lunes, 13 de septiembre de 2010

THAT BOY IS A MONSTER-.Capítulo XX


Capítulo XX.

Las palabras escritas en cursiva son recuerdos, flashback.

Las palabras en negrita & cursiva son llamadas de telefono, sueños, etc.
Las palabras en cursiva & con * es la conciencia de Bill.




— No..yo..yo me lo..merecía por haberle mentido.. —Mas lagrimas cayeron por mis ojos. —Lo merecía.


Segundos, minutos, hasta creo que horas pasaron mientras yo me quedaba tirado en el piso, ¿seguía doliéndome? No, ya no me dolía ¿Por qué? porque no siento el cuerpo, todo está adormilado, no puedo moverme, el único dolor que si sentía era el de mi herida y el de que Tom había sido quien me había dado esta paliza, ¿Por qué? ¿Me lo merecía de verdad? ¿De verdad por haberle mentido me había merecido tremendos golpes? Todas esas preguntas solo tienen una respuesta, y en todas son la misma. Si, si y si, por mentiroso me merecí esa golpiza, él desde un principio me dijo que no le gustaban las mentiras y que si quería estar en el juego solo tenía que estar con él, entonces todo se reduce a Bill Kaulitz tienes bien merecido lo que te paso. Me encontraba solo en el recibidor, ya que Tom en cuanto termino de darme la paliza se dirigió a su cuarto y ya no volvió a salir, como pude y con todo el dolor que me hizo sentir el levantarme lo logre, me apoye en un mueble grande que había, donde Tom había dejado la pistola cuando llegamos. Me levante del todo poniéndome de pie, sintiendo como en cuanto lo logre mis piernas comenzaron a temblar, pensé que me iría de boca al frente ya que las sentía demasiado débiles pero por suerte no, estaba muy bien agarrado del mueble así que pude sostenerme, necesitaba ir al sillón era lo más cerca que tenia si decidía irme a mi habitación estaba seguro de que a medio pasillo caería al piso.


— Vamos Bill.. —Me anime a mí mismo. — Tu..puedes llegar al sillón.


Y como pude, sosteniéndome con lo que encontraba a mi paso me dirigí al living y llegue al sillón, en cuanto lo hice con mucho cuidado me recosté de forma que quede acostado, ya no me importaba si el sillón quedaba manchado de mi sangre, lo único que quería era recostarme y descansar, tratar de olvidar lo que había pasado. Recargue mi cabeza en donde recargas el brazo y sentí un alivio, aunque ya no sentía dolor sabia que eso no significaba nada bueno ya que eso significaba que todo mi cuerpo estaba dormido.


— Eres..un mentiroso, un..estúpido, un mentiro..mentiroso.. —Me decía mientras cerraba los ojos.


Seguía saliéndome sangre del labio y de la nariz, mas ya no era tanta como antes, solo salía un poco pero nada mas de donde si sentía que seguía saliéndome demasiado y lo que más me dolía era la herida de mi costado, me lleve la mano hasta ahí haciendo presión de nuevo, me dolía demasiado y me daba demasiada picazón. Mantenía los ojos cerrados, presionándome la herida sintiendo la camisa mojada.


— Esta fue la..peor paliza..que me han..dado.. —Apenas pude decir al recordar la primera paliza que me habían dado en la escuela.


— Bill ¡Dios mío! ¿Qué te paso? —Pregunto mi mamá preocupada al verme entrar a la casa todo golpeado y sangrando de la nariz. — ¡Bill! ¿Qué te paso? ¿Quién te hizo esto?


— Yo..mamá.. —Dije dejándome caer al piso por el dolor.


— ¡Dios mío! —Oí que volvió a gritar mientras se acercaba hasta donde estaba yo. — Jorg ¡Ven necesito que me ayudes!


Yo mantenía los ojos cerrados, mi cuerpo entero me dolía y sentía como temblaba, mi mamá me tomo en brazos y me dirigió al living, oía su voz nerviosa y sentía como sus manos temblaban mientras me llevaba al sillón. Apenas había llegado a la casa, cuando salí de la escuela lo hice solo ya que no encontré a Tom por ningún lado, sabía que eso no era buena idea pero no podía quedarme en la escuela esperando a ver si llegaba o no. El caso era que apenas había avanzado unas cuantas cuadras cuando los chicos de mi salón me agarraron y comenzaron a pegarme, ¿Quiénes habían sido? Los chicos que se la pasan burlando de mí y diciéndome cosas.


— ¿Qué pasa Simone? ¿Por qué los gritos? —Escuche la voz de mi papá.


— Le pegaron a Bill, mira como lo dejaron, esta todo mal herido está sangrando, ¡dios mío! ¿Cómo se atreven a pegarle así a un niño? —Oí que preguntaba mi mamá comenzando a llorar.


— Por favor Simone, no exageres solo son unos golpes, no es nada grave.


— ¡¿Qué no es nada grave?! ¡¿No te parece grave que este sangrando de casi todo el cuerpo?! —Pregunto furiosa mientras se quitaba de mi lado. — ¡POR DIOS JORG MIRARLO ESTA TODO LASTIMADO!


— Pues algo debió haber hecho para que le pegaran de esa manera—Respondió mi papá como si nada.


Siempre tan compresible el pensé, yo seguía en el sillón recostado sintiendo como cada parte de mi cuerpo palpitaba, me dolía horrores y sentía mi cabeza dolores demasiado. Mi mama salió del living y volvió en unos cuantos segundos con el botiquín en la mano, se puso a mi lado de nuevo y comenzó a sacar todo, para ese momento yo ya tenía los ojos abiertos mirando cada movimiento, mi mamá desesperada y llorando tratando de curarme las heridas y mi papá parado enfrente el sillón mirándome como si no le importara lo que me había pasado.


— ¿Podrías ayudarme por lo menos? —Pregunto molesta mi mamá, mi papa solo bufo y se acerco hasta donde ella estaba.


— Estoy seguro de que hizo algo y por eso le pegaron, además, ¿Qué no se supone que se sabe defender? Ya esta grandecito como para no dejar que le peguen—Alego mientras sostenía la botella de alcohol.


Mi mamá hizo caso omiso a lo que mi papa había dicho y siguió con lo de curar las heridas de las cuales me salía sangre, llevo un pedazo de algodón con alcohol a una cortada en mi brazo y sentí un ardor terrible.


— ¡NO, NO, PARA MAMÁ! ¡ME DUELE, ME DUELE! —Comencé a gritar, me ardía demasiado. — ¡DEJAME YA NO ME HECHES!


— ¡MENDIGO MARICA!-Grito mi papá.¬— ¡CÁLLATE! ¡¿QUÉ NO ESTAS VIENDO QUE TE QUIEREN CURAR Y TÚ TE PONES A LLORAR?! ¡POR FAVOR SE HOMBRE BILL!


— ¡CÁLLATE JORG NO LE GRITES ASÍ A BILL! —Respondió mi mamá gritándole. — ¡¿Cómo le pides que no llore si le duele?! Trata de ser mas compresivo por favor.


— ¿Compresivo? ¿Quieres que sea comprensivo con un hijo que me ha fallado? —Pregunto mi papá más molesto.


— ¡Bill no te ha fallado en ningún momento— Me defendió mi madre. — No entiendo porque dices eso, es tu hijo Jorg no puedes ser así con él.


Y ahí iban otra vez mi papas a pelear por mi culpa, mi papá me insultaba y mi mamá me defendía de todo lo que él decía, siempre era lo mismo, todos los días ya me había acostumbrado a que mi papá me dijera ''Eres un marica Bill, no mereces ser mi hijo'' o ''¿Por qué no saliste como Tom? el si se merece ser llamado mi hijo no como tú.'' Ya estaba acostumbrado, ya no me afectaba en lo más mínimo. Mis papas siguieron gritándose el uno al otro hasta que mi papá decidió irse a la habitación dejándome solo con mamá.


— Billy, hijo ¿Quién te hizo esto? ¿Por qué no te defendiste? —Me pregunto despacio mientras volvía a poner el algodón con el alcohol sobre mis heridas, me dolía demasiado. — ¿Por qué te pegaron?


— Por..porque estaba solo.. —Fue lo que respondí.


— Y ¿Tom? ¿Por qué no vino el ayudándote? ¿Dónde estaba? Se supone que el sale igual que tu, van en el mismo salón ¿Por qué no regresaron juntos?


— No sé donde esta Tom mamá..no encontré a Tom cuando salí del salón —Respondí dolido, todo el cuerpo me dolía y mas con el alcohol y la presión que estaba haciendo mi madre sobre ellas.


Mi mamá no dijo nada mas, solo siguió curándome. Cuando termino le pidió a mi papá que la ayudara a llevarme al cuarto pero este se negó, dijo que no que si quería llevarme al cuarto que lo hiciera ella pero como ya no estaba tan chiquito como para que mi mamá pudiera cargarme me dejo en el sillón. Mi mamá iba de un lado a otro, trayendo almohadas, preguntándome si no me dolía ya tanto el cuerpo, llamando al hospital para hacer una cita y poderme llevar para que me revisaran. Tenía los ojos cerrados tratando de quedarme dormido pero no podía, mi cuerpo temblaba y me dolía. Me encontraba con los ojos cerrados y los brazos sobre mi pecho cuando escuche como se abría la puerta de la entrada, abrí los ojos de golpe y mire que al living se adentraba Tom.


— Bi..Bill—Dijo sorprendido al verme. —¿Qué te paso? ¿Por qué estas todo golpeado? —Pregunto acercándose hasta donde yo estaba. — ¿Quién te hizo esto y porque?


— Yo..¿Recuerdas a los chicos del solón? —Le pregunte.


— ¿Quiénes? ¿Los que siempre te andan molestando? — Yo asentí, ellos habían sido los que me habían pegado. — ¿Ellos te hicieron esto? ¡Malditos! ¡Solo te pegaron porque yo no estaba contigo!


— ¡Exacto! —Oímos que dijo otra persona, Tom y yo dirigimos la vista a donde provenía esa voz y nos encontramos con mamá. — ¡Le pegaron a Bill por tu culpa THOMAS!, ¡Le pegaron porque no estabas con él, porque lo dejaste solo!


Mire como Tom se sobresaltaba ante los gritos de nuestra madre, se alejo de mí y se encamino a mamá quien lo miraba con demasiado enojo, bastante diría yo. Cuando por fin estuvo enfrente de ella pude notar que este quiso decir algo mas no logro decir alguna palabra ya que mi mamá le dio una tremenda bofetada haciendo que el rostro de mi gemelo girara a un lado.


— ¡Mamá! —Dije sorprendido al ver cómo le había pegado la bofetada. — ¿Por qué le pegas? No debiste hacerlo.


— ¡TU ERES EL CULPABLE DE QUE TU HERMANO ESTE ASÍ DE GOLPEADO THOMAS! —Volvió a gritar mientras lo tomaba de los hombros. — ¡¿DÓNDE ESTABAS?! ¡¿PORQUÉ DEJASTE A BILL SOLO?!


Mi mamá zarandeaba a mi gemelo de enfrente a atrás, Tom solo tenía los brazos a su costado, mi mamá lo miraba tan..feo, lo miraba enojada y lo zarandeaba muy fuerte que viéndolo bien parecía que quería empujarlo contra el piso.


— Yo..mamá lo que pasa es que.. —Trato de hablar Tom pero mi mamá no lo dejo terminar.


— ¡YO MAMÁ ES QUE NADA! ¡TU RESPONSABILIDAD ES CUIDAR A TU HERMANO MENOR! ¡¿CÓMO TE ATREVISTE A DEJARLO SOLO?! SABES MUY BIEN QUE HAY MUCHOS NIÑOS QUE NO LO QUIEREN Y AUN ASÍ LO DEJASTE Y MIRA COMO REGRESO—Le grito haciéndolo girar para que me viera. — ¡POR TU CULPA TU HERMANO ESTA TODO GOLPEADO!


— Mamá yo.. — No lo dejo terminar de nuevo y le dio otra bofetada.


— ¡MAMÁ! —Grite yo. — Tom no tiene la culpa de que yo esté todo golpeado..el no tuvo nada que ver.


— ¡CLARO QUE EL TIENE LA CULPA BILLY! —Volvió a grita y le dio otra bofetada a Tom, se miraba demasiado enojada y no la reconocía. — ¡¿TE GUSTA VER A TU HERMANO ASI?! ¿EH?


— ¡CLARO QUE NO ME GUSTA VERLO ASI! —Respondió Tom soltándose del agarre que mi mamá tenia sobre él. — ¡Y NO ME PEGUES! ¡YO NO TUVE LA CULPA DE QUE A BILL LE PEGARAN!


Ahora todo se miraba muy mal, mi mamá está sumamente enojada y Tom también ya está enojado porque le han pegado, mi mamá nunca nos ha puesto una mano encima, la mayoría de las veces el que llega a pegarnos una bofetada o algo es papá pero ahora, mamá está irreconocible.


— ¡CLARO QUE ES TU CULPA THOMAS! ¡TU DEBES CUIDAR DE TU HERMANO, ES MENOR QUE TU Y TIENES QUE CUIDARLO, SIEMPRE ESTAR AL PENDIENTE DE EL! —Volvió a gritarle mientras lo volvía a tomar de los hombros acercándola a ella. — ¡POR E SO ESTAS EN SU MISMO SALON, PARA CUIDARLO Y FIJARTE QUE NO LE PASE NADA!


— No yo no estoy en el salón de él para eso—Le respondió. — Yo no estoy en el salón para cuidar de Bill, tú hiciste todo lo posible para que así fuera, mas yo no lo quise así. Yo no puedo estarlo cuidando todo el tiempo, tengo una vida.


— ¿Tu? ¿Una vida? ¿A los 11 años? — Le pregunto mi mamá como en burla. — Estas muy joven para que digas que tienes una vida, tu única vida debe ser Bill, debes cuidar de él.


— ¡CUIDO DE BILL Y TE CONSTA! ¡PERO YO TAMBIEN TENGO MI VIDA, MIS COSAS QUE HACER.


Esto ya no me estaba gustando para nada mamá y Tom se están gritando el uno al otro y creo que el que tiene razón es Tom, el siempre me cuida y es verdad nunca me pasa nada cuando él está cerca, pero el también tiene sus amigos, sus cosas que hacer.


— ¡NO TU NO TIENES NADA MAS QUE HACER MAS QUE CUIDAR DE TU HERMANO! ¡BILL ES TU UNICA RESPONSABILIDAD, TU UNICA PREOCUPACION Y NO CREO QUE LO ESTES CUIDANDO PORQUE SI FUERA ASI NO HUBIERA LLEGADO COMO ESTA AHORA, TODO GOLPEADO! —Lo giro de nuevo haciendo que me mirara. — ¿QUÉ HICISTE QUE LO DEJASTE SOLO?


— ¡SUELTAME MAMÁ! —Le grito Tom tratando de zafarse de su agarre. —¡YA TE DIJE QUE TENGO UNA VIDA QUE NO SIEMPRE GIRA ENTORNO A BILL COMO TU QUIERES QUE SEA!


— ¡A MÍ NO ME RESPONDAS ASÍ THOMAS! —Grito mi mamá mas enojada a un. — ¡AHORA POR TU CULPA BILL ESTA COMO ESTA! ¡ERES UNA DESCUIDADO UN MAL HIJO, UN MAL HERMANO!


— YO NO SOY NINGUN MAL HERMANO, YO SOY UN BUEN HERMANO SIEMPRE ESTOY CUIDANDO DE BILL, SIEMPRE ESTOY CON EL—Respondió zafándose del agarre de mi mamá. — PERO ENTIENDE QUE TAMBIEN TENGO AMIGOS, COSAS QUE HACER O QUE QUIERO HACER.


— ¡NO, NO, NO! —Mi mamá gritaba desesperada, de verdad que no la estaba reconociendo, estaba actuando de una manera muy rara. — ¡TU VIDA TIENE QUE SER BILL! ¡TODO PARA TI TIENE QUE SER BILL!


— ¡PUES NO ES ASÍ PARA MÍ! YO TENGO UNA VIDA Y QUIERO HACERLA, TENGO COSAS QUE HACER.


— Y ¡¿CUÁLES SON ESAS COSAS?! — Pregunto mi mamá. — ¡¿PORQUÉ NO REGRESASTE CON BILL?! ¡¿QUÉ FUE LO QUE TENÍAS QUE HACER PARA DEJARLO SOLO?!


— ME LARGUE CON MIS AMIGOS, ME INVITARON A IR AL CENTRO Y YO ACCEDI, QUERIA IR—Respondió Tom tranquilo. — NUNCA ANTES ME HABIAN INVITADO A UNA PARTE Y AHORA QUE LO HABIAN HECHO NO LO IBA A DESAPROVECHAR.


— ¡PUES DEBISTE HABERLO HECHO! ¡POR TU CULPA LE PASO ESTO! —Lo tomo del brazo de nuevo y lo jalo hasta donde ella estaba. — Y AHORA VA A QUEDARTE CLARO THOMAS QUE TU SIEMPRE TIENES QUE ESTAR CON BILL, TU SIEMPRE TIENES QUE CUIDARLO Y QUE NUNCA DEBES DE DEJARLO SOLO.


— ¡TENGO MI VIDA!


— ¡TU VIDA SIEMPRE TIENE QUE SER BILL Y NADIE MAS—Le respondió ella.


Mire como mi mamá jalando a Tom lo saco del living, yo los perdí de vista al mirarlos irse, no sabía a dónde lo llevaba mi mamá pero no me gustaba para nada, ella estaba muy molesto y sé que Tom también, a pesar de que solo tiene 11 años es muy mal humorado y tiene el suficiente carácter como para enfrentarse a nuestros padres. La discusión que ellos habían tenido no me había agradado para nada, mi mamá siempre pone a Tom de mi protector, de mi guardaespaldas personal y eso no me gusta, el siempre me cuida, me protege pero lo entiendo, entiendo que tenga su vida y sus amigos por eso no me molesta que ahora se haya ido y me haya dejado, me pegaron la paliza de mi vida si, pero no fue su culpa. Pienso que mamá exagero con todo lo que le dijo a Tom.


Aun con el cuerpo todo adolorido me intente levantar del sillón, me dolió demasiado pero lo logre, me levante y comencé a caminar en dirección afuera del living necesitaba ver a donde habían ido Tom y mi mamá, quería saber que estaban haciendo o que se estaban diciendo. Me dolía todo el cuerpo, las piernas y el abdomen más que nada, me habían dado tremendas patadas y puñetazos en esos lugares, me iba recargando en la pared e iba avanzando poco a poco, apenas iba a llegar a la primera puerta que da a la habitación de mis padres cuando escuche un golpe y un grito.


— ¡NO MAMÁ! ¡DEJAME! —Era la voz de Tom, estaba gritando. — ¡YA NO LO…YA NO LO VUELVO HACER!


— ¡CLARO QUE YA NO LO VAS HACER THOMAS! ¡YA NO VAS A DEJAR A TU HERMANO SOLO!


— Mamá…por..favor..ya..déjame.. —Seguía gritando Tom. — No..lo vuelvo..a deja..


Y entonces escuche otro ruido, trague saliva fuertemente, por los gritos y los ruidos rápido supuse lo que estaba pasando, mi mamá le estaba pegando a Tom, escuchaba los gritos de mi gemelo pidiéndole a mi mamá que le dejara de pegar, que ya no me iba a dejar mas solo, que siempre estaría al pendiente de mi pero a pesar de eso mi mamá seguía pegándole. Yo no podía creerlo, no podía entender que mi mamá estuviera haciendo eso, siempre el que llegaba a pegar era Jorg no mi mamá, pero ahora, no entendía se estaba pasando. Seguía escuchando golpes, gritos de Tom que hacían que yo me sintiera mal, terrible, apoyado aun en la pared fui cayendo poco a poco al piso, escuchando como Tom gritaba porque mi mamá ya no le pegara y lo dejara. Lagrimas comenzaron a salir de mis ojos, y mi cuerpo comenzó a temblar mas, entonces mire como se abría la puerta de la habitación de mis papas, salió Jorg quien me miro tirado en el piso.


— ¿Qué pasa? ¿Por qué esos gritos? —Me pregunto sorprendido. — ¿A quién le están pegando?


— Mí.mamá..a To.. — No podía hablar, tenía un nudo en la garganta que no me dejaba.


— ¿SIMONE LE ESTA PEGANDO A TOM? —Pregunto enojado y sorprendido. — ¿A él le está pegando?


Yo solo asentí con la cabeza agachando la mirada, pero después de eso sentí un agarre en el cuello de mi camisa haciendo que levantara la vista, me encontré con los ojos de mi papá que mostraban enojo y desprecio.


— ¿Te das cuenta de que le están pegando a tu hermano por tu puta culpa? —Me pregunto zarandeándome, haciendo que el cuerpo me comenzara a doler de nuevo. — Le están pegando por tu culpa ¡MARICA!


Y después de decir esto me dejo en el piso, mire como se dirigía a nuestra habitación donde se encontraban Tom y mi mamá, Jorg abrió la puerta de golpe adentrándose, pude escuchar gritos de mi madre diciéndole que se quitara, y los gritos de mi papá gritándole que no se iba a quitar y que no le iba a seguir pegando a Tom. Se quitaron los gritos, por un momento hubo silencio y nada más, entonces mire como mi papá salía con mi mamá tomada del brazo jaloneándola hasta adentrarse en su habitación.


Mire como la puerta de nuestro cuarto quedaba abierta, sin pensármelo dos veces me levante de golpe sintiendo mis piernas flaquear pero no me importo, necesitaba entrar a la habitación y mirar a Tom, a mi gemelo. Llegue a la puerta de la habitación apoyándome en el marco, el cuarto estaba medio oscuro solo entraba la luz de afuera, asome mas mi cabeza y divise la figura de mi gemelo que estaba parado quitándose la camisa, me termine de adentrar y cerré la puerta despacio.


— To..Tom.. —Fue lo único que pude decir, no tenia camisa la había tirado al piso y la cabeza la tenia agachada. — ¿Esta..estas bi..bien?


Las palabras apenas salían de mi boca, seguía con el nudo en la garganta. Tom quien había tenido la cabeza agachada la levanto y se giro para mirarme, no lo miraba del todo bien ya que no había demasiada luz como dije antes, solo estaba la que entraba por la ventana Tom comenzó a caminar y paso por alado de mi, encendió la luz y lo mire quedándome con la boca abierta.


— ¡¿Qué si estoy bien?! ¡¿Enserio esa es tu pregunta Bill? —Pregunto con tono de enojo, mirándome detenidamente, yo solo mantenía la boca abierta por lo que miraba. — ¡Es una pregunta muy estúpida!


— To..Tom.. tu..tu torso.. —Dije tartamudeando, no podía hablar bien miraba a mi gemelo completamente sorprendido. — Esta..todo..


— ¿Golpeado? ¡Claro que esta todo golpeado! —Respondió gritándome.¬— Y ¿Sabes porque? ¡POR TU CULPA!


— Yo..Tom..


— ¡MIRAME! —Me grito poniéndose delante de mí, dejando que viera todo su torso y parte de su espalda golpeada. — ¡ME PEGARON POR TU CULPA! ¡PORQUE NO TE SABES CUIDAR Y ERES UNA ESTUPIDO!


— Yo.. yo no soy un estúpido—Grite enojado por lo que había dicho.


— ¡CLARO QUE ERES UN ESTUPIDO! ¡POR TU CULPA ME HAN PEGADO COMO JAMAS LO HABIAN HECHO Y TODO POR TU CULPA, POR NO SABER DEFENFERTE, POR SER UN PUTO M-A-R-I-C-A!


Eso ultimo que dijo fue como un ¡PUM! Para mí, que él me dijera marica me hacía sentir demasiado mal, más que cuando mi papá me lo decía delante de los demás, me había dolido demasiado. Agache la mirada evitando la suya que demostraba enojo y más enojo.


— Eres un marica que no sirve para defenderse, eres una carga, eres un estorbo—Comenzó a decirme a la cara. — Eres un estorbo para mi vida, eres un maldito saco que debería sacar a patadas.


— Tom..no digas..


— ¡Ya estas grandecito como para saber defenderte Bill, tienes once años!—Me volvió a gritar. —Deberías saber cuidarte tu solo.


— Tom..yo.. tu sabes.. — Trate de decir pero él me interrumpió.


— ¡Deberías saber cuidarte tu solo, no depender de nadie más y menos de mi! —Me dijo. — Porque para mi ya te has vuelto un estorbo, algo que quiero sacar de mi vida, ¡POR TU CULPA MARICA ESTOY COMO ESTOY AHORITA, GOLPEADO Y DOLIDO!


— Tom..


— ¡TE ODIO BILL! ¡TE ODIO!


Y después de decir eso salió del cuarto dejándome solo, cerró la puerta de un golpe, ahora ya no solo era el dolor de los golpes si no que también era el dolor de las palabras que Tom me había dicho. Me senté en la orilla de la cama y me lleve las manos al rostro comenzando a llorar sin preocupación, me dolía el cuerpo y no solo eso, sino que también mi ser, que Tom me hubiera dicho eso me lastimaba demasiado.


Sentí como lagrimas comenzaron a recorrer mis mejillas, me dolía todo pero creo que ahora no solo era por los golpes que tenía encima, si no por lo que había recordado. Me pase la mano por la nariz y pude ver que ya no me salía sangre y la que me había salido se había secado, necesitaba levantarme del sillón e ir al baño, ocupaba una ducha para quitarme toda la sangre que traía encima de la herida y del cuerpo y ocupaba hablar con Tom, necesitaba hablar con él. Sintiendo el dolor de nuevo me levante del sillón, primero me quede sentado y luego me levante, las piernas seguían doliéndome igual que cuando me había estado pegando, me flaqueaba y sentía que en cualquier momento caería al piso. Recargado a la pared comencé a caminar de manera lenta, cada paso que daba sentía que me iría de boca al piso o de culo volviendo hacer que el dolor me apareciera. A paso lento llegue a la primera puerta del baño, quería llegar a mi habitación de perdida por algo de ropa pero no, definitivamente sabía que si seguía avanzando ya no llegaría, abrí la puerta y me adentre sentándome rápidamente en la taza.


— ¡Haaa! —Solte sin más, las piernas me dolían demasiado y ahora que me tocaba la herida el costado me dolía mas. — ¡Di..os!


La puerta la había dejado entre abierta cuando me metiera a la regadera la cerraría por ahora me preocupaba quitarme la ropa sin lastimarme más de lo que ya estaba. Me quite primero la camisa levantando los brazos solo un poco, me dolían demasiado, jale poco a poco la blusa hasta quitármela cuando le di el ultimo jalón sentí una presión demasiado fuerte en la herida que hizo que tirara la camisa rápido y llevara mis dos manos a presionar.


— ¡Maldición..maldi..maldición! —Decía mientras me presionaba mas fuerte tratando de quitar el dolor


Me quede unos minutos así, el cuerpo no paraba de dolerme y eso era más que obvio, no pararía de dolerme todo me temblaba, como pude me agache y me quite las botas, desabroche mi pantalón y me lo quite lo más lento que pude tratando de no lastimarme, una vez desnudo sentado en la taza del baño me quede así unos segundos y después decidí levantarme y adentrarme en la regadera.


El agua era fría en un principio, deje que corriera hasta que se pusiera tibia, todo el momento que estuve esperando me mantuve recargado a la pared porque era la única forma de no dejarme caer, una vez que sentí el agua bien me adentre y deje que cayera por mi cuerpo haciendo que el toque del agua con mi cuerpo me doliera un poco, el agua tibia en mi herida y en unas cuantas mas que se me habían hecho me ardía. No podía hacer nada ante eso, así que solo seguía sintiendo como me ardía, mi pelo completamente empapado comencé a lavarlo, se me dificultaba demasiado dejar los brazos alzado varios minutos porque me cansaba, termine de lavarme el cabello y tome la esponja que estaba colgada en uno de las llaves para abrir el agua, tome el jabón y le eche un poco haciendo que esta hiciera espuma. El primer lugar por donde la pase fue por mi brazo derecho, tallando levemente para no lastimarme mas, sentía como pasaba por ciertas heridas pequeñas abiertas haciendo que ardiera mas, ¿Qué no se podía quitar el ardor? ¿Qué no solo podía dejar de arderme y ya?, era lo que me preguntaba enojado, seguí bajando la esponja por mi abdomen la parte creo yo más dañada de mi cuerpo, tallaba levente mi pecho, tenía que llevar la esponja a donde estaba la herida, tenía que lavarme ahí porque estaba llena de sangre y demasiado abierta, y si a eso le sumo que está infectada.


— Vamos Bill.. —Me dije tratando de alentarme de nuevo. — Entre mas..más rápido mejor..


Y así lo hice, lleve la esponja a la herida y sentí un tremendo ardor que me saco un fuerte grito, era desastroso, doloroso de verdad no pensé que sería tanto. Suspire sintiendo como el agua seguía cayendo por mi cuerpo, la esponja en un solo lugar detenida, mi herida, apreté los ojos mas fuerte cuando comencé a tallarme un poco fuerte para remover la sangre seca.


— Haa..du..duele.. —Decía en susurros con los ojos cerrados.


Termine mi tortura después de unos minutos, me había dolido más que la paliza que Tom me había dado, mucho más creo yo. Cerré el grifo y tome una toalla de las que estaban en un cajón, mi cuerpo estaba todo mojado y demasiado adolorido, creo que me había lastimado mas con el haberme bañado, me enrede la toalla en la cintura y me mire en el espejo, definitivamente estaba más que madreado, estaba súper golpeado. Mi nariz estaba súper roja, en mis cachetes estaban las marcas de los puñetazos que Tom me había dado en la cara y el abdomen ni se diga, estaba horrendo todo rojo, con demasiadas marcas rojas que estoy seguro se harían moretes muy grandes y feos y la herida, la herida era lo peor se miraba tan mal y tan asqueroso.


— ¡ME PASA QUE TE VOY A ENSEÑAR QUE A MI NO ME TRATAS DE VER LA CARA DE ESTUPIDO!.¡TE VOY A ENSEÑAR QUE CONMIGO NO SE JUEGA!


— ¡CLARO QUE NO VOY A PARAR!, ¡TE VOY A ENSEÑAR DE LA MEJOR MANERA A QUE NO ME DEBES MENTIR Y ENGAÑAR..N-E-N-E M-I-O.


De la nada vinieron esas palabras a mi cabeza, de repente mientras me miraba al espejo comencé a recordar esas palabras que me había dicho Tom cuando me estaba pegando, ¿Enojado? ¿Furioso? Así debería encontrarme ¿no? Con esas emociones, pero no, lo malo es que no me encuentro así, me siento triste, desorientado y un maldito mentiroso, así me siento. Esta golpiza que mi gemelo me dio, me la dio porque me lo merecía por ser tan mentiroso, por mentirle cuando él me había dicho que no lo hiciera, que no le gustaba.


— Lo siento…lo siento Tom.. —Dije mirándome al espejo mientras una lágrima corría por mis mejillas. —Soy un puto..mentiroso.


Me limpie las lagrimas con las manos, necesitaba salir del baño cambiarme y hablar con Tom, si hablar con él y decirle que lo sentía que ya no volvería a pasar, que no le volvería a mentir, que había aprendido con la paliza que me había dado. Con la toalla enredada en mi cintura salí del baño, apoyándome de nuevo en la pared aun seguía demasiado adolorido, iba caminando por el pasillo hasta que llegue a la puerta de la habitación de Tom. Trague saliva fuertemente, sino estaba mal eran pasadas de las cuatro de la mañana, la puerta de mi gemelo estaba cerrada con seguro y por lo poco que podía mirar notaba que la luz de su habitación estaba prendida. Suspire y levante mi mano cerrada en un puño para tocar la puerta, di dos toques pero no obtuve respuesta.


— To..Tom.. —Dije en voz baja mientras volvía a darle un golpe suave a la puerta. —Tom..ábreme..


Y de nuevo no encontraba ninguna respuesta, había puro silencio proveniente de la habitación de mi gemelo, solo se escuchaban los golpes de mi mano contra la puerta tratando de que Tom respondiera. Seguí tocando así segundos, incluso puedo decir que minutos pero seguía igual, sin una puta respuesta.


— Tom..sé que..estas ahí.. —No podía hablar bien ya que tenía miedo. —Ábreme..por favor.. quiero hablar contigo.


Entonces para mi sorpresa mire como la puerta que estaba frente a mí se abría de golpe dejando ver a mi gemelo, ya llevaba otra ropa encima, no tenía sangre en sus mejillas o manos como la había tenido cuando llegamos, se notaba que se había bañado y arreglado, pero ¿Para qué? ¿A dónde iba?. La mirada de Tom estaba completamente sobre mí, mirándome de la cabeza a los pies, con enojo y..repulsión.


— Tom.. —Dije en voz baja. —Quiero..quiero hablar contigo.


— Pues yo no—Fue su respuesta ante lo que yo le había dicho. — ¡No quiero verte, no quiero hablarte, quiero que desaparezcas de enfrente de mí!


— Tom..ocupamos..ocupo hablar contigo.. —Volví a decir.


— ¡Ya te dije que yo no! —Me grito a la cara. — ¡¿Qué no te ha quedado claro con la putiza que te di que estoy enojado imbécil?!


— Tom..por favor.. —Pedí.


— De verdad que me das risa Bill—Dijo con una sonrisa de medio lado mientras se ponía frente a frente.


— Yo no quiero..no quiero darte risa.. —Le dije. —Quiero hablar contigo..ocupamos hablar.


— ¿Hablar? ¿Después de la paliza que te di? —Pregunto riéndose. — Sabes, pensé en todo cuando entre al cuarto después de haberte pegado, menos que vinieras como un perro en cuanto pudieras levantarte.


Eso que me dijo no me gusto para nada, sentí un dolor fuerte en el pecho y estaba seguro que no se debía a la paliza que Tom me había dado, lo mire directamente a los ojos, este seguía sonriendo y tenía sus manos en la bolsa de sus pantalones.


— Tom..por favor.. —Le dije en tono más fuerte, quería hablar con él, pedirle perdón por haberle mentido pero no quería que me dijera esas cosas. — No..no me digas eso, quiero..quiero hablar contigo bien.


— Yo no quiero hablar contigo Bill, quiero que me dejes en paz, que no me hables ¿Qué no entiendes? ¿Ocupas otra paliza para darte cuenta?


— Tom..


— Tom nada Bill.. —Dijo en tono seco. — Te di dos oportunidades no solo una y tú las desaprovechaste, primero no querías estar nada mas conmigo, querías seguir saliendo con mas personas y lo hiciste pero al final lo dejaste porque querías seguir siendo mi juguete, mi nene, te perdone y comenzamos de nuevo el juego que solo es para ti, pero…—Hizo una pausa y me miro enojado. — Como vil puto mentiroso, como vil puto me mentiste, me engañaste volviste con la estúpida de tu putilla y no solo eso, sino que te acostaste con ella.


— Tom..yo..


— Yo no doy segundas oportunidades, a ti te di la segunda porque como te había dicho el juego es solo tuyo, pero ahora ya no Bill, ya no quiero darte otra puta oportunidad.


Y después de que dijo eso, me quito de enfrente de él y salió de su habitación dejándome a mi afuera en el pasillo, miraba como avanzaba caminando lentamente y yo, yo parado solo mirándolo. No iba a dejar que se fuera, ocupaba hablar con él y pedirle perdón, decirle que no le volvería a mentir. Y con todo el dolor, con toda la fuerza que tenia avance lo más rápido que pude, tome a Tom por el brazo e hice que detuviera su caminar.


— ¿Qué fregados quieres ahora? —Me pregunto girándose sin soltarse de mi agarre.


— Ya te dije Tom..quiero hablar contigo..quiero decirte.. —Lo seguí agarrado del brazo. — Quiero..quiero pedirte perdón.


Tom sonrió, esa sonrisa socarrona y de malicia que ya le había aprendido a distinguir. Por un momento pensé que se quedaría ahí parado frente a mí para escuchar lo que yo tenía que decirle, pero de un movimiento brusco, de un empujón me mire tirado en el piso de nuevo. Había caído de espaldas golpeándome un poco la cabeza.


— Aaahh.. —Grite sintiendo el dolor del golpe.. — To..Tom..


— No puedo creer que todavía no entiendas Bill que no quiero hablar contigo—Me dijo en tono cortante y seco. — ¿Qué no entiendes que no tengo la mínima puta intención de escucharte? ¿Qué no entiendes que te detesto en este momento?


— Yo..Tom..tu no.. —Trataba de hablar pero las palabras no salían de mi boca, el dolor había vuelto a mi cuerpo de nuevo. —Deja..déjame hablarte..


— No Bill, no quiero hablar contigo y no quiero verte—Respondió poniéndose alado de mí, yo aun seguía tirado en el piso. — Tengo cosas MUCHO más IMPORTANTES que verte la puta cara de mentiroso.


Eso me había molestado demasiado, yo quería pedirle perdón, quería decirle que lo sentía por haberle mentido y que ya no lo iba a volver a hacer y este me decía que no quería verme, que me odiaba, que me detestaba. Cerré los ojos fuertemente y sentí como unas lágrimas salían de mis ojos.


— ¿Ahora vas a llorar? —Pregunto en una carcajada. — Eres un puto maricon llorón.


— ¡CALLATE NO ME DIGAS ASI! —Le grite con toda la fuerza que tenía. — ¡NO SOY NINGUN MARICON!


— Claro que eres un maricon Bill, y un maricon bien hecho y no lo digo porque te gusta que te dé por culo si no porque lo único que sabes hacer es llorar—Comenzó a decir con enojo. — Lo único que sabes hacer es llorar y llorar.


— Ca..cállate..


— No, no me calles estúpido—Me respondió. — Tú no eres NADIE para callarme, no eres nada. Haces que me enoje, que me arte, que me ponga de lo peor.


— CÁLLATE QUE TÚ NO TIENES DERECHO A ESTAR ENOJADO—Estalle. — El único que puede estar enojado soy yo.


No sé de donde me habían salido las ganas y la fuerza para haberle hablado así a Tom pero lo hice, me estaba diciendo que era un llorón, que lo hartaba, que lo hacía enojar y ¿Yo qué? El no puede estar enojado, el no merece estar enojado, si le mentí pero solo fue UNA mentira y con que me lo reprocho con una GOLPIZA a la cual yo digo que me la merecía y lo sigo diciendo pero él no puede decirme que está enojado.


— El..el único que debe y puede estar enojado soy yo.. —Dije mirándolo a los ojos y tratando de levantarme del suelo. — YO SOY EL..ÚNICO QUE PUEDE ESTAR ENOJADO.


— ¿Así? Y tú ¿Por qué?


— ¿Cómo que porque To..Tom? —Pregunte una vez que me puse de pie. — ¿Cómo que porque?


Mire como Tom no le tomo importancia a mi comentario, rodo los ojos y se dio la media vuelta comenzando a caminar dejándome a mi parado en el pasillo con la toalla casi caída. Lagrimas seguían saliendo de mis ojos y por más que tratara de que ya no salieran no podía. Mire como Tom estaba a punto de irse, de salir de la casa y grite para llamar su atención.


— ¡YO SOY EL UNICO QUE PUEDE ESTAR ENOJADO POR LA PALIZA QUE ME DISTE! —Grite a todo pulmón mirando a mi gemelo como se giraba. — ¡TE MENTI PERO NO MERECIA QUE ME PEGARAS ASI!


Tom se giro completamente mirándome atentamente, note como en su mirada había más enojo de lo que había visto cuando me estaba pegando, apretó los puños y comenzó a caminar hacia donde estaba yo, como por inercia yo comencé a retroceder, ahora me arrepentía de lo que había dicho.


— ¿Qué dijiste Bill? —Pregunto alzando una ceja y con los puños cerrados. — ¡REPITELO!






— Yo..yo no dije..nada.. —Respondí con miedo. —Yo..


— Me das vergüenza Bill, siempre tan llorón y sin los suficientes pantalones para aceptar lo que dices o haces— Se puso frente a mi mirándome detenidamente. — Por eso me caes mal, por eso me haces enojar, por eso…


— ¡MEJOR CALLATE! ¡PODRE HACERTE ENOJAR, PODRE CAERTE MAL, PERO BIEN QUE TE GUSTO!


— ¿Perdón? —Dijo con una sonrisa. — ¿Escuche bien?


— Podre ser todo lo que tú quieres, podre ponerte de todas las formas que tú quieras..pero no importa porque te gusto..porque me quieres.. —Dije mirándolo a los ojos mientras me acercaba a él lentamente.


— Definitivamente estas estúpido Bill—Me respondió, yo solo me acerque más poniendo mis manos en su pecho. — Todo lo que acabas de decir es una puta mentira, yo no siento nada de lo que acabas de decir.


— Claro..claro que es verdad tu me quier.. —Y no pude terminar de hablar ya que Tom me empujo con tanta fuerza que volví a caer al piso pero esta vez de costado lastimándome de nuevo la herida. — ¡Aah!


— El único con derecho a sentir algo por alguien eres tu Bill, porque tu estas enamorado de mi mas yo NO.


Yo iba a responder algo pero no pude porque sonó el timbre de la puerta, alguien estaba tocando, Tom me dirigió una última mirada antes de comenzar a caminar rumbo al recibidor. Adolorido, estúpido, maldito, triste, con ganas de que la tierra me tragara así me sentía, las lágrimas ahora salieron con más fuerza cayendo una tras otra. Cerré los ojos y me hice bola en el piso, la toalla se me andaba cayendo pero no me importaba, solo quería desaparecer, oí como una voz provenía del recibidor, no solo era la voz de mi gemelo si no que había otra voz y era masculina.


— La verdad no entiendo porque ahora quieres ir a mi casa—Oí que decía la otra voz, yo la conocía era la voz de..Brian.


— Ya te dije que no quiero estar aquí, aparte por la seguridad de Bill no puedo estar aquí —Respondió Tom, ¿Mi seguridad? ¿Por mi?. — Así que vámonos.


— Y el, ¿Dónde está Bill? —Pregunto Brian. — Quiero ver si ya te dijo como tiene la herida, ¿Ya te diste cuenta de que la tiene infectada?


Yo seguía tirado en el piso sin moverme, no tenía la mas mínima intención de hacerlo hubiera o no alguien en la casa, oía perfectamente la conversación que mi gemelo estaba teniendo con Brian.


— No, la verdad no la he visto y no me importa—Respondió cortante.


— ¿Qué? ¿Cómo que no te importa? —Pregunto sorprendido. —¡Por dios Tom! es tu hermano, la herida que tiene esta súper infectada.


— Ya te dije que no me interesa Brian, ahora ¡vámonos!


— No, claro que no nos vamos a ir hasta que mires la herida de Bill—Le respondió Brian en tono alto. —Te estoy diciendo que la tiene muy mal, necesita ir a un hospital.


— ¡Ya te dije que no me importa Brian!, ahora vámonos—Le volvió a decir Tom. —Aparte no creo que por la herida necesite ir al hospital, más bien pienso que por la paliza que le di necesitaría ir al hospital.


Yo seguía escuchando la conversación que tenían, ¿De verdad no le importaba? No, claro que no pues me había dado una paliza donde me había lastimado mucho la herida. Seguía hecho bola en el piso, sin la mínima intención de moverme, el cuerpo había vuelto a dolerme pero ahora más que antes y no solo eso, si no que comenzaba a sentir demasiado frio y mi cabeza comenzaba a dolerme demasiado.


— ¿Qué dijiste? —Pude escuchar que preguntaba Brian. — ¿A quién le pegaste una paliza?


— Mira Brian eso a ti no te incumbe ni tiene porque impórtate ¿entiendes? Ahora, vámonos porque estoy perdiendo la paciencia— Respondió Tom. —Quiero largarme de aquí ¡Ya!


— ¡Claro que me importa! —Oí que grito. —¿Dónde está? ¿Dónde está Bill?


— ¿Nos vamos a largar sí o no?


— No


— ¡Pues entonces me largo yo! ¡Ya te dije que no quiero estar aquí, si tú te quieres quedar a buscar al puto de mi hermano bien, quédate! —Oí que dijo Tom gritando fuerte.


Entonces después de eso escuche como la puerta era azotada fuertemente, se había ido, se había ido dejándome tirado en el piso. Apreté mas los ojos y comencé a escuchar pasos que se acercaban, no, no podía ser lo que me estaba imaginando.


— Bi..Bill.. — Oi que decía alguien con tono sorprendido. — ¡Dios! ¡¿Qué te paso?!


No hice caso a la pregunta, ni siquiera levante la vista o abrí los ojos, no tenía ganas de mirar a nadie ni de ver a nadie que no fuera mi gemelo, que no fuera Tom. Aun hecho bola en el piso y con la toalla enredada en mi cintura sentí una mano en mi hombro moviéndome lentamente.


— Bill..¿Me escuchas? ¿Estás bien? —Comenzó a preguntarme Brian, porque era obvio que era él. —Bill, respóndeme.


— Lárgate..vete..no quiero ver a nadie—Respondí secamente.


— Bill ¿Quién te hizo esto? ¿Fue Tom? ¿El te dio esta paliza? —Pregunto sin rodeos. Yo no respondí. — No puedo creerlo, ¿Cómo se atrevió hacerte esto?


Yo seguí sin responder, no quería hablar ni ver a nadie QUE NO FUERA TOM, SOLO QUIERO VERLO Y HABLARLE A EL.


— Ven Bill, levante vamos.. —Dijo tomándome de los brazos con cuidado y levantándome poco a poco.


Yo no pude hacer resistencia porque si lo hacia el cuerpo me iba a doler más de lo que ya lo hacía, me logro poner de pie quedando frente a el, sosteniéndome con cuidado de los brazos yo seguía con mis ojos cerrados y seguía llorando. El dolor de cabeza había aumentado y sentía más frio ahora que estaba de pie.


— ¡No puedo creerlo! No puedo creer que Tom te haya hecho esto.. es.. es increíble.. —Decía sorprendido sobándome levemente los brazos de donde me tenia agarrado. — Tenemos que ir a un hospital Bill.


— ¡LARGATE! ¡DEJAME SOLO! —Le grite cuando dijo esto, yo no iba a ir a ningún hospital a ninguno. — A TI NO TE IMPORTA LO QUE ME HAYA HECHO TOM, DEJAME EN PAZ Y LARGATE.


— ¡CLARO QUE ME IMPORTA! —Me respondió. —Y me importa mucho.


Abrí los ojos cuando dijo esto, no me importaba lo que dijera yo no iba a ir a ningún lugar ni con él ni con nadie más que no fuera Tom, Tom mi gemelo a quien quiero demasiado a quien amo. Lo mire a los ojos, se notaba preocupado y enojado a la vez, me tenia agarrado de los brazos y no me quitaba la vista de encima.


— Mira como estas..estas todo golpeado..no puedo creer que Tom..es un.. —Estaba completamente sorprendido me podía dar cuenta. — Es un monstruo.


— ¡SUELTAME Y DEJAME EN PAZ! ¡LARGATE NO TE QUIERO AQUÍ! —Dije alejándome de él y balanceándome ya que no me sentía para nada bien, la cabeza me daba vueltas. —No te quiero aquí, no te importa lo que a mí me pase, no tiene porque ¡LARGATE!


— ¡CLARO QUE ME IMPORTA PORQUE TE APRECIO DEMACIADO! Y NO ME IMPORTA LO QUE DIGAS, TE VAS A VENIR CONMIGO Y VAMOS A IR A UN HOSPITAL.


— No..yo no quiero..


— No me importa si quieres o no Bill— Me dijo agarrándome de los brazos de nuevo. — Te miras muy mal y no quiero que te pase nada porque.. — Se cayó.


— ¿Por qué..? ¿Por qué..? — Pregunte, ya no me sentía nada bien.

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