dijo. —¿Dónde está mi mejor amigo al que no le van los tíos, al que no le gusta dar por detrás?
— Tom…—Decía Brian.
— ¡TE GUSTA ESTUPIDO, TE GUSTA MI PUTO HERMANO! —Le grito a la cara mientras lo jaloneaba de enfrente atrás por el cuello de la camisa. —¡ERES UN PUTO, TE GUSTA MI HERMANO!
— Tom eso no es cierto—Dije yo.
Después de un rato hable, después de haber estado mirando un rato la escena que estaban armando decidí hablar. No podía creer todo lo que Tom estaba gritando, ¿Qué no se daba cuenta de que había una niña pequeña, de que estaba equivocado en lo que decía de que yo le gustaba a Brian? Porque no, yo estoy seguro de que Brian solo me mira como su amigo.
— ¡RESPONDEME! ¿TE GUSTA BILL? —Le pregunto Tom. —¿Es cierto lo que dijo tu hermana de que lo quieres?
— Tom no es cierto, la niña lo dijo porque.. —No pude terminar de hablar pues Brian hablo.
— Si—Respondió con voz firme. —Es verdad.
¡PUM! Ahora sí, creo que me había quedado con la boca demasiado abierta como para que un carro se me metiera por ahí, ¿Había escuchado bien? ¿De verdad Brian había dicho que si?, no, tenía que haber escuchado mal, no podía ser que él me quisiera como más que a un amigo, apenas hemos convivido, hablado.
— Así que tenía razón tu pequeña hermana—Dijo Tom soltando a Brian y dándose la media vuelta. —Pues adivina que querido amigo.
Tom dio un paso adelante alejándose de Brian y de pronto, en un movimiento se giro dándole un puñetazo en la cara haciendo que este se fuera dos pasos hacia atrás con la mano en el rostro. De un momento a otro mire como Tom estaba en el piso con Brian debajo de el, mi gemelo dándole puñetazos en la cara, el estomago donde podía y Brian devolviéndoselos cada que se le daba la oportunidad.
— Déjalo…deja a mi hermanito—Grito la niña acercándose hasta donde estaban los dos. —No le pegues..déjalo..ss..sniff..déjalo.
La niña se acerco hasta donde estaban los dos, se posiciono de lado de Tom dándole pequeños empujones tratando de apartarlo de encima de su hermano, obviamente sin ningún resultado, la niña siguió molestado a Tom hasta que este le grito.
— ¡QUITATE MOCOSA!
— Deja a mi hermani…hermanito..sniff…no le pegues.. —Le pidió mientras lo seguía moviendo.
Tom quien se distrajo gracias a la niña recibió un puñetazo en el rostro y en el estomago haciendo que se distrajera sin perder la posición que tenia, la niña lo siguió moviendo hasta que de un momento a otro mire como la pequeña salía volando cayendo al piso fuertemente de sentón.
— AAAUUU—Se quejo la niña fuertemente.
— ¡ERES UN MALDITO TOM! —Oí que grito Brian.
Y de un momento a otro mire como Brian se encontraba ahora sobre Tom dándole demasiados golpes, se había enojado por lo que Tom le había hecho a su hermana, se notaba demasiado, no me quedaba la menor duda. Los dos se estaban dando una muy buena paliza, tenía que detenerlos, no quería que ninguno de los dos saliera lastimado. Entonces sin pensármela dos veces me acerque hasta donde estaban y comencé a jalar a Brian de un brazo hasta lograr que se apartara de Tom.
— ¡¿Cómo te atreviste a empujarla así?! ¡Sabes perfectamente que me puedes pegar a mí, gritar, lo que se te venga en gana pero a mi hermana NO! —Le dijo enojado. — ¡CON ELLA NO TE METAS!
— ¡YO ME METO CON LO QUE SE INTERPONE EN MI! —Respondió Tom. — ¡CON TODO LO QUE SE ME INTERPONGA!
— ¡Con ella no, lo sabes!—Volvió a decir.
— ¿Por qué no? Tú te metiste con mi hermano—Le dijo Tom apretando los puños. — Te gusta y no solo eso, lo quieres estúpido.
— Si, no lo voy a negar—Respondió Brian mirándome a mí. — No tengo porque negarlo.
Yo estaba como una completa estatua, no sabía que decir, como actuar, como mirarlo, no sabía completamente nada, estaba en estado de shock. Jamás me imagine el que yo le pudiera gustar a Brian, como ya dije antes, casi ni hemos hablado, solo unas cuantas veces, casi nunca nos hemos visto, aparte el no es de a los que le van los tíos.
— ¡¿Dónde FREGADOS QUEDO EL BRIAN AL QUE LE ENCANTABAN LAS MUJERES?!-Pregunto mi gemelo enojado. —¡¿Dónde?!
— No lo sé, lo único que se Tom es que quiero a Bill, quiero a mi hermano y a Bill porque son lo más importante para mí.
— Pues déjame decirte algo ''mejor amigo''—Dijo Tom con una mirada de odio. — Te diré lo mismo que le dije a la enfadosa de tu hermana, Bill solo me quiere y ama a mí, Bill solo tiene ojos para mi, ¿Sabes por qué? porque está enamorado de mi.
Y después de decir eso dirigió su vista hacia a sonrió y volvió a mirar a Brian quien ya se encontraba alado de su hermana, cubriéndola con su cuerpo.
— No comparto lo que es mío Brian, lo sabes.
— Bill no es tuyo.
— Claro que lo es, Bill es mi hermano, es mío—Le respondió Tom con tono superior. — ¿Quieres escucharlo por ti mismo?
— ¿Quieres escuchar cómo cambia de opinión cuando le diga lo que quieres hacer, lo que le quieres hacer?
Y como si eso hubiera sido algo mortal la sonrisa y la cara de Tom cambio por completo, ahora tenía una cara que demostraba enojo pero preocupación a la vez. Esta vez Brian sonrió y me miro, yo solo permanecía parado sin entender nada, me sentía un completo estúpido.
— Tú no vas a decir nada estúpido—Dijo Tom enojado. — Porque si dices una sola puta palabra, pierdes lo único que dices tener.
Y la sonrisa de Brian se borro al escuchar esto, apretó mas a Lilieth contra su cuerpo y esta lo abrazo, las cosas se había puesto peor ahora, tenía que hacer algo para que esto se calmara.
— To..Tom.. —Me atreví a decir. — ¿Por qué..porque mejor no nos vamos de aquí?
— Si, lo mejor será que me vaya—Me respondió girándose y dándole la espalda a Brian. — Los hospitales los odios, así que me largo, que mañana venga tu estúpida visita a pie si tanto quiere verte.
— Espérame..solo me cambiare, me pondré mi ropa y nos vamos—Dije con una sonrisa.
— No, tú no te vienes conmigo Bill, me voy yo solo—Me respondió pasando de mi. — Yo no me regresare contigo.
— Pero..
— Pero nada, yo contigo no estoy nada contento, B–I–L–L—Dijo antes de salir de la habitación.
Y me quede completamente sorprendido, se había ido sin mí, había dicho que no estaba contento conmigo, que no quería que yo me regresara con él. Cerré y abrí mis ojos rápidamente sintiendo como rápido comenzaban a formarse lagrimas en ellos, esto estaba mal, ¿Por qué? porque me había dicho Bill ahora que prestaba atención, desde que hable con él en la mañana me ha dicho Bill y no nene como me decía antes de que me diera la paliza.
— Tom.. —Dije en voz baja mirando la puerta cerrada frente a mí.
— Bill lindo, Bill lindo—Escuche que comenzaron a decir a mis espaldas. — ¿Estas llorandop?
La hermanita de Brian se había puesto frente a mi mirando como lloraba, rápido me pase las manos por las mejillas quitando los rastros de lagrimas y le sonreí, ella me correspondió y me abrazo fuertemente las piernas.
— Vez que yop tenía razón—Dijo la niña aun abrazándome. —Mi hermanito te quiere.
— Princesa no digas nada.
— Shhhh hermanito, estoy hablando con Bill lindo—Respondió la pequeña. — Yo también te quiero Bill lindo, te quiero igual que mi hermanito.
Yo solo miraba la puerta por la que había salido Tom y escuchaba lo que la niña decía, me urgía salir del hospital e ir hablar con Tom y aclarar las cosas, no podía estar así con él, no quería estar así con él y que él estuviera tan frio, cortante, enojado conmigo. Pose una mano sobre la cabeza de la niña y esta levanto la mirada encontrándose con la mía y sonriendo.
— ¿Podrías ir al baño y traerme poquito papel princesa? —Le pregunte con una sonrisa.
— Sip.
La niña me soltó y corrió hacia el baño adentrándose, me gire y me encontré con la mirada de Brian, su ropa estaba desarreglada, su cabello enredado y tenia ciertas partes de la cara rojas por los golpes que hace minutos había recibido.
— Necesito hablar contigo—Le dije cortante.
— Bill yo..lo que dije..no quería que lo supieras así— Comenzó a decir.
— Quiero que me lleves a la casa y que le digas a Tom que todo lo que acabas de decir lo dijiste para hacerlo enojar y no porque sea verdad—Dije enojado.
Note como Brian se sorprendió ante lo que le dije.
— ¿Qué? —Pregunto.
— Quiero que le digas a Tom que mentiste, que no es verdad que me quieres—Le volví a decir. —Porque no es verdad, tu no me quieres, lo dijiste para hacerlo enojar y lo lograste se enojo contigo y conmigo más de lo que ya estaba.
— No voy a ir a la casa y decirle que es mentira lo que dije.
— ¿Por qué no?
— Porque nada de lo que dije es mentira, te quiero Bill, no sé como paso, no sé cuando, pero te quiero, eres alguien muy importante para mí, demasiado—Dijo acercándose lentamente. — ¿Qué no te das cuenta?
— Estas mintiendo, ni siquiera me conoces solo hemos hablado y visto unas cuantas veces no puedes quererme—Le respondí.
— Te quiero Bill.
— Pues ¡YO NO! ¡YO NO TE QUIERO! —Le grite. — Y si tu no me llevas a la casa con Tom y le dices que mentiste lo hare yo.
Me di la vuelta dispuesto a salir de la habitación con la bata del hospital no me importaba, cuando sentí como un agarre me impedía avanzar. Quise moverme pero simplemente no pude, sentí como unos fuertes brazos me rodearon por el pecho y como mi espalda se pegaba con algo duro.
— No vas a salir de aquí hasta mañana Bill—Me dijo Brian al oído. Me estaba abrazando, estaba completamente en shock. —Hasta mañana que el doctor te de de alta.
— Suel..suéltame, quiero irme.
— No te voy a soltar Bill, te quiero—Volvió a decir. — Date cuenta, ¿Por qué crees que te dije todo lo que te dije? ¿Por qué crees que te defiendo? ¿Qué te protejo?
— ¡YO NO TE QUIERO, ESTAS MINTIENDO! —Le grite.
— ¿No quieres a mi hermanito? —Escuche que preguntaba una voz chillona.
Brian me soltó de golpe y se giro dándome la espalda, yo me quede parado en la misma posición unos segundos hasta que me gire encontrándome con la pequeña quien llevaba un pedazo de papel en la mano, me miraba atentamente con una cara que la verdad no me gustaba.
 — Princesa yo.. —No sabía que decir, ella había escuchado lo que había dicho.
— ¿No quieres a mi hermanito? —Me volvió a preguntar.
Estaba seguro de que la pequeña niña había escuchado todo, ella me miraba atentamente con esos ojos azules, una mirada que no sabía cómo descifrar. El papel que tenía en la mano me lo dio y yo lo acepte, ¿Qué le diría ahora? yo no quiero a Brian, no como algo más que a un amigo.
— Yo princesa… yo si quiero a tu hermano pero no como tú piensas—Comencé a decirle mientras me hincaba para quedar a su altura. —Quiero a tu hermanito pero como a un amigo, así lo quiero.
— Pero lo quieres, quieres a mi hermanito—Dijo la niña con una sonrisa. —El también te quierep.
La niña me sonrió y después se lanzo contra mi abrazándome, me sorprendió que hiciera eso pero me alegro, pase mis brazos por su pequeño cuerpo y la apreté mas contra mí, la cargue y me levante con ella en brazos, definitivamente esa niña era hermosa y muy carismática a pesar de ser tan pequeña.
— Bill lindo, me gusta que me cargues—Me dijo recargando su cabeza en mi pecho.
— A mí me gusta.. —No pude terminar de hablar pues me interrumpieron.
— Princesa tenemos que irnos—Dijo Brian girándose y encontrándose con la mirada de su hermana. —Ya es tarde y tenemos cosas que hacer.
Brian camino hasta donde estaba yo, extendió los brazos y me quito a la pequeña de los brazos. Yo lo miraba atentamente y este solo miraba a la pequeña.
— Nos vemos mañana Billy cuando el doctor venga a darte de alta—Dijo Brian sin mirarme y caminando hacia la puerta. — Que duermas a gusto.
Yo no respondí solo me les quede mirando a él y a su hermanita, los dos caminaban hacia la puerta Brian la abrió y los dos salieron de la habitación la niña despidiéndose de mí animadamente con la mano y una sonrisa. Cuando mire la puerta cerrada me gire y comencé a caminar hacia mi cama, había sido un día muy largo, de muchas sorpresas y enojos, necesitaba descansar porque mañana regresaría a mi casa.
*******
Mis papados los sentía pesados, sentía como algo pesaba en mi pecho y como la luz de alguna cosa me daba completamente en la cara. Comencé abrir poco a poco los ojos encontrándome con una cabellera rubia y con alguien acostado sobre mi pecho. Termine por abrir los ojos completamente y supe quien era.
— ¿Natalie? — Pregunte.
Apenas había pronunciado el nombre y mire como levantaban la cabeza, no me había equivocado, quien estaba acostada con su cabeza sobre mi pecho era nada más y nada menos que Natalie, me miro y me sonrió.
— ¡Bill! —Dijo con una enorme sonrisa. —Qué bueno que ya despertaste.
— Natalie, ¿Qué haces aquí? —Pregunte con curiosidad.
Esta se acomodo sentándose en la orilla de la cama y yo me senté recargándome en el respaldo de la camilla. Observe a Natalie atentamente ya que hace un tiempo que no la miraba, seguía con su cabello rubio, sus ojos azules, pero notaba algo diferente en ella.
— Vine a visitarte Bill, me entere de tu accidente de pelea dos días después de que te paso pero no había podido venir a visitarte—Dijo agachando la mirada.
— No te preocupes si no pudiste venir a visitarme antes—Le dije con una sonrisa. — Lo bueno es que viniste.
— Yo quería venir en el mismo momento en el que me entere pero no podía, no me dejaban—Soltó.
Eso me sorprendió, lo que notaba en diferente en Natalie era esa sonrisa, no se miraba tan alegre como cada vez que la miraba, se miraba distinta, distraída. Me le quede mirando a los ojos y esta agacho la mirada, algo tenia.
— Natalie, ¿Qué tienes? —Me atreví a preguntarle. — Te miras no sé, distinta, rara.
— Bill yo vine a visitarte aquí porque tengo que decirte algo muy importante—Me dijo mirándome seria y con voz baja. —Necesito que sepas algo.
Yo la mire sin comprender, ¿Qué era lo que quería decirme? ¿Era algo malo? Se miraba distinta y con cada gesto que hacia me daba cuenta, aunque me sonriera me podía dar cuenta de que esa sonrisa estaba vacía. Natalie suspiró profundamente y luego me miro directamente a los ojos.
— Me voy Bill, me voy de Alemania pasado mañana—Dijo en un tono totalmente frio y cortante.
— ¿Qué? —Dije sorprendido. — ¿Por qué? ¿A dónde te vas a ir? —No pude evitar preguntar.
— Me iré a Los Ángeles Bill, mi mamá se irá una temporada allá y yo..yo necesito despejar mi mente.
— Pero tú siempre decías que jamás te irías de Alemania, que te gustaba mucho vivir aquí—Le recordé lo que me decía cuando éramos pareja. —¿Por qué ahora quieres irte?
— Cambie de parecer, quiero conocer nuevas ciudades, lugares, personas—Dijo agachando la cabeza.
Entonces ahí entendí perfectamente o más bien arme mis conclusiones, Natalie hace ya unos días o casi semanas había terminado oficialmente conmigo porque se había enamorado de alguien más, porque alguien más le gustaba entonces, si lo que pensaba era correcto tal vez ''esa'' persona de la que Natalie se había enamorado tenía algo que ver.
— ¿Te vas por el verdad? —Le pregunte en tono serio. — Ya no quieres seguir viéndolo, quieres alejarte de él.
— ¿Qué? —Dijo completamente sorprendida por lo que había dicho.
— No te hagas Natalie, te conozco bien, ¿Qué se te olvida que estuvimos juntos?
— Yo..Bill.. es que tu.. —Comenzó a decir tartamudeando. Se levanto de la camilla y se puso frente a esta.
— ¿Qué te hizo Nat? ¿Qué te hizo para que quieras irte de Alemania? —Le pregunte levantándome yo también de la camilla.
Me acerque hasta donde estaba Natalie quedando frente a ella, de un comentario a otro se había puesto completamente nerviosa y eso me sorprendió.
— Yo Bill..se supone que tu.. —Comenzó a decir. —Se supone que Tom no te había..no te había dicho nada..yo..
— ¿Qué tiene que ver Tom en esto? —Pregunte confundido.
Natalie abrió los ojos completamente sorprendida, ¿Por qué había mencionado a Tom? ¿Qué tenía que ver el en todo esto?, me le quede mirando atentamente y esta comenzó a caminar hasta alejarse de nuevo de mi, la seguí con la vista y ahí fue cuando note que había algo en ella que me sorprendió.
— ¿Por qué traes la sudadera de Tom? —Pregunte alzando una ceja.
— Yo.. Bill.. —Respiraba rápidamente. —Solo vine a visitarte y a despedirme de ti, adiós Bill.
— Natalie.. ¿Qué tiene que ver Tom en..? —No pude terminar de hablar porque esta salió de la habitación.
Me había quedado con la maldita duda en la cabeza. No solo por el saber que tenía que ver Tom en todo esto, sino también por saber ¿Qué hacia Natalie con una sudadera de Tom?. Me dirigí a mi cama, me senté en la orilla y lleve mis manos a las rodillas con la cabeza gacha. Estaba sentando pensando cuando la puerta de la habitación se abrió, levante la mirada y me encontré con Brian y dos policías.
— Buenos días Billy—Me dijo con una sonrisa.
— Buenos días —Respondí mirando a los dos policías que lo acompañaban.
— Billy te presento a Matt y Klark, ellos son los policías que vienen a preguntarte como es que te paso lo de la golpiza, quien lo hizo y todas esas cosas—Respondió Brian mirándome a los ojos.
Yo trague saliva cuando dijo eso, sabía que era lo que quería, sabía perfectamente a que era lo que se refería. Brian se quedo parado mientras que los oficiales se acercaban a mí, cada uno con una silla, se sentaron frente a frente conmigo mirándome seriamente.
— Como se encuentra joven Trumper—Pregunto Matt, el oficial con cara de amargado.
— ¿Joven Trumper? —Pregunte sorprendido por el apellido que me había dicho.
— Si, ¿Así se apellida no? —Pregunto el mismo oficial.
— Bueno si, pero es que por lo general me dicen por mi otro apellido Ka…—No pude terminar de decirlo pues Brian hablo.
— Bill, tu solo tiene un apellido—Dijo Brian en tono serio. — El otro es muy feo.
— ¿Cuál es su otro apellido joven? —Me pregunto el segundo oficial.
— El segundo apellido de él es Somehalder—Respondió Brian por mí cosa que me sorprendió. — Es muy feo la verdad, así que mejor solo poner nuestro primer apellido.
— ¡Oh! —Exclamo uno de los policías.
Entonces ahí entendí, después de que dijo eso me cayo el veinte, no podía decirle a los oficiales que me apellidaba Kaulitz si mi hermano andaba en cosas tan retorcidas como vender y traficar droga, peleas y cosas de esas, ahora pensándolo mejor tal vez estaba registrado en el hospital como William Trumper.
— Bueno Trumper, de seguro ya sabe porque nos encontramos aquí ¿verdad?.
— Si, losé.
— Entonces empecemos de una vez—Dijo el oficial.
Está bien, lo hare. Diré todo, pero déjame solo, quiero estar solo.
Recordé inmediatamente lo que le había dicho a Brian, claro que no lo iba a cumplir, no iba a echar de cabeza a mí propio hermano, estaba loco si pensaba eso.
— ¿Cómo fue que le paso esto? —Me pregunto el oficial Matt.
— Bueno, vera.. —Comencé a decir. — La verdad es que esta paliza que me dieron me paso porque tuve una pelea—Respondí mirando a Brian, quien por lo que dije abrió completamente los ojos. —Iba saliendo de una fiesta, antes de llegar a mi casa unos tipos se acercaron a mí y trataron de robarme.
— ¿Robarle?
— Sí, como yo me opuse me comenzaron a golpear.
— ¿Entonces no solo fue uno? —Pregunto el otro oficial, Klark.
— No, en total eran cuatro—Respondí serio.
Brian me miraba atentamente, en su mirada podía ver el enojo que tenia, yo le había prometido que diría la verdad, que diría que Tom había sido quien me había golpeado, que él me había dicho esto pero era obvio que no, yo jamás lo denunciaría, lo daría de cabeza. Por más que lo hubiera prometido no puedo, lo quiero, lo amo, es mi hermano gemelo.
— Entonces podemos decir que sufrió de un asalto—Dijo el oficial Matt. — ¿No reconoció a nadie que lo golpeo?
— La verdad no, no pude verle bien los rostros—Respondí agachando la cabeza.
— Ok, está bien joven Trumper—Dijo Klark. —Daremos su registro como un asalto y trataremos de encontrar a los responsables aunque parece muy difícil ya que no les miro el rostro a algo.
— Lo siento, pero de verdad no pude ver quiénes eran.
— No se preocupe, nosotros nos vamos. Gracias por su declaración.
Los oficiales se levantaron de las sillas, se despidieron de mí y se dirigieron a la puerta junto con Brian quien los despidió. Los oficiales salieron del cuarto y Brian cerró la puerta, se quedo parado dándome la espalda unos minutos hasta que se giro y me miro directamente a los ojos.
— ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué mentiste? —Me pregunto. —Dijiste que dirías la verdad, me lo dijiste y prometiste.
— Lo siento Brian pero no pude—Fue mi respuesta.
— ¡PERO ME LO PROMETISTE, ME DIJISTE QUE LO HARIAS! —Dijo en tono alto. — ¿Por qué no cumpliste?
— Porque no pude, por eso.
Brian estaba enojado de eso no me quedaba la menor duda pero, yo tampoco estaba de muy buen humor con él, después de las estupideces que había dicho ayer, las estupideces que dijo e hicieron que Tom se enojara. Comenzó a caminar hasta donde estaba yo y yo solo me puse de pie.
— ¿Por qué no pudiste? —Pregunto mirándome a los ojos. — Me lo habías prometido.
— Se que te lo prometí Brian pero no, no pude decir la verdad simplemente eso.
— ¡¿PORQUÉ NO?! —Pregunto en voz alto y tomándome de los brazos.
Ese movimiento que había hecho no me agrado para nada, no me gustaba que me zarandearan y que me maltrataran.
— ¡PORQUE NO PUEDO DENUNCIAR A LA PERSONA QUE AMO! —Le grite en la cara. — ¡POR ESO! ¡ Y NO VUELVAS A ZARANDEARME ¿ENTENDISTE?! —Pregunte enojado. — ¡NO ME GUSTA QUE ME MALTRATEN!.
— Si no te gusta que te maltraten y zaranden ¿Por qué no denunciaste a Tom, porque lo cubriste? —Volvió a preguntar.
— Ya te respondí, ¿Qué no escuchaste? Porque lo quiero, porque lo amo, porque no importa cuántas veces el me maltrate, zarande, me diga cosas, siempre voy a estar ahí, siempre lo voy a querer—Respondí enojado empujándolo. — ¡Espero que te haya quedado claro!
— Billy estas mal—Dijo acercándose de nuevo y tomándome de los brazos. — Entiéndelo, Tom solo te quiere hacer daño, piensa en lo que te dije, piensa en lo que ha pasado y date cuenta.
— No, yo no estoy mal.
— Si, si lo estas Billy y no quieres darte cuenta—Dijo acercándose mas a mí sin soltarme. — No te quieres dar cuenta de que estas mal con respecto a Tom y que hay otras personas que te quieren.
— ¿Quieres saber quien de verdad está mal? —Le pregunto empujándolo haciendo que se alejara de mi sorprendido. — Tu, tu estas mal porque piensas que me quieres, porque piensas que estoy equivocado respecto a Tom y porque piensas que yo podría quererte.
— Billy..
— Deja de decirme Billy, no me digas así, no me gusta que me digas así, entiéndelo de una vez YO QUIERO A TOM, SOLO A ÉL, SOLO ME IMPORTA ÉL—Comencé a decir. —Nadie más, entiéndelo de una vez.
— Pero Billy yo.. —Lo volví a interrumpir.
 —Te quiero Brian pero solo como a un amigo solo como eso te quiero, jamás podría llegar a quererte como algo mas.
— Pero yo te quiero Billy, me importas mucho, no sabes cuánto—Me respondió él.
— Esta bien, tú mismo lo estás diciendo, te importo pero no me quieres y yo no te quiero a ti.
— Billy por favor yo..
— Vete Brian, quiero que te vayas—Le dije cortante. — Yo ya deje claras las cosas y si tú no las quieres entender entonces vete, yo no te quiero como tú dices quererme a mí, así que por favor vete.
El enojo que antes había mirado en los ojos de Brian desapareció dejando ver tristeza, si tristeza pero la verdad no me interesaba demasiado, solo quería que se fuera y que dejara de decir que me quería. Me dirigió una mirada y luego se dio la vuelta saliendo de la habitación, tal vez me había pasado demasiado, tal vez le había dicho cosas muy feas o que sonaron feas pero no me había quedado de otra, tenía que entenderlo de alguna manera.
Me senté en la orilla de mi cama y espere, se supone que hoy vendría el doctor y me daría de alta, se supone que hoy podía salir de este hospital y regresar a mi casa. Las horas comenzaron a pasar y eran las cuatro y media de la tarde cuando el doctor entro a la habitación acompañado de una niña pequeña y Brian.
— Perfecto.. —Dije en voz baja al mirarlo.
— Bill lindo—Grito la niña llegando hasta la cama y subiéndose a ella ayudada por la silla. — Bill lindo, hola.
— Hola princesa—Le dije con una sonrisa y abrazándola cuando subió. — ¿Cómo estás?
— Muy bien, otra vez te miro Bill lindop—Dijo la niña dándome un beso en la mejilla.
— Vaya joven Trumper al parecer la niña lo quiere mucho—Hablo el doctor.
— Sip, mucho—Respondió la pequeña.
— Yo también la quiero mucho, es muy linda—Respondí dándole un beso en la mejilla ala pequeña.
El que hace horas atrás hubiera tenido una discusión con Brian no quería decir que a la niña no la quisiera, la pequeña es hermosa, cariñosa y demasiado tierna, aunque solo la conozco un poco me ha fascinado, es un princesa hermosa.
— Bueno joven Trumper, hablemos de su estado—Comenzó a decir el doctor—Usted según los estudios ya se encuentra mejor, la infección que tenía ya se le quito, los golpes con los que llego se le han quitado también y por lo visto se encuentra mucho mejor.
— Si me siento muy bien.
— Podremos darlo de alta hoy, pero claro está que le daremos algunos medicamentos, la infección ya no la tiene pero es mejor prevenir que pueda volverle o darle algún síntoma—Dijo. — Por eso le daremos medicamento, con respecto a los golpes los moretones que le quedan se le quitaran por suerte no hubo alguno que dañara algún hueso u órgano.
— Entonces eso quiere decir que está bien ¿verdad? —Pregunto Brian.
— Si— Respondió el doctor.
El doctor comenzó a hacer la receta donde venia los medicamentos que tenía que comprar y que me tenía que tomar, me dio algunas indicaciones y luego salió de la habitación dejándonos solos a la pequeña, a Brian y a mí.
— Bill lindo ya puedes ir a casita—Dijo la pequeña sentándose en mis piernas. —Iras a nuestra casita.
— ¿Qué? —Pregunte sorprendido por lo que dijo la pequeña. — Si princesa, iré a mi casita.
— No, no Bill lindo, vendrás a mi casita de mi hermano y mía—Dijo la niña.
— ¿Qué? no, no princesa no iré a tu casita—Dije mirándola con una sonrisa. — Iré a mi casa donde esta mi hermano.
— Pero.. —La niña borro la sonrisa de su rostro. — ¿No vendrás a nuestra casita?
— Yo princesa, no, yo tengo mi casa.
La pequeña se me quedo mirando y agacho la mirada, no entendía porque había dicho que me iría ya a su casa.
— Billy, perdón Bill—Dijo Brian en tono serio. — ¿Quieres venirte a nuestra casa? —Me pregunto.
— ¿Qué? —Dije sorprendido.
— Después de lo que paso con Tom, entre lo que te hizo y lo que paso entre él y yo por lo que dije no creo que sea bueno que regreses a la casa con él así que, vente con nosotros.
— No, no y no—Respondí. —Yo no puedo irme a tu casa, ¿Estás loco? Yo me voy a ir sí, pero a mi casa, con Tom, a donde esta él.
— Pero Bill..
— Pero Bill nada Brian, entiende, ¿Qué no te quedo claro lo que te dije? —Dije harto. — Por favor, no me hagas repetirlo y menos enfrente de la princesa.
— Yo Bill, está bien—Dijo agachando la cabeza. — Princesita, te espero afuera.
Dicho esto Brian salió de la habitación dejándome con la niña quien me miraba triste, la verdad no me gustaba que la pequeña me mirara así porque de alguna manera sus ojos, esos ojos me recordaban a los de Brian.
— Entonces no te vas a ir con nosotros Bill lindo—Dijo la niña torciendo su boquita. — Yo quería que fueras a nuestra casita.
— Lo siento princesa pero no, yo tengo mi casa y alguien me espera ahí—Le respondí.
— ¿Quién te espera? —Pregunto.
— Mi hermano Tom, el me espera en la casa—Dije con una sonrisa.
— Mi hermanito también te esperaba, dijo que vendrías a la casita de nosotros—Dijo con una sonrisa. —Que te gustaría.
— Lo siento pequeña pero no, yo no me voy a ir con ustedes a su casita me voy a ir a la mía.
— Esta bien, pero ¿Te puedo dar algo? —Me pregunto.
— Claro princesa.
La niña se bajo de mis piernas, y luego de la cama con mucho cuidado, de una bolsa que había en su vestido rosa saco un pequeño papel me lo dio y yo lo abrí, tenia escrita la dirección de la casa de Brian y claramente estaba escrita por él.
— Mi hermanito dijo que te la diera—Dijo con una sonrisa.
— Gracias.
— Me voy Bill lindo, mi hermanitop me espera.
La niña dijo esto y se dirigió a la puerta saliendo de la habitación, leí la dirección y luego deje el papel en la cama, tenía que cambiarme y salir del hospital para ir a mi casa, a donde me esperaba mi amado hermano. Le pedí a la enfermera que me diera la ropa con la que había llegado pero esta me dijo que la habían tirado por órdenes de Brian, que él me había traído otro atuendo, me lo dio y me lo puse. Me mire al espejo y no me miraba tan mal como la última vez que me vi todo golpeado, tenia algunos moretones pero no se notaban demasiado. Tome las cosas que faltaban incluida la dirección, aunque no sé porque pero la guarde y salí de la habitación.
Había salido del hospital y se me había hecho una eternidad el llegar a la casa, ¿Por qué? porque lo había hecho a pie, como no tenía dinero y no le había pedido a Brian que me trajera a la casa la única opción que me quedo fue caminar. Cuando por fin llegue se me dibujo una sonrisa, enfrente de la casa se encontraba estacionado el carro de mi gemelo, sonreí y rápidamente me dirigí a la puerta. La abrí y sonreí como estúpido al mirar la casa, por fin me encontraba en ella y eso me alegraba demasiado, deje la bolsa que traía caer al piso y me dirigí al living buscando a mi hermano, pero no lo encontré ahí, me dirigí a su habitación abriendo la puerta de golpe pero tampoco estaba ahí, mire la puerta de mi habitación abierta y comencé a caminar hacia ella, no se encontraba del todo abierta si no que unas cuantos centímetros. Conforme me acercaba comenzaba a escuchar ruidos extraños, suspire y abrí la puerta de golpe encontrándome con algo que no esperaba, con lo más doloroso que podía ver, con lo que más odiaba.
— Aahh..Tom..si.. —Gimió Michelle. —Oh..si..
— Muévete..
Rápidamente mis ojos se aguaron dejando caer lágrimas por mis mejillas, mis manos se hicieron puños y comencé a sentir como mi corazón latía fuertemente.
 — ¿Cómo puedes? —Pregunte haciéndome notar.
Tom y Michelle giraron su cabeza fijando su vista en mi, Michelle completamente sorprendida y quitándose de encima de mi hermano y Tom, el sonriendo y mirándome atentamente.
— ¿Por qué haces esto? ¿Qué hago yo para que hagas esto? —Comencé a preguntar. — ¿Por qué?
— ¿Qué haces aquí? ¿Ya te dieron tan rápido de alta? —Me pregunto Tom. — Vaya, se acabaron mis vacaciones.
— Bill..dios que vergüenza—Dijo Michelle mientras se tapaba con las sabanas. —Qué bueno que ya estas bien, que ya te dieron de alta.
— ¿Por qué en mi..habitación?, ¿Por qué..me haces esto? —Pregunte llorando.
— No empieces con tus estúpidas preguntas Bill—Me respondió mientras se levantaba de la cama y se ponía su bóxer. — Me has arruinado el momento.
— Eres un maldito—Dije enojado y triste.
— Bill, lo siento, siento que bueno..nos hayas visto así—Dijo Michelle con una sonrisa. —No pensábamos que salías hoy.
— ¡Cállate maldita puta! —Le grite a Michelle. — ¡Tu no me dirijas la puta palabra!
— Hey no me calles ni me hables así—Me respondió ella. — No es mi culpa que estés enojado.
— Eres una puta, una estúpida, una cualquiera—Comencé a decirle mientras me acercaba a ella. —¿Qué no te había dicho que no quería volverte a ver en mi casa?
— Bill, no me hables así.
— Te hablo como yo quiera estúpida, ¿entiendes? —Dije más cerca de ella.
Seguía triste, con lágrimas en los ojos, pero también estaba enojado, furioso. Me acerque hasta donde estaba Michelle y sin pensarlo dos veces la agarre de los pelos,  grito ante el movimiento e intento apartarme pero no lo logro, la agarraba de los cabellos mientras la llevaba arrastrando fuera e mi habitación.
— Bill…¡suéltame! Me estas lastimando—Dijo tratando de soltarse de mi agarre. — Tom, ayúdame.
— Lo siento, tengo que cambiarme—Fue la respuesta de mi gemelo.
Seguí arrastrándola por el pasillo hasta llegar al recibidor, enojado, furioso así me sentía en ese momento, ya una vez la había sacado medio desnuda, ahora la iba a sacar a la calle completamente desnuda como la maldita puta que era, abrí la puerta y la avente tan fuerte que cayó al piso.
— Te dije un vez que no quería verte en esta casa, ahora te lo vuelvo a decir y es la última vez—Le dije cerrándole la puerta en la cara.
Apenas cerré la puerta y me recargue en ella comenzando a llorar de nuevo, había regresado a la casa si, había encontrado a mi querido gemelo si, pero lo había encontrado y había vuelto a la casa encontrándomelo de la peor manera. Me lleve las manos a la cara y comencé a llorar más fuerte.
— ¿Regresaste para esto? —Oí que me preguntaron. — Eres un puto llorón.
Me quite las manos de la cara y lo mire, traía su pantalón puesto y su torso desnudo.
— ¿Por qué?, ¿Por qué..en mi habitación? ¿Por qué..porqué me haces esto? —Le pregunte.
— Porque se me pareció excitante, porque no te quiero y porque quería hacerlo—Respondió con una sonrisa.
— No..no entiendo porque..no, yo no entiendo.
— Tú nunca entiendes nada Bill, tú siempre has sido un estúpido—Me dijo. — Y siempre lo vas a ser, al igual que siempre vas a ser una estúpida carga.
— ¡¿Por qué me dices todo esto?! ¡¿Qué no ves que me duele porque te quiero?! ¡¿Qué no lo ves?
— No me reclames nada Bill, tu y yo no somos nada más que hermanos con derecho podría decirse, además tú hiciste lo mismo y creo que hasta peor—Me respondió con enojo.
— No entiendo a que te refieres…
— No te hagas el estúpido conmigo Bill, tu ya le diste tu puto culito a Brian por eso te defendió, por eso te defiende tanto y dice que te quiere—Dijo acercándose a mí. — Porque como el puto y mentiroso que eres ya te le regalaste.
— ¡NO ES CIERTO! —Grite enojado. — No es verdad.
— No me mientas, no lo hagas porque sabes lo que te hago.
— BRIAN NO ME QUIERE, LO DIJO PARA HACERTE ENOJAR, NO ES VERDAD YO NO HE ESTADO CON EL.
— Pues si te soy sincero no te creo ni me interesa, no me interesas para nada—Dijo con una sonrisa alejándose lo que había avanzado. —Ahora si me permites, tengo que meter a Michelle ya que la sacaste desnuda.
— Tú no vas a meter a nadie—Dije con voz firme. — A nadie, aquí estoy yo, ya regrese.
— Y ¿A mí que me importa que ya hayas regresado?
— Ya estoy aquí Tom, no ocupas a nadie más, ya regrese, tu nene, tu hermano—Dije acercándome a él.
— Jajajajaja—Rió en alto. —Y ¿Eso qué? no me interesa que hayas regresado, me importa en lo mas mínimo.
Triste y furioso, con esas emociones me encontraba en este momento mirando como Tom se reía de mí, como me miraba con esa sonrisa de medio lado burlona, insultándome, burlándose en mi propia cara. Un juego, es un juego ¿no?, en el que él dice que solo el monstruo o sea, el puede ganar. Está bien, yo le demostraría que no, que estaba equivocado.
— Esta bien, métela mete a tu maldita amiga puta—Dije enojado. — Yo me voy.
— ¿Qué? —Pregunto sorprendido, cosa que a mí también me sorprendió. — ¿A dónde?
— A done si me quieren.
Me gire y puse la mano en la perilla, estaba a punto de girarla cuando sentí un jalón que hizo que me girara.
— ¿A dónde vas? —Me volvió a preguntar.
— Eso a ti no te importa ¿Qué no lo acabas de decir? —Dije sonriendo falsamente. —Pues entonces no preguntes.
— No estoy jugando Bill, ¿A dónde vas?
— Las reglas pueden cambiar, el juego puede cambiar y tomar nuevos rumbos—Dije acercándome a él hasta pone mis labios en su oído. — El monstruo puede perder en su propio juego.
Dicho esto salí rápidamente de la casa dejándolo completamente sorprendido de eso podía estar seguro, cuando salí me encontré con Michelle pero no me importo, lo único que me importaba era volver con Tom, hacerlo ver que si le importo, que solo es una finta el decir que no me quiere, y se lo voy a demostrar, este juego donde el lleva el ''poder'' de ganar cambiaria.
— Tu eres mío y yo soy tuyo— Dije mientras caminaba.
********
Afuera, frente a una gran puerta blanca me encontraba yo, frente a una muy linda casa blanca y con un jardín hermoso.
— Hazlo Bill ya estas aquí—Me dije a mi mismo mientras tocaba el timbre.
Toque dos veces el timbre ya que nadie abrió al primer toque, iba a dar el cuarto cuando la puerta se abrió dejando ver a un pequeña a la cual ya conocía.
— ¡Bill lindo! —Dijo la pequeña con una sonrisa y dirigiéndose hasta mi. — Hola..
— Hola princesa—Dije con una sonrisa y cargándola.
— Bill lindo viniste a mi casita—Dijo con una sonrisa.
— Claro que si princesa.
La niña iba a decir algo cuando Brian apareció, se me quedo mirando sorprendido y luego hablo.
— Bill, hola.
— Hola Brian—Respondí. — Yo..
— Hermanito—Dijo la pequeña interrumpiéndome. — Bill lindo se viene a quedar a nuestra casita.
— ¿Enserio? —Pregunto Brian sorprendido.
— Si tu oferta sigue en pie—Respondí mirándolo a los ojos.
— Claro que sigue en pie—Dije con una sonrisa. — ¿Qué dices, te vienes con nosotros?
Era una excelente idea, una excelente propuesta, una excelente opción, eso le haría ver a mi querido hermano que el juguete también puede ganar.
— Si.
El juego puede cambiar y yo, te lo voy a demostrar.
 
Copyright © THAT BOY IS A MONSTER.
Blogger Theme by BloggerThemes | Theme designed by Jakothan Sponsored by Internet Entrepreneur