domingo, 12 de septiembre de 2010

THAT BOY IS A MONSTER-. Capítulo I.

Capítulo I.


- Bill..Bill tienes que levantarte- Decían moviéndome suavemente- Bill tienes que levantarte e irte.

- No, no me quiero levantar es muy temprano- Renegué tapándome con la sabana- Déjame dormir.

- Bill tienes que levantarte porque mis papas pueden llegar en cualquier momento- Y después de oír eso mis ojos se abrieron automáticamente dándome cuanta de donde me encontraba- Tienes que vestirte y salir de la casa.

- ¡Dios mío Natalie! ¿Qué horas son?, ¿Cuánto falta para que tus papas lleguen?- Preguntaba mientras buscaba la ropa regada por el piso de la habitación y me la ponía- ¿Por qué rayos no me levantaste más Temprano? Si me encuentran aquí tu papa me dará un balazo en la cabeza.

- Te llevo levantando desde muy temprano pero tú no más no te levantabas. Llevo más de una hora hablándote- Respondió mientras ella también se vestía- Creo que debes saber que a mí también me preocupa mucho que te encuentren aquí.

Ahora mi cabeza cayo a la tierra, ayer por la noche había llevado a Natalie a una fiesta con unos amigos y habíamos vuelto demasiado tarde, y no solo eso sino que bebidos. Según yo nada mas la traería a la casa pero al parecer los planes cambiaron, pues termine acostándome con ella. Y no era que me disgustara eso, porque para nada Natalie, a pesar de tener dieciséis años sabe moverse muy bien cuando estamos follando, es solo que el pensar que sus papas pueden encontrarme aquí me da terror. Una vez que termine de ponerme toda la ropa salí de la habitación acompañado de ella, estábamos a punto de abrir la puerta de enfrente cuando oímos claro como un carro se estacionaba y apagaba el motor.

- ¡Maldición ya llegaron tus papas!- Dije comenzándome a poner nervioso- ¿Ahora qué rayos hago?.

Mire a Natalie suplicando que tuviera una idea y esta solo me miro con nerviosismo, ahora si Bill Kaulitz hasta aquí había llegado tu hermosa vida.

- Ven regresemos a la habitación- Dijo tomándome de la mano y dirigiéndome de nuevo a donde hace unos momentos habíamos salido- Quiero que te escondas en el closet, no salgas hasta que te diga, creo que tendrás que bajar por la ventana.- ¿Qué la ventana? ¡¿Estaba loca?!, yo no podía bajar por la ventana me mataría- Non hagas ruido.

Y como no me quedaba de otra le hice caso, me acomode en el closet de forma que quedara tapado por toda la ropa con cuidado de no hacer ruido. Oí como la puerta de entrada era cerrada, de seguro los papas de Natalie ya estaban adentro, estaba súper nervioso. No quería morir tan joven por una bala en mi cabeza, que era lo que me haría el papa de ella si me miraba ahí, tenía el permiso de andar con ella, sacarla a pasear pero no el permiso, de emborracharla, traerla tarde y follarmela. Estaba pensando en todo lo que me faltaba por hacer, no quería que me encontraran de repente mire como las puerta del closet se abrían despacio.

- Listo Bill tienes que salir por la ventana, mi papa está en la sala mirando la televisión y mi mama en la cocina no puede salir por la puerta principal- Me advirtió.

- Pero ¡¿Estás loca?! Me voy a matar si bajo por la ventana, no puedo me caeré y hare demasiado ruido-Dije nada convencido por lo que quería que hiciera. Definitivamente yo no sabía cómo bajar por una puta ventana, jamás lo había hecho.

- ¿Entonces quieres morir por un balazo en la cabeza?- Me pregunto como si nada. Tenía razón yo no quería terminar así.

- Esta bien, bajare por la ventana, cuida que tus papas no vayan a entrar a la recamara y me vayan a ver.

- No te preocupes yo cuídate- Dijo dándome un corto beso en los labios- ¿Nos veremos más tarde?.

- No lose la verdad. Quiero descansar no he dormido bien y tengo ganas de dormir todo el día completo, pero si cambio de idea te marco y salimos- Respondí mientras sacaba mis pies por la ventana.

No podía ser tan difícil bajar, había enredaderas las cuales podían ayudarme a bajar a parte la ventana no estaba muy alta a pesar de que la casa fuera de dos pisos. Con la adrenalina de no querer que me encontraran y todo eso baje muy rápido por la ventana sin hacer nada de ruido y romperme algún hueso. Una vez que estuve en el piso camine encorvado para que no me lograran ver, había salido muy bien de esa.
Tenía hambre, quería desayunar y dormir la noche anterior había sido muy ajetreada. Iba caminando por la calle encontrándome con algunos amigos los cuales me detenían para decirme que si como estaba, que si iba a salir ahora o cosas así y a todos les respondí no. Porque iba a descansar. Llegue a mi casa después de unos cuantos minutos dándome cuenta de que había un carro del año marca Audi fuera de mi casa, me le quede mirando un momento era un carro muy mono, tenía unas llanta muy buenas y unos rines hermosos, si parecerá que yo no sé de carros y es la verdad, pero una buena pintura y buena decoración siempre me llama la atención. Me le quede mirando unos minutos y luego comencé a caminar en dirección a la puerta de mi casa, tal vez el carro era de alguno de mis vecinos, había llegado a la puerta y saque las llaves de mi bolsillo del pantalón estaba metiéndolas cuando me di cuenta de que la puerta estaba abierta, no tenia seguro. Me quede un rato analizando, yo no había dejado la puerta abierta sin seguro así que eso quería decir que tal vez algún puto delincuente se había metido a robar.

- Más vale que todo esté en su lugar y no falte nada- Dije enojado pensando que pudieron haber entrado a robar. Cerré la puerta detrás de mí una vez que estuve dentro, comencé a observar todo lo que era el recibidor, al parecer no faltaba nada. Me adentre más en la casa fijándome en la cocina y estaba igual no faltaba nada, todo estaba en orden, seguí con el living y ahí fue cuando sentí que la sangre ya no pasaba a mi cerebro, que mi respiración se cortaba y mis piernas comenzaban a doblarse.
Mi vista estaba clavada en una persona que se encontraba sentada en el sillón de mas grande mirando la televisión, sentía como mi respiración era rápida, mi vista comenzaba hacerse nublosa y mis piernas más débil a cada segundo que miraba quien estaba sentado.

- No, tú no puedes estar aquí- Fue lo último que dije antes de sentir como mi cuerpo caída fuertemente contra el frio y duro suelo.

Ruidos, ruidos era lo que comenzaba a oír, mis ojos que había estados cerrados comenzaron a abrirse poco a poco apretando los parpados, mi cabeza me dolía un poco de seguro era por el golpe que me había dado al haber caído al suelo. Ahora sentí como mi espalda estaba en un lugar más blando, mas cómodo termine e abrir los ojos mirando a mi alrededor y dándome cuenta de que me encontraba acostado en el sillón, ¿Qué hacia ahí? ¿Cómo había llegado? Fueron las primeras preguntas que se formularon en mi cabeza. Me levante despacio sentándome en el sillón, apoyando los codos en mis rodillas y tapándome la cara con mis manos, ¿Por qué había caído al suelo?, ¿Cómo había aparecido en el sillón recostado? Quite las manos de mi cara y mire la televisión, estaba prendida en el canal de carreras. Moví la cabeza de un lado a otro, estaba a punto de levantarme cuando oí un ruido proveniente de la cocina, había alguien en la casa pero ¿Quién? Y ahí fue cuando recordé porque había caído de golpe al piso.

- No, no, no. No puede ser, estoy alucinando y escuchando cosas que no son- Me dije mientras comenzaba avanzar lentamente hacia la puerta que daba a la salida del living para dar con la puerta de la cocina- Lo que pasa es que el golpe fue muy fuerte en la cabeza y por eso estás oyendo ruidos.

Estaba a punto de salir del living, a punto de cruzar la puerta cuando tope con algo que me dejo con la boca abierta, con algo que hizo que volviera a sentir como mis piernas comenzaban a sentirse débiles otra vez, frente a mi tenia a una persona que no imagine volver a ver jamás, a una persona la cual no quería ver con la cual estaba sumamente enojada. Parado frente a mí, con su vestimenta de hip-hop, el cabello teñido de negro y con trenzas, un arete en cada oreja, con una sonrisa de medio lado y un vaso de agua en la mano izquierda de encontraba mi hermano, mi hermano gemelo Tom.

- Vaya veo que ya despertaste de tu desmayo- Me dijo con su voz ronca y pesada. Me dio el vaso que traía en las manos y yo lo tome, me miraba detenidamente a los ojos.

- No, no estoy soñando tú no puedes estar aquí no debes- Grite soltando el vaso dejando que cayera al piso quebrándose, no podía creer lo que estaba viendo- Tu te fuiste te largaste, dijiste que no ibas a volver.

Y después de haber dicho eso me lance contra la persona que estaba frente a mí dándole duros puñetazos en el pecho, los cuales al parecer no le hacían daño. No podía creer que lo tuviera frente a mí, que después de tres años que no estuvo conmigo ahora estuviera enfrente sonriéndome como si nada. En uno de esos golpes que le estaba dando tomo mis manos con una suya apretándolas y haciendo que me detuviera.

- ¿Así que esa es la hermosa bienvenida que le das a tu hermano?, te desmayas, luego te levantas quiebras el vaso en el que te doy agua y comienzas a pegarme- Respondió con una risilla de burla- No cabe duda que sigues siendo un malcriado.

- ¡Cállate! ¡Cállate! ¿Qué haces aquí?, ¿Por qué estás aquí? ¿A qué fregados volviste? Que no se supone que tú querías largarte de la ciudad y hacer tu vida ¿ah?- Pregunte aun con el agarre de manos que me tenia. ¿Por qué rayos había vuelto?, se supone que él se fue porque quería hacer su vida, salir de este puto pueblo y ahora volvía.

- En primera hermanito, deberías darme un abrazo de bienvenida no un interrogatorio de mil preguntas, segunda no me digas que me calle cuando el único que está hablando como loco eres tú. Tercera yo vuelvo o me largo cuando quiera, si me fui fue porque quise y si volví es porque también quise- Respondió sereno, tranquilo soltándome las muñecas.

Paso como si nada por el agua tirada que había en el piso, esquivando los vidrios quebrados, llego al sillón y se sentó a seguir mirando la televisión dejándome a mí sin respuestas, intrigado, sorprendido y enojado. ¿Cómo rayos se atrevía entrar a la casa así como así cuando no tenía el derecho?, ¿Qué hacia sentado en el que era mi sillón y no de el?. Sentía mi sangre hervir, cuando se fue había dicho que probablemente jamás nos volveríamos a ver y ahora estaba aquí como si nada. Me pase las manos por el rostro y me quede parado.

- Hey Bill, ¿Qué acaso vas a dejar los vidrios ahí tirados? Podríamos cortarnos los pies si los dejas ahí, que tal si me quito los zapatos y me encajo uno. -¿Qué se creía para decirme eso? Si tanto quería que los mendigos vidrios fueran recogidos que los recogiera él, yo ¿Por qué?- No quiero cortarme, no me gustaría tener un vidrio enterrado en el pie.

- Pues si no quieres correr el riesgo de enterrarte uno recógelo tu, yo no voy a recoger nada- Respondí enojado, me estaba poniendo furioso- Es más, ni te preocupes por pensar que te los vas a enterrar porque sabes que, no pasara porque tu ahorita mismo te sales de la puta casa. No te quiero aquí lárgate.

- ¿Qué me largue? Oh no hermanito, eso no va a pasar yo regrese para quedarme aparte tu no puedes correrme de la casa porque no es tuya.

- Claro que es mi casa, yo he vivido aquí desde hace casi dos años y medio, tú no tienes derecho a estar aquí desde que te largaste perdiste todo el derecho de vivir aquí- Le grite poniéndome enfrente del televisor- Quiero que te largues y me dejes en paz.

Mire como Tom se levantaba del sillón mirándome detenidamente, una mirada la cual no podía descifrar podía decir que hasta me daba miedo de tan penetrante que me estaba observando. Paso por alado de la mesilla que había en el centro del living llego hasta mí, posicionándose frente a mí.

- Así que todo es por lo de que te deje con la abuela y me fui ¿verdad?- Yo baje la mirada, no quería recordar ese día y comenzar a llorar- Mira Billy tienes que superarlo, ya te dije que me fui porque quise, era joven ¿Cómo rayos cuidar de mi pequeño hermano? Aunque tuvieras la misma edad que yo era difícil. Así que no me digas que aun no lo entiendes y sientes resentimiento.

- Claro que estoy resentido, claro que estoy enojado y claro que te odio por eso. Si dices que estabas chico que no podías cuidarme pero ¿Quién fregados te estaba pidiendo que me cuidaras? Yo solo quería que estuvieras conmigo, a mi lado con tu hermano gemelo no que me cuidaras- Le solté en cara con voz firme.

- Eso es lo que tú dices pero mi abuela me pedía otra cosa, que siempre estuviera al pendiente de ti, que te cuidara a cada rato, que estuviera pegado a ti- Me respondió acercándose un poco mas- Pero yo no quería, yo quería hacer mi vida, cuidarme a mi mismo no a alguien más.

Yo lo miraba atentamente, no quería verlo no quería tenerlo cerca. Yo lo odiaba, lo odiaba porque me había abandonado no me importaba lo que dijera, lo que explicara era un puto mounstro al cual de chico no le importe, no le importo que yo quedara destruido porque se iba.

- Lárgate de la casa, no quiero verte aquí no tienes el derecho para estar aquí porque es mi casa y no te quiero viviendo aquí- Me aleje de él y me puse del otro lado de la mesilla- Tienes dos horas para recoger tus cosas si es que las trajiste y largarte.

Termine de decir eso y salí del living dirigiéndome a mi habitación. La casa es de un piso, pero aun así es muy grande tiene cuatro habitaciones y dos baños. Iba caminando por el largo pasillo que llevaba a mi habitación la cual era la última del centro abrí la puerta de un movimiento y cerré la puerta de golpe una vez que entre. Quería que se largara, que no estuviera aquí ¿Quién diablos se creía para llegar y quedar quedarse? Después de todo lo que me había dicho el día en el que se había ido, si tal vez parecía muy exagerado o algo pero no me importaba, así me sentía lo odiaba, no lo quería ver cerca, no quería tenerlo cerca quería que se largara. Había dicho la verdad cuando dije que tenía dos horas para irse, no lo quería en mi casa y no lo iba a tener. Me recosté en mi cama boca abajo, se me había quitado el mendigo apetito ahora solo quería dormir y cuando despertara no mirarlo, que ya se hubiera largado de la puta casa. Por un momento pensé que me sería difícil conseguir el sueño, pero no caí rendido en cuanto cerré los ojos.
Abrí los ojos poco a poco, dándome cuenta gracias a la vista que tenia por la ventana que ya era de noche, si acaso eran como las ocho, me levante de la cama y me quite las botas con las cuales había dormido, me quite los calcetines y camine hacia el tocador.

- Más vale que te hayas largado Thomas porque no quiero tenerte aquí en la casa, así como tú me sacaste de tu vida cuando teníamos dieciséis años ahora te quiero sacar yo de la mía- Dije mirándome al tocador., enojado, con rencor así me sentía. Miraba mi rostro el cual estaba un poco desmaquillado y mi cabello todo desacomodado cuando sentí como mis tripas rugieron- Creo que tengo que comer algo.

Me acomode el pelo un poco y me desmaquille por completo antes de salir. Iba por el pasillo caminando y no oía ningún ruido, todo era silencio por un momento se me dibujo una sonrisa en el rostro, me había hecho caso y se había ido pensé. Por alguna razón quise entrar al living y cuando lo hice de nuevo me lleve una sorpresa o más bien tres sorpresas. La primera mi hermano seguía en la casa, la segunda no estaba solo estaba con Gustav y Georg y la tercera parecía que estaban hablando animadamente.
Me les quede mirando hasta que los tres voltearon al mismo tiempo, mi hermano me dirigió la mirada con una sonrisa en los labios, Georg y Gustav se levantaron y se dirigieron hasta donde yo estaba.

- Vaya Bill hasta que te despiertas. Duermes un montón tío- Comento Georg con una sonrisa mientras me daba una palmada en la mano- ¿Qué se te olvido lo que íbamos hacer hoy?.

Yo no estaba prestándole atención a lo que me estaba diciendo, tenía mi vista fija en mi hermano quien me miraba con una sonrisa mientras tomaba un trago a la bebida que tenía en su mano. No se había ido, el muy mendigo seguía aquí y no solo eso, seguía aquí platicando con mis amigos.

- ¿Bill me estas escuchando?- Pregunto Georg pasándome la palma de la mano por enfrente de la cara al no obtener respuesta- Vaya creo que no.

- Lo siento Georg ¿Qué decías?- Cuestione volviendo la vista hacia él.

- Bill, Georg te estaba diciendo que si se te ha olvidado lo que íbamos hacer hoy- Me respondió Gustav. Yo solo lo mire con cara de no comprender lo que estaba diciendo- Si, la fiesta e Michelle a la que se supone íbamos a ir. -¡Maldición! Se me había olvidado, era verdad hoy me habían invitado a una fiesta.

- Creo que si se te olvido- Dijo Georg riéndose- ¿Vas a ir con nosotros o no?.

- Claro, claro que voy a ir a la fiesta, por nada del mundo me la pierdo solo espérenme tengo que bañarme, cambiarme y maquillarme- Note la cara de Georg y Gustav de fastidio ¿Por qué?, porque si soy honesto tardo demasiado arreglándome- No tardare demasiado, solo unos minutos.

- Bill nosotros tenemos que estar en la fiesta ya, recuerda que vamos a ser los Djs- Me recordó Gustav. Ahora ¿Qué iba hacer? No me iba a ir a la puta fiesta como estaba- Pero hay una solución.

- ¿Cuál?.

- Pues que tu hermano te lleve, el también va a ir a la fiesta -¿Qué rayos había dicho Gustav? ¿Qué Tom iba a ir a la fiesta? Pero por supuesto que no, el no podía ir- Lo invitamos y dijo que le encantaría ir.

- ¿Qué? ¿Cómo que invitaron a Tom? No el no puede ir, el no conoce a Michelle el no puede ir no está invitado- Comencé a decir- ¿Cómo se atreven a invitarlo? Es más, no puede ir porque se va de esta casa, solo vino de visita ahora en la mañana que llego me estaba diciendo que se iba a ir porque había venido de ida y vuelta.

Note como Tom se levantaba del sillón y se ponía alado de mí, me miraba con una ceja levantada y con cara de ''eres un puto mentiroso Bill''. Note también como mis amigos me miraban sorprendidos por cómo estaba hablando, hablaba rápido y sin que se me pudiera entender.

- ¿Entonces no vas a poder ir a la fiesta Tom?- Pregunto mi amigo de pelo largo, Georg.

- Claro que puedo ir, Bill está mintiendo yo no vine de ida y vuelta vine porque me voy a quedar. Es mi casa, después de tanto tiempo de estar fuera decidí regresar para quedarme- Dijo esto último mirándome a mi- Y claro que conozco a Michelle Delnis.

Y ahí sentí como mi boca se abría de par en par. El no podía conocer a Michelle ¿Por qué? porque hace tres años que no estaba aquí, el no podía ir a la fiesta no porque no estuviera invitado sino, porque yo no quería, quería que se largara que me dejara en paz. Pero no, ahora hasta le decía a mis amigos que se iba a quedar a vivir aquí para siempre, estaba loco si pensaba eso.

- Entonces no se diga mas, nosotros nos vamos y los esperamos allá, así sirve que pues Bill tiene todo el tiempo para arreglarse.

- Entonces haya nos vemos chicos, llegaremos un poco tarde pero llegaremos- Respondió mi hermano con una sonrisa.

Mire como Georg y Gustav se dirigían a la puerta y salían despidiéndose con un movimiento de mano. Cuando mire que cerraron la puerta rápidamente dirigí la mirada hacia mi hermano quien ya estaba de nuevo sentado en el sillón.

- Ni creas que voy a dejar que vayas a esa fiesta, tú no estás invitado y dudo mucho que conozcas a Michelle así que ni te hagas…¡aahhhh!- No termine de hablar pues sentí un fuerte dolor en mi pie- ¡Maldición!.

Mire hacia el piso y note que me había enterrado un vidrio de los que había dejado tirados en la mañana, no podía ser, ¿Por qué fregados todo tenía que pasarme a mi?. Levante mi pie y sí, me había enterrado un vidrio grande en la punta.

-Jajajajaja.. eres un estúpido te dije que los recogieras porque alguien se los podía enterrar y no quisiste ahora friegate- Decía burlándose el baboso de mi hermano-

- ¡Cállate y no te burles!- Le dije enojado mientras daba saltos para llegar al otro sillón y sentarme- Que no es gracioso estúpido, todo esto me paso por tu culpa, no estaría con un vidrio enterrado en mi pie si no estuvieras aquí, no se me hubiera olvidado que tenía que ir a una fiesta si no estuvieras tu aquí.

- Ahora yo tengo la culpa de que seas un estúpido. No, no hermanito a mi no me eches la culpa eso te pasa por mentiroso ¿Por qué le dices a tus amigos que yo solo venia de pasada cuando sabes que no es así?.

- Porque es la puta verdad tu solo estas aquí de pasada porque no te vas a quedar aquí en mi casa ya te dije, puedes quedarte en la cuidad si quieres pero aquí no.

Estaba mirándome el pie, miraba como comenzaba a salir un poco de sangre y yo intentaba sacarme el vidrio. Tenía las manos resbalosas y temblorosas porque me dolía demasiado, para mi suerte me había encajado un vidrio grande.

- Mira Bill no me hagas enojar que estoy de buen humor, ya te dije que no te estoy pidiendo permiso, me voy a quedar aquí porque está tu casa tanto como mía, es de los dos así que no me quieras correr porque no me iré. Y más vale que te saques eso rápido del pie y comiences arreglarte porque si no estás listo para cuando yo lo esté me voy yo solo a la fiesta- Dijo con una sonrisa y saliendo del living.

Después de que dijo esto del enojo me saque de un jalón el vidrio haciendo que me doliera hasta las entrañas. Era un maldito estúpido, está bien si se quería quedar en la casa lo podía hacer pero le iba a costar la tranquilidad porque no lo iba a dejar vivir en paz. Me levante del sillón y comencé a caminar en saltitos hacia mi cuarto, saque la ropa que me pondría, los zapatos y entre al baño que estaba alado de mi habitación. Me dolía un poco el pie pero no me importaba, yo iba a ir a esa fiesta porque de seguro ahí iba a estar mi Natalie.
Abrí la llave del baño dejando correr el agua, una vez que estuvo tibia como a mí me gusta entre dejando que mojara mi cabello, corriendo por mi cuerpo hasta llegar al piso. En menos de cinco minutos había terminado de bañarme, ahora solo faltaba que me cambiara, peinara y maquillara.
Me puse la ropa, un pantalón negro ajustado haciendo juego con una camisa negra con letras plateadas, me seque el cabello y comencé a alaciarlo, cuando ya estuve cambiado y vestido comencé a maquillarme, siempre iba a una fiesta maquillado no me gustaba salir sin maquillar, no porque me sintiera feo sino porque era costumbre.

- Bueno ya estás listo Bill Kaulitz- Dije mirándome al espejo con una sonrisa. De verdad me miraba bien, por eso tenía a la mayoría de las chicas atrás de mi, incluido tipos.

Salí de mi habitación recordando que me iría a la fiesta con mi hermano, no me agradaba para nada la idea pero si él me iba a dar que mejor. Como ya he dicho si en verdad piensa quedarse aquí para siempre, hasta que se case y tenga una puta familia le hare la vida insoportable. Me dirigí al recibidor donde el ya estaba esperándome, al parecer oye mis pasos ya que voltio encontrándose con mi profunda mirada, yo me quede con la boca abierta cuando lo mire. Llevaba unos pantalones holgados negros, una playera negra con letras blancas y una sudadera blanca encima, un pañuelo negro en su frente y olía a perfume. En pocas palabras, debía admitir que se miraba demasiado bien.

- Vaya si no fuera mis hermano, y te encontrara en una fiesta vestido así pasarías por una tía a mi parecer.

- Deja tus comentarios si y vamos a la fiesta que haya hay alguien que me está esperando- Comencé a caminar a la puesta abriéndola sintiendo como mi gemelo caminaba detrás de mí. El cerro la puerta y yo seguí caminando buscando el carro de él. De lo que me di cuenta es de que el Audi que había mirado en la mañana aun seguía ahí, que hermoso carro era ese – ¿Dónde está tu carro entonces?.

- Lo tienes enfrente- Respondió con serenidad y dirigiéndose al Audi negro que estaba frente a mí. Con la boca abierta me había quedado cuando mire que abrió la puerta del copiloto para que yo entrara.

- ¿Estas bromeando verdad? Este no puede ser tu carro, tú no puedes tener un carro como este.

- Si estuviera bromeando Billy no tendría las llaves y no estaría diciéndote que te metas para largarnos a la puta fiesta de una vez- Dijo con una sonrisa.

Subí al carro, mi hermano cerró la puerta una vez que estuve adentro, si por fuera el carro era un belleza por dentro ni se diga, tenia asientos de piel negro, un estero sumamente nuevo y bocinas y bajos espectaculares por lo que debía imaginar. El carro era perfecto pero ¿Cómo es que este carro es de mi hermano?, ¿Cómo lo consiguió?. De repente oí como se cerraba una puerta, la puerta del piloto por la que mi hermano había entrado, metió la llave y encendió el carro, puso un disco de Jay—Z y comenzamos avanzar. Tenía demasiadas ganas de preguntarle de donde rayos lo había sacado.

- Logre comprarlo con los tantos negocios que tengo- Respondió como si me hubiera leído la mente- Me lo compre hace un año y medio, es mi más preciado objeto. Me encanta demasiado por eso lo compre.

- Tu ¿trabajas?.

- Sí, tengo varios negocios de los cuales la verdad no me gustaría contarte Billy, asi que no preguntes cuales son.

- Esta bien.

Me quede pensativo, preguntándome en que negocios trabajaría mi hermano para haber podido haberse comprado una automóvil así. Iba mirando por la ventanilla cuando recordé que la casa de Michelle quedaba muy lejos de la ciudad, así que tal vez Tom no iba a saber donde era.

- En el siguiente semáforo vas a tener que dar vuelta a la izquierda y después..-Me interrumpió.

- Ya sé donde vive ella, no te preocupes la conozco perfectamente- Yo suspire. Tenía una sonrisa en su rostro, de verdad la conocía pero de ¿Dónde? Si Michelle apenas unos cuantos meses que se había mudado para acá.

Ya no dije nada mas, solo me dedique a guardar silencio y mirar por la ventanilla del carro. Jamás había pensado que volvería a ver a mi hermano, el había dicho que se iba a ir porque ya no quería estar aquí, porque quería hacer su vida lejos de este pueblo. Miraba la oscuridad de la carretera cuando comencé a recordar aquel día.

- No te vayas, ¿Por qué te vas?, ¿Por qué me dejas hermano?-Preguntaba mientras sentía mis lagrimas caer por mis mejillas. Esperaba una respuesta que al parecer mi gemelo no me quería dar —Respóndeme, ¿Por qué te quieres ir sin mi?.


- Porque ya no quiero estar contigo, ya no quiero estar más en esta ciudad de miera Bill entiéndelo —Me grito. Yo pestañee varias veces ante lo que me estaba diciendo ¿Qué ya no quería estar conmigo?, ¿con su hermano?- Ya me arte de toda esta mierda.


- No te puedes ir y dejarme soy tu hermano gemelo. No puedes irte y dejarme con una desconocida.


- No te voy a dejar con una desconocida, te voy a dejar con nuestra abuela, ¿Qué tiene de desconocida? Tú la quieres demasiado –Me alego. Yo no podía creer lo que me estaba diciendo me acerque hasta él y lo tomo de los brazos- Lo siento Billy pero yo ya no quiero estar aquí y contigo tampoco. Soy tu hermano sí, pero no soy tu papa, yo no puedo cuidarte.


- Yo no te estoy pidiendo que me cuides, te estoy pidiendo que te quedes conmigo, eres mi hermano gemelo y me prometiste estar siempre conmigo, siempre ahí para mí –Le recordé lo que me había dicho cuando nuestra madre nos había abandonado igual que papa- ¿Lo recuerdas? Dijiste que siempre me cuidarías y estarías a mi lado.


- Eso lo dije cuando era más pequeño Billy, cuando todavía era un mocoso ahora ya crecí y me di cuenta de que no podre hacerlo no quiero hacerlo. Quiero hacer mi vida, seguir de fiestero, y todo pero no puedo mientras me haga cargo de ti- Soltó sin más. Sentía como las estúpidas lagrimas seguían cayendo sin querer parar- Ahora hermanito me voy, te quedas en buenas manos.

Sentí como un nudo se me hizo en la garganta recordando aquello, me había dolido demasiado porque desde pequeño había sido muy apegado a Tom, por eso ese día que se fue me había enojado demasiado, había sentido tanta rabia y coraje, hasta odio hacia él. Es más tal vez pueda decir que todavía siento eso, odio porque se fue dejándome. Estaba tan entrado en mis pensamientos que no me di cuenta de cuando habíamos llegado hasta que Tom me toco el hombro.

- Bill ya llegamos a la fiesta- Comento mientras abría la puerta del carro- Bájate.

- Si ya voy-Abrí la puerta y me baje observando que había demasiada gente, tomando, bailando y platicando. Sonreí, se notaba que esta fiesta iba a ser muy buena, comencé a caminar sin esperar a mi hermano yo quería entrar y buscar a alguien que esperaba estuviera, apenas había dado unos cuantos pasos al entrar cuando sentí como se abalanzaron hacia mí.

- Bill si viniste que bueno, pensé que no vendrías- Era Natalie la que se me había abalanzado, me dio un beso al cual yo gustosamente correspondí metiendo mi lengua en su boca. Paso sus manos por alrededor de mi cuello y yo puse las mías en su cadera.

- ¿Por qué pensaste que no iba a venir?-Pregunte ya que había terminado el beso.

- Porque no te vi llegar con Georg y Gustav.

- Oh, por eso es que me vine con alguien más- Dije mientras buscaba a Tom con la mirada pero no lo encontraba.

- ¿Con quién? Más vale que no con una chica Bill eh, sabes que soy celosa.

- No te preocupes hermosa no vino con una chica, vino con un chico- Reconocí la voz de inmediato, era la de mi hermano voltee y me encontré con su sonrisa de lado mirándonos atentamente a Natalie y a mí.

- ¿Qué quieres? Ya llegaste a la fiesta ahora busca a alguien con quien hablar, bailar beber no sé, pero déjame en paz.

- ¿Qué no me vas a presentar con esta nena? Tan malos modales tienes hermano.

- ¿Hermano?, ¿el es tu hermano Bill?- Pregunto Natalie poniéndose frente a Tom- No se parecen en nada.

- No solo somos hermanos, sino que también somos gemelos.

Note como la boca de Natalie cuando Tom dijo eso, al parecer se había sorprendido demasiado no solo porque este le hubiera dicho que éramos hermanos gemelos, si no porque yo jamás le dije que tenía un hermano.

- Gemelos vaya, no se parecen en nada de verdad, son completamente distintos.

- ¡Gracias a dios!-Dije con sarcasmo mientras tomaba a Natalie de la mano- Bueno Tom, ella es mi novia Natalie, Natalie él es mi ''querido'' hermano gemelo Tom.

- Mucho gusto Natalie eres muy linda- Le dijo mientras le daba un beso en la mejilla- Así que novia de mi hermano, vaya no pensé que tuviera novia.

-Pues si tengo ahora que sabes y ya te presente con ella lárgate a ver con quien te encuentras.

Estaba a punto de irme a perder con Natalie por ahí cuando Michelle llego de la nada arrebatándola de mi agarre de manos. Me le quede mirando y esta nada mas sonrió.

- Ahorita te la regreso- Grito con una sonrisa y llevándosela.

- Perfecto, ahora me he quedado sin novia- Dije comenzando a caminar hacia la mesa donde estaban las bebidas.

La fiesta tenía un ambiente muy bueno, todos los invitados estaban bailando, coqueteando, tomando, fumando todo lo que se podía hacer, yo miraba mientras tomaba un sorbo al trago de vodka que me había servido. Mire como mi hermano se ponía alado de mi también con un trago en la mano, ¿Qué acaso no me iba a dejar en paz?.

-No es muy chica tu novia para estar contigo, digo tú tienes diecinueve y ella parece de quince.

- Tienes dieciséis y a ti ¿Qué rayos te importa cuántos años tenga mi novia? Deja de molestarme- Le grite.

- De seguro no has follado ninguna vez con ella- Dijo con una sonrisilla y yo gire mi cabeza para verlo- Debe ser una chica muy apretada.

- Si supieras Tom, todas las malditas veces que hemos estado juntos- Le solté con una sonrisa- Y deja eso, se mueve tan bien en la cama que ni parece que tiene dieciséis. - Si, tal vez me había equivocado al decir eso pero no me importaba, no me gustaba que hablaran mal de Natalie.

- ¿Entonces eso quiere decir que si has follado? Vaya, sinceramente yo pensé que tú eras al que follaban.

- Estúpido- Le grite a la cara cuando oí lo que me había dicho- No digas estupideces ¿entendiste? Tu no me conoces, y no soy gay no me van los tíos así que no digas babosadas.

- Pues yo solo lo digo por como estas vestido, pareces toda una tía y no solo eso, hasta me atrevería a decir que te miras más bueno que todas- Comento mirándome de los pies a la cabeza.

Ignorando el comentario estúpido que había hecho comencé a caminar con otra copa de vodka en mi mano. Quería perderlo, que me dejará y no tenerlo a un lado por un momento, mientras íbamos en el carro llegue a pensar que en la fiesta me dejaría en paz, que se perdería en su mundo pero ahora miraba que me había equivocado. Mientras caminaba buscaba con la mirada a Natalie pero no la encontraba, Michelle la había quitado de mi lado y se la había llevado ahora no me quedaba de otra que esperar. De un solo sorbo termine de tomarme mi bebida y arroje la copa al piso dentro de todo lo que había caminado me había adentrado demasiado al patio trasero de la casa de Michelle.

- ¡Maldición tengo que regresar!- Dije cuando me di cuenta- Buscare a Georg y Gustav mientras Natalie no está conmigo.

Iba caminando muy tranquilo hasta que sentí un tremendo jalón en mi brazo que hizo que me diera la vuelta completa estrellándome con algo duro. Levante la mirada lentamente encontrándome con una más penetrante, encontrándome con unos ojos marrones profundo mirando directamente los míos.

- ¡¿Estas imbécil o qué?! ¡¿Cómo rayos se te ocurre jalarme así?! Y no solo eso sino que también me espantaste- Le gritaba a mi hermano que me miraba con una sonrisa. El había sido el que me había jalado tan bruscamente del brazo.

- Shhh no grites hermanito que te van a escuchar- Dijo llevando su dedo índice a los labios.

- No vuelvas hacer eso ¿entendiste? Y no me estés siguiendo- Creo que me quedaba mas que claro que me estaba siguiendo porque nadie le pudo a ver dicho a donde me había venido a caminar- Nose, ve y búscate a alguien a quien puedas ligar a alguien que te puedas tirar hay muchas chicas lindas.

- Pues yo ya encontré a quien quiero ligarme ¿sabes? Lo único malo es que estoy seguro de que esa persona a la que quiero ligar no me quiere cerca.

- Pues inténtalo, no sé llégale como sea pero a mi déjame en paz, yo voy con mi novia que de seguro ya me está buscando tu lígate a cualquier tía que te guste que hay demasiadas- Sentencia comenzando a caminar dejándolo solo.

Había regresado a donde estaban toda la demás gente, busque con la mirada a Natalie encontrándola, estaba platicando con Michelle en la pista de baile me acerque sin pensarlo dos veces, la tome de la mano y la jale llevándola conmigo a la mesa de bebidas.

- Vaya ¿ya te desocupo Michelle? ¿Por qué si te sigue ocupando te dejo con ella?- Comente fingiendo tono molesto.

- Si, ya lo que pasa es que quería mi opinión sobre unas cosas. Oye Bill ¿puedo preguntarte algo?.

- Claro hermosa, ¿Qué quieres preguntarme?.

- ¿Por qué no conocí a tu hermano como conocía a tu abuela? ¿Qué acaso no se hablaban?- Alce una ceja, esa pregunta no me la esperaba por parte de ella.

- Lo que pasa es que si, mi hermano y yo no nos llevamos muy bien incluso el no vive aquí, solo vino de paso a ver como estaba y creo que se larga mañana.

- Oh.

- Pero ven vamos a bailar no quiero hablar de mi hermano en la fiesta- Dije dirigiéndola a la pista de baile donde estaban todos los demás.

No me gusta mucho bailar, es mas yo no bailo la que baila es Natalie moviéndose alrededor de mí, moviéndose de una manera que me provoca. La música era movida y todos estaban gritando y bailando la fiesta era porque Michelle estaba cumpliendo dieciocho años recuerdo que cuando yo los cumplí no los festeje, no se me dio la gana. Todo iba de maravilla yo estaba bailando y bebiendo con mi novia, me la estaba pasando muy bien, hasta podría decir que se me estaba olvidando el tema de que mi hermano estaba de vuelta aquí, en mi misma casa y no solo eso, sino que en la misma fiesta. Comenzaron a pasar las horas y no tenia rastro de mi hermano lo que me alegraba, habíamos llegado como a las diez a la fiesta y ahorita ya son las dos de la madrugada me despedí de Natalie porque ella tenía que irse a su casa ya porque si no sus padres la regañarían. Ahora, en pocas palabras me había quedado solo, iba caminando directo a donde estaban mis amigos, iría con ellos a hacerla de Dj cuando me volvieron agarrar del brazo jalándome gire la cabeza y me di cuenta de quién era, mi hermano otra vez el.

- ¿Qué rayos quieres ahora?-Le pregunte enojado, ¿Qué acaso el muy estúpido me quería arrancar el brazo? y no solo eso, no entendía que no quería verlo y tenerlo cerca de mí.

- Vámonos, vámonos ya estoy muy aburrido en esta fiesta- Decía entre palabras, lo observe bien y pude darme cuenta de algo, el tarado ya estaba bien borracho.

- No yo no me quiero ir, vete tu yo todavía quiero seguir aquí- Respondí soltándome de su agarre- Yo todavía no me he puesto pedo así que no pienso irme.

- Bill.. me siento mal y quiero irme creo que he tomado demasiado- Decía acercándose a mí. Suspire claro que había tomado de mas eso se notaba en su aliento y cara- Acompáñame a casa por favor.

Me le quede mirando, de verdad se miraba bien pedo y que no podía con su propia alma, pero ¿Quién le mandaba a que tomara tanto? Nadie, lo miraba atentamente con una sonrisa este solo hacia muecas mientras decía estúpidamente que me fuera con el porqué se sentía mal, pero ¿yo porque tenía que irme? Él era el borracho no yo.

- No seas malo Bill..acompáñame a la casa ¿Qué no ves..que me siento mal?.

- Pues ese es tu problema hermanito, yo no te dije que te pusieras hasta atrás bebiendo.

Note como el comenzaba a caminar alejándose de mi a paso torpe, me le quede mirando de verdad estaba muy tomado y no solo eso pensé, sino que también si dejaba que se fuera solo el conduciría y podría darse en su santa madre. Mire en dirección a Gustav y Georg y luego con mi gemelo sabia que me arrepentiría de eso pero no me quedaba de otra.

- Espérame Tom voy contigo- Dije mientras avanzaba hasta donde estaba.

Si sabía que me iba arrepentir ¿Por qué? Porque me estaba preocupando por él, porque no iba a dejar que conducirá borracho, me preocupaba como se miraba y me sentía mal. Si soy un estúpido y me atrevo a decírmelo yo mismo porque me estoy preocupando por alguien que me dejo tres años y no le importo para nada. Llegamos al carro le quite las llaves como pude y lo senté en el asiento del copiloto mientras yo iba en el del conductor, bueno por lo menos había algo bueno en todo esto, manejaría este hermoso carro. En unos cuantos minutos llegamos a la casa, estacione el carro y lo ayude a bajar, saque las llaves de mi bolsillo trasero y abrí la puerta adentrándonos al recibidor.

- Bueno tú de aquí te puedes ir solo a tu habitación, no creo que te pase nada.

- No.. Bill acompáñame, no quiero caerme por pisar mal o algo- ¿Qué era tan estúpido para caminar borracho? Bueno mejor me callo porque si recuerdo, en mi primera borrachera yo no salía del piso.

- Esta bien, vamos.

Le tome el brazo derecho pasándolo por arriba de mis hombros y mi brazo derecho por su cintura. Comenzamos a caminar, podía sentir la mayor parte de su peso sobre mí definitivamente apenas podía ir caminando con él, llegamos a su habitación, abrí la puerta como pude y me adentre encendiendo la luz. Su habitación no había cambiado en nada, tenía lo mismo que cuando el dejo, lo acerque hasta la cama y lo tumbe de forma que quedo boca arriba.

- Bueno ya la hice de buen hermano así que puedo irme- Comencé a caminar y de repente sentí como mis pies dejaban de tocar el piso, sentí como caía arriba de algo.

- No te vayas quédate aquí conmigo- Pidió mientras pasaba sus brazos por mi cintura.

Y ahí fue cuando caí en cuenta de que había pasado en tan solo unos segundos, mi hermano me había tomado del brazo jalándome haciendo que cayera sobre él, haciendo que quedara todo mi cuerpo recostado arriba del suyo. Paso sus brazos por mi cintura impidiendo algún movimiento de mi parte.

- Tom suéltame, ¿Qué estás haciendo? ¡Quita tus manos de encima de mí!- Le exigí moviéndome bajo su agarre.

- No, no voy a quitar nada porque tú te vas a quedar aquí conmigo.

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